Las Copas pendientes del Celta
El equipo gallego disputará su undécima semifinal de un torneo que se ve en disposición de ganar para inaugurar su historial de títulos
“No me acuerdo de nada”, confiesa Jonny, el lateral izquierdo del Celta. Tenía siete años cuando el Celta jugó su última final de Copa, la tercera de una historia que avanza hacia el centenario. Puede pedirle referencias a su entrenador Toto Berizzo, que aquella tórrida tarde sevillana del último día de junio de 2001 ejerció de central, vecino a Fernando Cáceres. Aquel Celta tenía dinamita. Karpin, Mostovoi, Gustavo López y Catanha partieron de inicio en el once y por el camino se agregaron Edu y Benni McCarthy. El equipo había cerrado la Liga en puestos europeos y se enfrentaba al Zaragoza, que acababa de salvar con agobios la categoría. A los tres minutos marcó Mostovoi, pero la Copa se fue a Aragón tres goles después.
El Celta había llegado a aquel duelo tras apear al Barcelona. No volvió a jugar una eliminatoria a esa altura hasta el año pasado. Ahora repetirá y será la undécima semifinal de Copa que dispute. “Soñamos con ganar un título todos los días”, confirma Hugo Mallo, el capitán que lidera el presente intento. También recuerda como en el último intento las opciones se esfumaron tras una nefasta segunda parte en el Sánchez Pizjuán. También en Sevilla. En el vestuario del Celta aún duele esa espina, pero a Berizzo le duelen dos.
El equipo se maneja ahora entre la ilusión y la necesidad de ganar su primer título. Jonny no recuerda aquel fiasco en La Cartuja, pero conoce la historia y una gran parte del celtismo lleva grabado a fuego aquel episodio. También perdura el recuerdo de la final perdida siete años antes por penaltis en el Calderón, otra vez con el Zaragoza por medio. “Ahora vamos a dar el doscientos por cien”, advierte Jonny. El equipo ha visto partir a varios de sus mejores futbolistas en los últimos años, pero a nivel grupal semeja aún más maduro que hace un año cuando encajó un tanto ante el Sevilla en la última jugada antes del descanso y prisionero de la ansiedad galopó hacia el empate sin considerar que restaba un partido de vuelta en Balaídos. No marcó, encajó tres goles más a la contra y se quedó sin opciones. “Si me dan elegir prefiero jugar la vuelta en casa”, apunta Jonny. Ya puestos Hugo Mallo reconoce que si pudiese sacaría del bombo la bola del Alavés junto a la de su equipo. Luego frena y recomienda: “Pies en el suelo”.
BRUTAL. This is Balaídos! 🎶⚽
— RC Celta (@RCCelta) January 26, 2017
[Via @23ten83 en Instagram] pic.twitter.com/dZo3RKKThH
Pero en realidad nada se detiene, ni los sueños ni las obligaciones. El Celta regresó al trabajo apenas doce horas después de dejar Balaídos entre los ruidosos acordes del reggaeton que atronó en el vestuario tras eliminar al Real Madrid, con el estajanovista danés Daniel Wass lesionado con un leve esguince en el hombro derecho sin afectación ósea y la mirada puesta en el sorteo que se efectuará en la Ciudad del Fútbol de las Rozas a las doce del mediodía de hoy, el partido de ida de la próxima semana y la cita liguera de mañana en Leganés. “Estamos a muchas cosas, pero eso es lo bonito”, reflexiona Jonny, decisivo en el cruce contra el Madrid con un gol en el Bernabéu que al final valió la clasificación. Esta vez no eran los favoritos, pero a estas alturas ya nadie duda de que el Celta ha convertido la Copa en un objetivo y su lateral izquierdo advierte: “Respetamos a todos, pero no le tenemos miedo a nadie. Con el Madrid igual parecía que no teníamos mucho que hacer, pero a lo mejor son los otros equipos los que nos tienen que respetar también a nosotros. Desde el inicio de la temporada ya dijimos que queríamos ir a más en la Copa y superar la actuación de la campaña anterior”.
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