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El Real Madrid, lo que diga Sergio Ramos

Al compás de su capitán, los blancos consiguen remediar errores y sobreponerse a cualquier dificultad con fe y carácter

Eleonora Giovio
Sergio Ramos y Kroos, sepultados por sus compañeros tras el gol del 3-2 contra el Deportivo.
Sergio Ramos y Kroos, sepultados por sus compañeros tras el gol del 3-2 contra el Deportivo.PIERRE-PHILIPPE MARCOU (AFP)

Algunos la llaman flor, potra, estrella, suerte. Otros la llaman fe, creencia, cabezonería, carácter, buen hacer y trabajo. Debe haber una mezcla de las dos en este Real Madrid que ayer cerró el año con una victoria con remontada en los últimos minutos contra el Deportivo. Tres puntos con récord incluido: Zidane ha conseguido lo que nadie en la historia del club blanco, una racha de 35 partidos sin perder. Su Madrid, líder, ha viajado esta mañana a Japón para disputar el tercer título del año.

Su Madrid parece haberse convertido en el reflejo de su capitán. Es decir, un Madrid que comete errores, pero que consigue remediarlos. Un Madrid que tiene altibajos y fisuras, pero que, lejos de hacerlas más grades, las tapa y mira hacia adelante. Un Madrid que nunca se da por perdido. Un Madrid que le da la vuelta a los partidos incluso cuando parece que el tiempo se acaba y no hay nada que hacer. Un Madrid cabezón en el que prima el colectivo.

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Cinco son los goles que lleva Sergio Ramos esta temporada (30 los que ha anotado de cabeza en Liga desde que juega en Primera) y cuatro de ellos han sido decisivos. En la final de la Supercopa contra el Sevilla marcó el gol del empate a dos en el minuto 92 que llevó el Madrid a la prórroga (ganaron los blancos con un tanto de Carvajal). Marcó el gol del empate contra el Villarreal, el gol del empate en el Camp Nou y anoche de nuevo castigó al rival con un tanto en el minuto 92. Y eso que no estaba siendo su mejor temporada. Ha cometido cuatro penaltis y visto seis amarillas, la última anoche. “Ya dije a los que me criticaban que tendrían tiempo de disfrutarlo…”, soltó anoche a su paso por zona mixta.

“Cuando eres tan cabezón acabas aprendiendo por cojones”, explicaba ayer el capitán del Madrid cuando recordaba las horas que se pasaba con su padre –“mi viejo”- en la playa, dentro y fuera del agua, ensayando remates de cabeza. “Es listo, se mueve bien, parece que el balón va teledirigido hacia él. Está siempre donde cae la pelota”, decía Zidane cuando le preguntaron cómo se marca a Sergio Ramos ya que parece que ningún equipo haya conseguido tomarle las medidas. Garitano reconoció ayer que tenían vista y estudiada la jugada –córner de Kroos incluido- miles de veces, pero que aun así Ramos se libró de cualquier marca en el primer palo.

Reconoció el capitán del Madrid que hay una cara fea del fútbol. “Es la que no se ve, la de la soledad cuando estás lesionado, el esfuerzo, las dobles sesiones de trabajo para recuperarse y volver. En esos momentos necesitas a gente que te apoye”, contaba anoche rememorando las cinco semanas que estuvo fuera por un esguince en el ligamento lateral de la rodilla. Incluso estando fuera, aseguraba Zidane que el apoyo de Sergio Ramos se sentía en la plantilla. Ayer el capitán acabó sepultado junto a Kroos después del gol del 3-2. Minutos más tarde, cuando el árbitro pitó el final, los más jóvenes como Nacho, Lucas Vázquez, Morata y Mariano fueron a buscar al central y a abrazarle como si fuera su padre.

“Sergio es especial. Es nuestro capitán, el alma de este equipo, por su carácter y porque nunca baja los brazos.  Al igual que hacía Raúl, siempre piensa que se pueden conseguir las cosas. Le da energías a todos los demás, sabemos qué jugador es, cómo remata, y es que si encima luego muestra esas ganas de darlo todo, sus compañeros hacen lo mismo”, le alababa ayer Zidane. Feliz por la capacidad de sufrir de su equipo y porque, dice, es bonito ganar así los partidos.

El récord de Leo Beenhakker es historia. El Madrid no ha ganado nada todavía; ni siquiera ha terminado la primera vuelta de la Liga. Sigue desconectándose y cometiendo torpezas y errores que paga muy caros –como los de Casemiro y Sergio Ramos en los dos goles de Joselu-. Pero gana. Incluso sin seis titulares como anoche. Al compás de Sergio Ramos empieza a transmitir cierta sensación de que no es nada sencillo ganarle. Para algunos es flor. Para otros trabajo, fe y pizarra. Como la que movió ayer Zidane al dar entrada a Marcelo y jugar con una defensa de tres (Ramos, Pepe, Nacho) para intentar remontar el partido.

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Sobre la firma

Eleonora Giovio
Es redactora de sociedad especializada en abusos e igualdad. En su paso por la sección de deportes ha cubierto, entre otras cosas, dos Juegos Olímpicos. Ha desarrollado toda su carrera en EL PAÍS; ha sido colaboradora de Onda Cero y TVE. Licenciada en Ciencias Internacionales y Diplomáticas por la Universidad de Bolonia y Máster de EL PAÍS.

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