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El Barcelona encoge las alas

El equipo, que apenas cuenta con extremos, pierde capacidad de sorpresa sin las llegadas de los laterales y los centros decisivos

Jordi Quixano
Sergi Roberto protege el balón ante Benzema.
Sergi Roberto protege el balón ante Benzema.Francisco Seco (AP)

El proceso apenas varía. Luis Enrique alerta de los puestos a reforzar y desde el área deportiva elaboran una lista que, después de pasar varios filtros, se queda en tres o cuatro nombres por puesto. De nuevo, el entrenador se pronuncia sobre el orden de prioridad junto al secretario técnico Robert Fernández y se entregan las opciones a Albert Soler, director de deportes profesionales del Barça, que decide la estrategia definitiva. “Ellos piden la lista de los Reyes Magos porque viven de la inmediatez. Pero desde el club se mira a medio-largo plazo, además de atender al Edibta y los ratios que hay que cumplir”, señalan desde las altas esferas de la entidad azulgrana. Y, con todo definido, el director de fútbol Raúl Sanllehí y el propio Soler inician las negociaciones. “Este año queríamos completar el fondo de armario para que Luis Enrique pudiera mirar al banquillo en los partidos”, exponen desde las oficinas del Camp Nou. Pero los complementos no han equilibrado a la plantilla, toda vez que no hay un lateral derecho específico del mismo modo que tampoco existe un recambio natural para Busquets. Ni tan siquiera hay extremos, figuras que definieron a Cruyff y a Guardiola como técnicos del Barça. Y eso se nota en el ataque azulgrana, que con el paso de los partidos ha encogido las alas.

“La causa fundamental de la derrota es que nos ha faltado amplitud, hemos estrechado el campo. Hemos atacado mal”, resolvió Guardiola tras perder su primer partido liguero como técnico del Barça en el campo del Numancia, allá en 2008. Una declaración de intenciones que corrigió con el tiempo por más que su hoja de ruta variase para sorprender a los rivales. Bien con laterales que se desdoblaban; bien con extremos profundos. Así, al igual que con Vilanova y Martino, no hubo temporada en la que no hubiera al menos cuatro extremos. Henry, Jeffrén, Pedro, Messi, Afellay, Villa, Tello, Cuenca y Alexis que dieron paso a Alexis, Neymar, Munir y Sandro, también ayudados ocasionalmente por jugadores del filial como Deulofeu, Adama, Halilovic, Cámara y Kaptoum. Luis Enrique, a su vez, dio protagonismo a las bandas en sus dos primeros años, sobre todo porque Messi recobró su lugar en el costado y por usar laterales de luces largas.

En el clásico, el Madrid ejecutó 32 centros por los 13 del Barcelona

Ya no. Algo lógico si se atiende a que solo tiene a un extremo (Neymar), toda vez que Messi se desenvuelve por dentro y que no hay más en el banquillo, traspasados este verano Sandro y Munir. El ejemplo se dio ante el Madrid, equipo que se expresó con 32 centros. Siete fueron de Carvajal y otros tantos de Lucas Vázquez, además de nueve de Marcelo por la izquierda. El Barça se quedó en 13 y la mayoría llegaron con Neymar (5), que no es profundo sino que cuando alcanza el vértice del área grande recorta hacia dentro para centrar con rosca. Resulta curioso, sin embargo, que Messi, Alba y Sergi Roberto solo pusieran uno. Un embudo que Luis Enrique tiene claro que no se puede dar. “Los rivales suelen replegarse con ocho o nueve jugadores más el portero para reducir espacios, para que se le generen pocas opciones de combinar y tener poco tiempo para hacerlo. Por eso es clave la amplitud, la profundidad, los centros y remates, los tiros desde fuera el área, las llegadas desde la segunda línea…”, expone el técnico; "aunque luego hay que decidir si por las bandas caen los extremos o los laterales, los interiores porque el objetivo es atacar los espacios que nos deja el rival". Precisamente, esta última variable es la que más se repite últimamente, con los dos volantes abiertos para que los extremos se junten y encuentren por el medio. Pero no le acaba de funcionar al Barça, a seis puntos del Madrid en la Liga.

Sin recambios

No es que el Barcelona no tire centros —este medio año acumula 301 por los 686 del curso anterior— sino que los aspersores están torcidos, por más que Sergi Roberto empezara como un tiro con cuatro asistencias en sus primeros cuatro encuentros de la Liga, después anulado hasta la fecha. En la temporada pasada, Neymar lanzó 169 y 52 encontraron al receptor, lo que le salió a 1,2 centros exitosos por duelo. Alves se quedó en una asistencia acertada por encuentro al tiempo que Messi y Alba apenas alcanzaron el 0,4 y el 0,2. En este ejercicio solo Neymar se supera —suma 122 y sale a 2,4 centros buenos por duelo— y el resto no llega a uno: ni los laterales Sergi Roberto (36 lanzados y 0,8 buenos de media) y Alba (9 y 0,1); ni Messi (23 y 0,2).

Pero si fallan los extremos no hay recambios en el primer equipo [más allá de los volantes] ni en el filial, aunque sí en el juvenil con Carles Pérez y Mboula. Pero para que lleguen falta tiempo, por lo que Luis Enrique debe variar la propuesta si quiere abrir las alas o recuperar la amplitud perdida.

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