Unzue pierde enteros para el banquillo del Barça

Desde hace tiempo, desde que Luis Enrique reveló que no iba a continuar en el club, el Barça valoró a su segundo, Juan Carlos Unzue, y al técnico del Athletic, Ernesto Valverde, como su principal relevo. Había más, como Eusebio, pero ellos dos eran los principales candidatos del área deportiva y de la cúpula directiva, que también toma parte en el proceso.

Gusta Unzue porque supone la continuidad, porque tiene el perfil Barça y porque domina el juego de posición que tanto defiende el equipo cuando tiene el balón en los pies. Pero su elección pasaba por conseguir títulos, porque la apuesta tendría más sentido y sobre todo fácil explicación para la grada. Ocurre que desde el vestuario hay dudas con su capacidad. Tampoco le ayuda la falta de fiabilidad que demuestra el equipo a balón parado —al contrario que durante todo este tiempo— y su perfil más conservador, como se vio al final de la remontada contra el PSG, cuando le pedía a Ter Stegen que no subiera, por más que luego él recuperara el esférico que Sergi Roberto embocó a gol. Por lo que Valverde, que calla, gana enteros.

Pero antes hay que acabar un curso que se ha puesto espinoso. Más que nada porque aunque la plantilla del Barça cree que Luis Enrique es un buen entrenador, que no saca un 10 en nada pero que sí es un notable en todo, no le gustó su planteamiento ante a la Juve y menos que después dijera que la actuación sin balón no era culpa suya. Desde la directiva, en cualquier caso, tampoco agradaron algunas actitudes individuales en el duelo y, dicen, en verano se tomará decisiones. Como la del técnico, por más que insistan en que aún no se han decidido y que no afectan los resultados de ahora. Pero Unzue lo tiene crudo.