Zidane se come el derbi
Llegado el momento caliente del curso, el técnico del Madrid se remite a su incierto futuro justo antes de que su equipo se rete con el renacido Atlético
Tipo con muleta en la sala de prensa, Zidane puso el derbi en cuarentena. “Mi continuidad no es segura, por eso no estoy preparando nada de la próxima temporada”. Las palabras del técnico dejaron en la cuneta el duelo con el Atlético. ¿Un mensaje al salón presidencial? ¿Un intento de plebiscito popular? Zidane no parece de los que den puntada sin hilo. Él, con tablas en el fútbol, escogió el día para remitirse a su futuro inmediato. No pareció un arrebato, sino más bien un atajo calculado para recordar que nadie ha reparado en su figura a estas alturas del curso. Su contrato expira en 2018 y el hombre no se siente blindado justo ahora que llega la primavera caliente. En cierto modo, su calculada inquietud sonó a un... ¿Y yo qué? Zidane ya no se siente un parche. Que lanzara su insinuación horas antes de un partido tan relevante tiene miga. Lo sabe él, lo sabe el presidente, Florentino Pérez, y lo habrán metabolizado los jugadores, siempre con el radar afilado. El derbi no es un día de paso, al menos desde hace un lustro.
“Se busca rival digno para un derbi decente”. Vaya si ha tenido respuesta aquella pancarta desplegada en un fondo del Bernabéu el 26 de noviembre de 2011. Desde su ascenso a Primera en 2003, el cuadro colchonero había perdido 16 de los 21 pulsos con el Madrid, incluido el del día del irónico reclamo. Simeone llegaría un mes después y desde diciembre de 2012 el Atlético no ha perdido un duelo liguero en Chamartín. Es más, ha ganado los tres últimos.
Por mucho que los rojiblancos transiten hoy a 10 puntos del vecino y que nadie haya vencido en La Castellana en lo que va de Liga, los derbis ya son cosa seria. Hasta el punto de que hoy es muy probable que se alisten de inicio 21 de los futbolistas titulares que se retaron a fuego en la final de la Champions del pasado 28 de mayo. Solo faltará el lesionado Augusto Fernández, previsiblemente relevado por Carrasco.
Real Madrid y Atlético llegan al choque con su versión más natural, más reconocible. Con la BBC de hoy o con el competitivo plan B de entreguerras, los de Zidane tiran de artillería pesada. No siempre son un conjunto sinfónico, pero llevan 51 partidos consecutivos con goles a favor, una estadística demoledora. Frente al puño de hierro de los blancos, la cruda oposición defensiva de los colchoneros. Con los pretorianos de Simeone al frente y en plenitud, el Atlético se parece al Atlético espartaco del puro cholismo y ya es el conjunto que menos encaja hasta esta jornada, 23 tantos en todo el campeonato. Oblak no ha ido a la red en cinco de los seis encuentros precedentes.
Con el paso de las jornadas, en el Atlético se han cerrado los debates, no así en el Madrid. Hoy ya no se discute sobre la posición de Koke, el ariete fetén o las idas y venidas de Carrasco. Tras retocar la pizarra, Simeone ha vuelto al punto de partida de su exitosa trayectoria en el Calderón: un equipo con más tambores que violines. En el Madrid, por más que sea líder y también esté al frente en la Copa de Europa, hay sospechas. Los suplentes aprietan de lo lindo, mientras que la motorización de la BBC no siempre despeja las dudas. El buen mes de Benzema no se ha correspondido con un momento explosivo de Bale y Cristiano, lo que incrementa la sospecha sobre su divinidad. La efectividad goleadora de Morata, el desborde y equilibrio que otorga Lucas Vázquez y los pies de seda de Isco y Asensio, con James a rueda por muy airado que se sienta, no son factores a pasar por alto. Pese a los avales del entrenador y del palco, la BBC está más exigida que nunca. En este Real Madrid la segunda columna no es superficial, en absoluto es desdeñable. No hay suplentes que opositen más a titulares.
El derbi, con trascendencia liguera para ambos por cuestiones de liderato y aspiraciones de Champions, servirá para pasar revista a uno y otro en el tramo caliente del curso. Ya no hay respiro. Se avecinan los cuartos de la Copa de Europa y en la Liga hay apretones para todos. Por ello, a quien salga mal parado de Chamartín se le pueden acentuar las dudas en el periodo culminante de la temporada. Cada cual precisa reforzar su idea y nada mejor que los derbis o un clásico para evitar el diván. Apenas hay tiempo para vacilar. Es la hora. Al menos la del Madrid y el Atlético. Ya veremos cuándo es el turno de Zidane. De momento, el galo ya ha movido ficha y se ha comido la previa del derbi.
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