España, ante Mbappé, el jugador del momento

Aquel gol de Zidane a Zubizarreta en una congelada noche del 28 de enero de 1998 no solo sirvió para inaugurar el estadio de Saint Denis. El partido, en el que participaron Luis Enrique y Raúl, por ejemplo, anticipó el fabuloso presente que estaba por llegar para Francia, campeona del mundo seis meses después y de Europa en 2000. Zizou, Blanc, Henry y el actual seleccionador, Didier Deschamps, comandaban aquella selección que marcaría época. Lo que nadie hubiera presagiado, y menos con una España con motivos eternos para su pesimismo crónico, es que una década después La Roja cogería el testigo de los bleus e iniciaría su despegue hacia las cimas. Un ciclo glorioso que, guiños del destino, sufrió su definitivo apagón precisamente en Saint Denis, en la pasada Eurocopa.

La derrota frente a Italia fue el último partido de Vicente del Bosque como seleccionador. Y a Saint Denis (21.00, Telecinco) acude este martes su sucesor, Julen Lopetegui, con nueve de los jugadores que se alistaron y sucumbieron ante el equipo de Conte: De Gea, Piqué, Ramos, Alba, Busquets, Iniesta, Silva, Pedro y Morata. Los siete primeros aún son el espinazo principal de la Roja, señal del similar parecer de Del Bosque y Lopetegui. Vitolo ha sido la aparición más notable desde el batacazo en la Euro-2016.

En Francia, desde su decepcionante subcampeonato en París, los nuevos impactos han tenido mayor eco. Si durante la Eurocopa se consolidó Umtiti y se revalorizó Griezmann, ahora llegan lanzados chicos como Mbappé y Dembélé, hábiles, potentes y con gol. Si el segundo vuela en el Borussia Dortmund, el primero ha encontrado la lanzadera en Mónaco. Como Rabiot, un volante con mucha proyección en el PSG. No son los únicos que despuntan en la nueva generación acunada en Clairefontaine: Lemar, Coman, Martial, Bakayoko...

Pero nadie resiste al trueno de Mbappé. Desde la eliminatoria de Champions de su Mónaco contra el Manchester City arrasa en las portadas. Deschamps, su técnico en la selección, clama prudencia, sabedor de que en el fútbol también abundan los cometas fugaces. El tiempo dirá. Y tiempo es lo que ha tenido que esperar Laporte, el central del Athletic, convocado de urgencia por la lesión del sevillista Rami. El zaguero está a la espera de debutar con Francia, que no contará con el lesionado Pogba. Como en el fútbol mañana es ayer, el efecto Mbappé ha restado todo protagonismo.

Lopetegui tiene a Diego Costa con molestias, lo que podría servir de carrete para Morata, o el repescado Pedro. Y, en caso necesario, Iago Aspas, un agitador sobresaliente. Lo desmostró en Wembley, cuando rescató a España en su último amistoso. Un tipo de cartel que no se le da bien a esta selección. Desde su inolvidable podio en Sudáfrica-2010, solo ha ganado dos de los nueve pulsos no oficiales que ha tenido con otros campeones del mundo. En París no hay puntos, pero sí una alta dosis de prestigio y muchas miradas. Sobre la Roja, sobre Francia y, más aún, sobre Mbappé. La hinchada francesa no es la única que suspira porque Deschamps le conceda minutos. Hoy, nadie quiere perderse su progresión. Y mucho menos el pelotón de rastreadores de la élite del fútbol mundial.

Muchos alicientes —incluido el videoarbitraje pactado por las dos federaciones— para esta España que dejó huellas interesantes a su paso por Gijón el viernes.