Luis Suárez marca y fuerza la amarilla

Luis Suárez es un depredador del área. Cuando no marca, no es el mismo. Y cuando lleva dos partidos sin conseguirlo, se hace más evidente su ansia de gol. El delantero uruguayo no pudo marcar ni ante el Granada ni ante el Manchester City. En Sevilla falló alguna ocasión, pero anotó el segundo tanto azulgrana, el que dio el triunfo a su equipo. Es el octavo que consigue en esta Liga.

“Lo importante de los goles es que sirven para ayudar al equipo y para seguir ahí arriba”, explicó. El delantero subrayó la dificultad que entrañaba el partido en un campo como el Sánchez Pizjuán. “Nos llevamos los tres puntos y sirven para seguir ahí arriba. Ellos han presionado y juegan bien, por algo compiten en la Champions. Hay que saber jugar esta clase de partidos, ante un rival tan difícil”. Explicó el delantero los motivos por los que cambiaron las constantes del duelo tras el descanso. “Estuvimos bien parados en el fondo, mejoramos la salida del balón, algo difícil porque ellos estaban haciendo una presión muy buena. Y luego, tratamos de concretar arriba”.

Suárez vio la tarjeta amarilla tras agarrar a un jugador del Sevilla. El uruguayo reconoció de manera implícita que fue una tarjeta forzada. Acumulaba cuatro y era sabedor de que la quinta le suponía un partido de sanción. El próximo encuentro liguero del Barcelona se disputará contra el Málaga el 19 de noviembre, tras el parón debido a los compromisos de las selecciones. El equipo técnico azulgrana consideraba preferible que Suárez se perdiera el partido ante el Málaga para luego afrontar sin ninguna amenaza de sanción los compromisos ligueros que les aguardan, ante la Real Sociedad, el 27 de noviembre, y ante el Real Madrid, el 3 de diciembre. “Obviamente”, admitió Suárez, “la tarjeta amarilla viene bien para quedar limpio para los partidos importantes que vienen en Anoeta y ante el Madrid”.