España se clasifica para la Eurocopa tras un nuevo empate ante Austria
La selección española sub-21 estará en Polonia 2017 gracias a su fortaleza defensiva
La selección española sub-21 disputará la Eurocopa de Polonia en 2017 después de empatar por dos veces ante Austria, su rival en la repesca. De nuevo el valor doble de los goles fuera de casa determinó el resultado de una eliminatoria en la que ninguna selección salió victoriosa. España propuso tanto o más que Austria, aunque encontró el premio de la clasificación gracias al tanto de penalti de Deulofeu hace cinco días en el estadio Sankt Polten. El resumen puede parecer tan escueto como resolutivo. Las innumerables ocasiones falladas por el conjunto de Celades ayer en Albacete no hacen más que describir la atmósfera de sufrimiento que rodeó el encuentro, pero apenas influyen en el desenlace puramente deportivo. España jugará el Europeo por su acierto a domicilio y su capacidad para no encajar un gol en la vuelta, nada más.
ESPAÑA, 0 -AUSTRIA, 0
España: Kepa; Jonny, Meré, Vallejo, Gayá; Merino, Saúl; Óliver Torres (Asensio, m. 69), Denis (Llorente, m. 93), Deulofeu (Williams, m. 88) y Borja Mayoral. No utilizados: Pau, Manquillo, Diego González, Munir.
Austria: Bachmann; Mwene, Schoissengeyer, Lienhart, Sallahi; Schlager (Jäger, m. 78), Wydra (Kvasina, m. 89), Schaub, Schöpf; Gregoritsch y Laimer (Dovedan, m. 79). No utilizados: Leitner, Gugganig, Wöber, Prokop.
Árbitro: Serdar Gözübüyük. Expulsó por doble tarjeta amarilla a Schöpf (m. 80). Amonestó a Merino, Wydra, Óliver, Dovedan, Gregoritsch y Denis.
Unos 10.000 espectadores en el Estadio Carlos Belmonte.
Aleccionado por lo ocurrido durante la segunda parte en Austria, Celades decidió sacrificar de inicio a un mediapunta como Asensio para introducir a un mediocentro defensivo como Merino. Con el navarro sobre el campo, Saúl ocupó una posición más adelantada, circunstancia que permitía a España reforzar la zona central al mismo tiempo que no menguaba la disposición ofensiva del equipo. La otra variante del técnico catalán tuvo que ver con la entrada de Mayoral en lugar de Williams, en una apuesta por la especialización en lugar de la movilidad. Ninguno de los cambios resultó efectivo.
En muchos momentos, Saúl y Merino parecieron representar el mismo papel, sin que semejante contraindicación inesperada resolviese, al menos, la pugna por la pelota. Le costó a España mantener el balón en la primera parte, porque Austria se lo disputó a base de presión y de adelantar la línea defensiva. Mwene pareció por momentos una representación en miniatura de su paisano Alaba, al que se le asemeja, por el momento, solo en el corte de pelo.
La imposibilidad de mantener el balón produjo en España un efecto en cadena que afectó del mismo modo a Óliver y a Mayoral, que perdieron toda relevancia en el juego ofensivo. Solo Gayá, con alguna internada, descolocó a los austriacos, tanto como para que uno de los defensas cometiera penalti al despejar con la mano un centro del lateral del Valencia. Pero el árbitro no lo señaló, y no se reeditó el comienzo del encuentro disputado en Austria.
Desacierto continuo
La perspectiva del partido cambió tras el descanso y especialmente con la salida de Asensio. Con una mayor participación de Denis Suárez, y con Deulofeu intercambiándose de banda, España resultó algo menos previsible. El catalán inauguró el repertorio de ocasiones marradas con un remate al cuerpo de Bachmann después de deshacerse de una manera tan estética como prácticas de dos defensas. Sin embargo, el del Everton falló en el último instante, el decisivo. Lo mismo le ocurrió al final del encuentro, cuando España, con un jugador más sobre el campo tras la expulsión de Schopf, aprovechó los huecos en la defensa de Austria. El portero volvió a ganarle el envite en el mano a mano y su remate posterior volvió a marcharse desviado con toda la portería de cara.
Tampoco fue la noche de Mayoral, que tras una pared con Deulofeu envió fuera el balón cuando se encontraba a un palmo de la portería austriaca y después golpeó el cuerpo de Bachmann con un disparo raso desde el punto de penalti. Más controlada España gracias al saber estar de Asensio y a la movilidad de Denis, los de Celades pudieron al fin disfrutar de la pelota y esconderla durante los últimos minutos. Williams y Marcos Llorente entraron para perder tiempo y evitar cualquier contragolpe de Austria. En el fondo, lejos del resultado final, España ha demostrado que saber sufrir tiene premio, aunque sea menos vistoso.
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