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El Madrid, un líder sólido y solidario

El clásico del año pasado selló el fin de Benítez. Un año después, el Madrid vive feliz pese a las bajas porque la plantilla funciona como un engranaje perfecto

Eleonora Giovio
La felicidad de Modric y Ramos en la celebración del 1-1 contra el Barcelona.
La felicidad de Modric y Ramos en la celebración del 1-1 contra el Barcelona.PAU BARRENA (AFP)

Hay una imagen, de las muchas que dejó el clásico del sábado en el Camp Nou, que describe perfectamente el momento que vive el Real Madrid. Es la de la piña alrededor de Sergio Ramos después del gol del empate. No por la piña en sí, que es lo normal, sino por las diferentes formas de expresar la felicidad de los jugadores. Cristiano Ronaldo señala al capitán con un dedo, Ramos le mira y sonríe con los ojos (los de un niño) y Modric le agarra del cuello con los ojos cerrados y apretando los dientes, con la misma intensidad con la que se agarraría a un salvavidas en plena tormenta. “¡Sergioooooo!”, le recibieron entre gritos y abrazos en el vestuario. “Si bloqueas tú a Piqué entro solo. ¡Te lo he dicho!”, le suelta él con lucidez a Lucas Vázquez analizando la jugada.

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Fue un empate rescatado en el minuto 90. Un punto, nada más. Pero mientras el Barcelona, que se tomó el clásico como una prueba para medir si su estado anímico y deportivo era un simple bache, lo vive como la confirmación de que ha perdido el pulso, el Madrid lo celebra como si fuera una victoria. La victoria de un equipo que lleva 33 partidos sin perder, que sabe remontar, que tiene una plantilla con suplentes que funcionan, que ha sabido sobreponerse a bajas de jugadores fundamentales, que tiene futbolistas versátiles que se adaptan a jugar en diferentes posiciones y sistemas. La victoria de un equipo que, pese a tener altibajos, a sufrir contra casi todos los rivales, es un hueso duro de roer. Todas las veces que ha tenido dificultades ha conseguido remontar. Incluso cuando su técnico no acierta con los cambios, como ocurrió el sábado cuando dio entrada a un Casemiro todavía lento y quitó a Isco, resulta que Casemiro se convierte en providencial despejando en la línea de gol un remate de Sergi Roberto en los últimos segundos.

Todo funciona en este Madrid. La ventaja de seis puntos con respecto a los azulgrana sigue intacta y, además, ni el Sevilla (que perdió en Granada), ni el Atlético (que empató en casa contra el Espanyol) recortaron distancias. Los blancos son líderes, llevan una racha larguísima de partidos sin perder, se juegan el miércoles el liderato del grupo contra el Borussia Dortmund en la Champions y, antes de volar a Japón para disputar el Mundialito, recibirán al Deportivo en casa. Nada que ver con las Navidades que vivió el club el año pasado.

El trabajo como receta

La aplastante derrota en casa contra el Barcelona (0-4) selló el fin de la era Benítez. El técnico aguantó por inercia hasta enero, pero fue sentenciado esa tarde de finales de noviembre. El Madrid vivió otro esperpento más, el de la alineación indebida de Cheryshev contra el Cádiz, que puso fin a su participación en la Copa antes incluso de jugar la vuelta de los dieciseisavos. La plantilla iba a su bola, cada vez más alejada de un entrenador con el que nunca comulgó. La llegada de Zidane trajo magia y aire fresco. Efecto que no parece diluirse. “Nos ha cambiado la vida”, dijo Florentino Pérez hace pocos días en una entrevista a France Press.

“Sé que estos resultados pueden sorprender si se piensa que llegué en enero. Para mí no son sorprendentes porque es algo que hemos conseguido con el trabajo, la intensidad y la concentración. Trabajamos mucho todos: jugadores, cuerpo técnico. Intentamos que todo funcione bien y con los jugadores de tanta calidad y tan profesionales que tengo, hay muchas posibilidades de conseguir logros”, reflexionaba Zidane el viernes en la víspera del clásico. El trabajo es la receta que invocó desde que llegó al banquillo del Madrid. La misma a la que apela día sí y otro también Modric. “Esta racha de 33 partidos no puede ser casualidad. Estamos en un estado de forma muy bueno y con mucha confianza. Siempre dije que con la calidad que tenemos, si luchamos y nos entregamos todos, somos muy difíciles de ganar”, dijo el sábado antes de marcharse del Camp Nou.

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Sobre la firma

Eleonora Giovio
Es redactora de sociedad especializada en abusos e igualdad. En su paso por la sección de deportes ha cubierto, entre otras cosas, dos Juegos Olímpicos. Ha desarrollado toda su carrera en EL PAÍS; ha sido colaboradora de Onda Cero y TVE. Licenciada en Ciencias Internacionales y Diplomáticas por la Universidad de Bolonia y Máster de EL PAÍS.

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