El mejor partido y la peor noticia para Aleix Vidal en Mendizorroza

Aleix Vidal siempre tuvo alma de delantero, y ayer fue uno de los atacantes más ofensivos del Barça después de partir como lateral derecho, un puesto cuyo titular es Sergi Roberto. El Alavés decidió no presionar arriba, cosa que agradeció la insólita defensa del Barça, con más acento francés que nunca —Umtiti, Mathieu y Digne—, rematada por el catalán Aleix Vidal. La desidia en el acoso alto del conjunto de Pellegrino fue agua bendita para los zagueros, que carecían del pie para salir limpio desde la raíz, pero que subrayaron de lo lindo en campo contrario, con criterio para la repartición y con profundidad por las alas, especialmente para Aleix, que decidió quedarse durante el mercado de invierno pese a tener pocos minutos en el Barça. Aleix era el protagonista en Mendizorroza hasta que cayó por una entrada de Theo Hernández. Aleix salió del campo en camilla, directo al hospital, acompañado del doctor Xavier Yanguas. Tenía una luxación de tobillo, como se sabría más tarde. Y tendrá cinco meses de baja.

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“Es evidente que es algo grave, nada bueno”, afirmó Luis Enrique nada más verle. “El tobillo está fracturado o luxado, roto. Es la nota triste. Hay que animarse y pensar que se va a recuperar rápido y bien”, agregó. “Estoy fastidiado por cómo se produjo y por lo que significa para él”, prosiguió el técnico del Barça. “Lo peor ha sido perder a un compañero, un jugador importante en el vestuario y últimamente también en el campo”, añadió Busquets, mientras Rakitic decía que estaba “asustado” por lo que había visto. “Le pido perdón y voy a verle para saber cómo está”, se disculpó Theo. “No tenía ninguna intención de hacerle daño. Doy primero al balón y él tiene el pie de apoyo en el suelo”, relató. “No le he visto. Repito, le pido perdón. Ha sido involuntario”. La jugada se produjo en un rincón del campo, en el minuto 84, ya con 0-6 en el marcador, circunstancias que recalcaron los azulgrana para dar a entender que no había lugar para una acción como la del lateral del Alavés, aunque aceptaban sus disculpas en Mendizorroza.

Aleix había aprovechado muy bien la tacaña táctica del Alavés, que aguardaba en su campo para salir a la contra, siempre que había una pérdida de balón del Barça. Aleix y Digne se presentaban puntuales por los costados para surtir de centros a Luis Suárez y a las llegadas ocasionales desde la segunda línea, además de las pisadas en el área de Messi y Neymar.

Decisivo en el 0-1

Ausente en 14 partidos consecutivos de la Liga, porque se dejó ir ante la competencia de Sergi Roberto, Aleix dio un vuelco a su situación con intensidad en los entrenamientos y buenas actuaciones sobre el tapete. Así, había completado cuatro de los últimos seis encuentros y sus guarismos eran de lo más resultones: firmó dos dianas y regaló otros dos goles. El último, en Mendizorroza. En una de sus ascensiones, Aleix recibió bien abierto —imprescindible porque el oponente defendía con 11 y era necesario dar amplitud al juego para poder pillarle en falso en las basculaciones—, se cobró la posición hasta la línea de fondo y sacó un centro raso al punto de penalti, donde apareció Luis Suárez y puso el pie para enviar la pelota a la red: 0-1. Con los brazos arriba y una sonrisa de oreja a oreja, el 22 del Barça se giró hacia el banquillo para festejar el gol que podía con la inicial resistencia del marcador.

A gusto en el campo, Aleix no dejó de percutir en ataque mientras sufría más en defensa. El lateral, en cualquier caso, se había asegurado entrar en las rotaciones, sobre todo por las soluciones que daba en ataque.