Albert Oliver: “La constancia también es un camino al éxito”
El base del Gran Canaria es, con 38 años, el jugador más veterano de la Liga Endesa. Tras alzar la Supercopa en septiembre busca estirar la brillante trayectoria de los amarillos, finalistas de la pasada edición, con el Valencia como primer rival
Nació en junio de 1978 y, por dos meses de diferencia, es el jugador más veterano de la Liga Endesa. Albert Oliver (Tarrasa, 38) descubrió hace tan solo cuatro meses lo que se siente al ganar tras una carrera maratoniana de 17 años como fiable especialista. Pasó por Badalona, Lleida, Manresa, Estudiantes y Valencia antes de hacerse campeón con el Gran Canaria. Tras alzar la Supercopa en Vitoria, los amarillos vuelven al lugar de la gloria con el cartel de subcampeón de Copa. El año pasado su aventura hasta la final comenzó derrotando al Valencia. Ahora se reedita el duelo (viernes, 19.00 #0 Movistar+).
Pregunta. En septiembre, en Vitoria, conquistaron la Supercopa, el primer título para usted y para el Gran Canaria, ¿qué se siente al ganar?
Respuesta. Fue grandísimo. Nunca había ganado nada y llegas a pensar si tendrás la ocasión de conseguir algún título antes de retirarte. No somos ni Barça ni Madrid y nunca he tenido la oportunidad de jugar en un grande, salvo en el Valencia que teníamos un gran equipo pero nunca llegamos tan lejos. Cuando fiché por el Gran Canaria el principal objetivo era competir siempre en los playoffs y la Copa, pero fuimos logrando cada vez más hitos. Jugamos la final de la Eurocup, la final de Copa y al final, en la Supercopa, logramos el primer título del club por continuidad y por creer en lo que hacemos. La gente lo vivió a lo grande y lo recordaremos siempre. Desde hace muchos años en España solo ganaban el Barça y el Madrid y fue una forma de romper ese duopolio a lo grande.
P. ¿Es factible seguir alterando esa jerarquía?
R. Sería bueno para el baloncesto, pero compitiendo contra el Madrid y el Barça es casi imposible ganar algo. Llegar a unas semifinales o una final para nosotros ya es un éxito porque, por presupuesto y por plantilla, hay cinco equipos por encima de nosotros. En Valencia no se dio el caso de romper esas barreras y, desgraciadamente, clubes históricos como Joventut y Estudiantes pelean ahora por la supervivencia más que por otras cotas. El Gran Canaria ha sabido alcanzar una regularidad competitiva que nos ha llevado arriba, pero si alguien me dice hace unos años que íbamos a ganar un título igual pienso que está loco.
P. ¿Fue su hermano el que le metió el gusanillo del baloncesto?
R. Sí. Él empezó y yo le seguí. Con seis años dejé el taekwondo y empecé con el baloncesto. Llegué a jugar con mi hermano, yo como juvenil y el cómo senior, en el Esperia y también disputamos cuatro partidos en contra en EBA, él estaba en Santa Coloma y yo en Sant Josep de Badalona y tenemos un balance de 2-2. Yo soy de la generación que se enganchó a esto con los Bulls de los 90; de la época de Cerca de las Estrellas con Ramon Trecet. Me acuerdo de levantarme de madrugada para ver las finales Bulls-Lakers. Luego en casa éramos del Barça y el que más me gustaba era Epi. Ahora vamos de amarillo Lakers y todos son del Granca. Es un viaje. En cadete entrenábamos en exteriores con tableros mordidos y canchas de asfalto. Cuando creces dejas de pasar frio y juegan en pabellones como el Gran Canaria Arena.
P. ¿En una carrera tan longeva no ha habido hueco para entrar en la selección en algún momento?
R. Lo hubo hace 12 años. Estuve en las categorías inferiores y en mi último año estaba en la preselección para ir a los Juegos Mediterráneos de 2005, con Pesquera como seleccionador, pero fue cuando di positivo por Finasteride, un tratamiento para evitar la caída del cabello que incluye la ingestión de un medicamento llamado Propecia. Era una sustancia que se podía tomar, luego la prohibieron y ahora se puede volver a tomar. Pero la cuestión es que después de aquel episodio no tuve más oportunidades y no las volveré a tener.
P. ¿Cuándo aprendió a entender el baloncesto?
R. No sé cuándo aprendí a leer el juego como se dice, pero siempre me ha gustado estudiarlo. Me gusta ver muchos partidos, fijarme en mil detalles y pensar. Físicamente vas empeorando con los años así que tienes que evolucionar en otros aspectos. Yo soy mucho mejor jugador ahora que hace 10 años. Se jugar mucho más y mejor ahora porque lo entiendo. Se nota quien lo entiende y quien no lo entiende. Yo además nunca fui un portento físico ni fui un McCalebb, por eso agudizas el ingenio y evolucionas en lo técnico y lo táctico. Si no llegas por físico hay que llegar por inteligencia. La constancia también es un camino al éxito.
P. ¿Qué entrenador le ha enseñado más?
R. He tenido a todos los clásicos de la ACB y he aprendido mucho de todos. Me marcó mucho Ricard Casas… también Miquel Nolis, Luis Casimiro, Salva Maldonado, Pedro Martínez, Aíto… Seguramente me quedaría con Aíto, por su trayectoria, porque es el entrenador que cubre más aspectos. Siempre ha sido un innovador y trata de incorporar cosas de otros equipos. Pero todos los que he tenido son entrenadores que piensan mucho.
P. Es un jugador muy fiable, se pierde muy pocos partidos.
R. En una semana me perdí cinco partidos con el Estudiantes en noviembre de 2010, tres de Eurocup y dos de Liga Endesa, y no me he perdido más. Me cuido mucho, duermo las horas que necesito y después también influye la suerte.
P. Hay muchos veteranos a gran nivel en la Liga, ¿Por qué ahora las carreras duran más?
R. Yo maduré más tarde que la mayoría de jugadores y eso también marca los tiempos. Mis compañeros de cantera hacían mates con 17-18 años y yo no llegué al aro hasta los 21-22. Luego todo ha evolucionado, la medicina, los cuidados, la recuperación, los materiales… Tampoco he sido nunca muy explosivo. A ver cuánto aguanta Llull (risas). Yo me quedaba con la mitad de su carrera. Coincidí con él en Manresa cuando era cadete, juvenil y en el primer año de senior y, cuando le fichó el Madrid, dio un cambio brutal. Ya se le veían muchas condiciones, pero ha sido la bomba. Teníamos el mismo representante y él veía claro que iba a ser un máquina.
P. ¿Doncic va por ese camino?
R. Sí. Me gustaría verle entrenar para confirmarlo, pero no recuerdo a nadie con su edad haciendo lo que él hace.
P. También es infalible desde el tiro libre.
R. Mejoré con los años. Es un tema sobre todo mental, después también técnica y repetición. Es un tiro psicológico. Hay jugadores de la NBA que igual tienen un70% en entrenamientos y un 40 en los partidos. Es un aspecto en el que se puede mejorar, como todo. Nunca se deja de aprender. Con la edad mejoras el tiro, la lectura ofensiva y la defensiva…Yo antes no jugaba al poste bajo y ahora si lo hago.
P. Después de las finales del año pasado y de la Supercopa les tienen más en cuenta, ¿eso presiona?
R. Ganar la Supercopa nos hizo tener un poco de presión, pero luego se pasó. Tenemos que tener claro que podemos perder con cualquiera y ganar a cualquiera. Hay que seguir buscando el techo. La Supercopa ya pasó.
P. ¿Y usted dónde se pone el techo?
R. El horizonte es el próximo partido. A mi edad solo me planteo el día a día. Por desgracia, los clubes se fijan demasiado en la edad, hagas lo que hagas en la pista. Mi preocupación es ver hasta cuando sigo disfrutando y rindiendo. Hago bromas con Savané porque soy el más veterano de la Liga por dos meses. Cuando hablamos estamos convencidos de que la edad nos marca, pero estamos bien físicamente y resistimos bien. Ya no nos renuevan por cinco años eso sí. Es ley de vida.
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