El Sevilla acaba con la racha de Zidane
Jovetic remonta en el último suspiro un partido marcado por los insultos a Sergio Ramos que anotó un gol en propia puerta
El Sevilla puso fin a la racha de 40 partidos sin perder del Real Madrid de Zidane. Lo hizo remontando a lo Madrid. Lo hizo con un gol de Jovetic, recién llegado del Inter y que ya había marcado el jueves en Copa. Tenía el partido controlado el conjunto blanco. Sucumbió con un gol en propia puerta de su capitán y otro de Jovetic en los últimos suspiros del partido.
“Sergio Ramos, hijo de puta, Sergio Ramos, hijo de puta”, fue el sonido del Sánchez Pizjuán. Los llamamientos del Sevilla —para que la afición dejara de insultar central formado en la casa— y del Real Madrid —para que los que acudieran hoy al partido lo hicieron con respeto y tolerancia—, pasaron completamente desapercibidos. Unos 1.200 hinchas sevillistas se acercaron hasta el hotel Los Lebreros, donde estaba concentrado el equipo, y escoltaron su autocar hasta el estadio, como en las noches grandes. El Madrid llegó sin ningún tipo de problema. Pero en cuanto salió a calentar, empezaron a escucharse los insultos de siempre. La Liga ya envió un escrito el viernes a Competición y Antiviolencia para informar de los canticos del partido de Copa del jueves [“Muérete” y “Sergio Ramos hijo de puta”].
Para parte del Sánchez Pizjuán, como si nada. Cuando la plantilla del Real Madrid terminó el calentamiento, desde la zona de los radicales, arrancaron otra vez con “Sergio Ramos, hijo de puta”. Se quejaba el central del conjunto blanco de la diferencia de trato recibido entre él y otros exsevillistas como Rakitic y Dani Alves. “A ellos les reciben con cariño siempre”, lamentaba el jueves después de pedir perdón al resto de la afición. Anoche, además de los insultos, los radicales coreaban los nombres del lateral brasileño y del medio croata. “Ivan Rakitic, lo, lo, lo, lo”, cantaban. Y también: “Dani, Dani, Alves, Alves”.
Sonora pitada
Los Biris no acudieron ayer al estadio como colectivo, por protesta por el trato que, dicen, reciben por el Consejo de Administración del club. Dicen sentirse maltratados. Aunque sí ocuparon su zona de siempre, sin pancartas que les identificaran, pero con los mismos canticos ofensivos contra Sergio Ramos. A veces secundados también por otras partes del estadio. Los pitos e insultos cuando el speaker leyó las alineaciones los debió escuchar el capitán del Madrid en el vestuario. Fueron tan fuertes que podrían haberse escuchado perfectamente desde el barrio de Triana.
Cuando el árbitro pitó el comienzo del partido no cambió la sinfonía de los radicales. Cada vez que Sergio Ramos tocaba el balón, todo eran silbidos e insultos. Si le hacían falta, se arrancaban con un “Písalo, písalo”.
Y el balón empezó a rodar. Y mandó el fútbol, la Liga y la lucha por el título, el duelo entre el primero y el segundo y la intensidad con la que saltaron al césped. Rodó el balón y empezó a disfrutar Modric. Y Nasri y Vitolo. Sorprendió Zidane en la alineación. Eligió una defensa de tres con Varane, Sergio Ramos y Nacho. Tomó buena nota de lo que pasó el jueves en Copa, cuando el Madrid encajó tres goles (Kiko Casilla impidió que fueran más) y arropó a Keylor Navas, adelantando a los laterales (Marcelo y Carvajal), muy activos, por cierto, durante todo el partido, no solo en incorporarse al ataque, sino también en replegarse cuando el Sevilla robaba el balón y armaba las contras. No pudieron con el empuje final del Sevilla ni con un Jovetic embrujado. El Madrid mantiene el liderato , pero se aviva de nuevo la pelea por el título.
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