Simeone apeló al orgullo del Atlético en el descanso

Desde la parte alta del paseo de Pontones se atisbaba una columna de humo roja y blanca que envolvía el exterior de la esquina sur del Vicente Calderón. La postal irradiaba ambiente de caldera en noche de Copa, que apuntaba con toda la probabilidad a la última en los 50 años de historia del coliseo rojiblanco hasta esa reacción furiosa y orgullosa del segundo tiempo, que terminó por reabrir la eliminatoria cuando parecía ya cerrada. “No sé si tenemos un 20% o un 30% de posibilidades de pasar, pero estén seguros de que con eso iremos a Barcelona a jugar con todas la fichas”, advirtió Simeone.

La atmosfera inflamada y que el equipo más seguro del mundo en el pase perdiera el balón en sus tres primeros intentos por jugarlo parecían aventurar un partido en los parámetros que pretendía Simeone. Sucedió que su equipo derrumbó por donde no hace mucho era impensable. El muro de antaño se derrumba más de lo habitual. Una pérdida de balón de Griezmann, una mala defensa de Godín y de Savic en la imponente y decidida carrera de Luis Suárez hacia Moyá paralizó a los siete minutos al Calderón. Después, la obra de Messi llegaría tras una jugada iniciada por un saque largo de Cillessen que pilló desprevenido al Atlético por segunda vez en una acción similar. “Esos errores están y hay que mejorarlos. Como en la vida todo cambia, a los siete años eres de una manera y cuando creces, de otra. Nos agarraron corriendo hacia atrás, pero luego Messi la clavó al lado del palo. Fue una bomba. Pero siempre hay que mejorar”.

“La Copa”, prosiguió Simeone, “es rara. Lo mismo estás lejos y luego cerca. Se dan partidos que en Liga no se ven. Hoy lo mismo pudimos empatar a dos que terminar ganando. En el segundo tiempo nos quedamos con el equipo que somos, nos levantamos en un momento de mucha dificultad”.

La reacción del Atlético en el segundo acto hizo revivir a Simeone y a sus jugadores. “Tuvimos intensidad en los duelos, pudimos hacer daño al robar. Nos vamos con esa sensación esperando que esto se prolongue”, apuntó el técnico rojiblanco.

Simeone por fin vio una versión de su equipo que le satisfizo, pero lanzó ese reclamo que también secundó el capitán Gabi, que se perderá el partido de vuelta por acumulación de tarjetas. “A todos nos gusta ver a este Atlético, no vale de nada ver este partido y luego no hacer lo mismo el sábado contra el Leganés”, advirtió Gabi, autor de un partido que hacía tiempo que no se le veía. “Este equipo tiene orgullo”, espetó Gabi. "La segunda parte es el espejo en el que nos tenemos que mirar. Te meten un gol al principio y te echa todos los planes abajo, pero me quedo con la segunda parte. Lo más fácil es que te metan cuatro y se acabe la eliminatoria”, prosiguió el capitán rojiblanco, que insistió en la necesidad de mantener la imagen dada en los segundos 45 minutos: “Tenemos que recuperar las sensaciones, necesitamos esa actitud”.

“Otro equipo no hubiera reaccionado así”, aseguró orgulloso Juanfran. El lateral regresó a su posición tras la decisión de Simeone de dejar en la caseta a Vrsaljko en el descanso. En el intervalo Simeone apeló ante sus jugadores a la electricidad del Calderón. “El Cholo nos dijo que si marcábamos un gol se iba a crear un aureola positiva que nos iba a ayudar a levantar el partido y así ha sido el equipo”, desveló Juanfran. El gol de Griezmann, efectivamente, levantó al Calderón agitado por Simeone como en sus mejores días.