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La chilena de Rafinha en el Barcelona puede con el Granada

Muy disminuido y falto de fútbol, el Barcelona derrota al contrincante en un mal partido con un gol de Rafinha

Ramon Besa
Rafinha festeja su tanto al Granada.
Rafinha festeja su tanto al Granada.Alejandro García (EFE)

No conviene tentar a la suerte en el fútbol, y menos bromear con la celebración de los goles, después de partidos accidentados como el de Mestalla. El Camp Nou estaba colérico por los sucesos de Valencia y pedía que marcaran Messi, Neymar y Luis Suárez. Había que festejar un marcador de impacto contra el Granada. Nadie se ofendería en el estadio, ningún goleador debería contenerse, sino que festejaría cada diana como si le fuera la Liga. La excitación del barcelonismo no se correspondió con la actuación del equipo, que suerte tuvo de un futbolista ambicioso y resultón como es Rafinha. El hijo de Mazinho sacó a los azulgrana de un apuro muy gordo en una noche finalmente lúgubre, muy poco festiva, ni siquiera para Messi. Los azulgrana andan mal, a disgusto, más vulgares que nunca cuando se destempla el 10.

Al partido le costó mucho desperezar y no hubo más protagonista durante un buen rato que Javier Tebas. La hinchada se puso de acuerdo para reprobar al presidente de la Liga Profesional y a los 12 minutos de partido se armó una buena bronca en el Camp Nou. Aparecieron pañuelos blancos y rojos, como si se tratara de una tarjeta roja dirigida al Comité de Competición, y a coro cantaron muchos que se vaya Tebas.

El ruido de la grada contrastó con el silencio de la cancha porque el Barça no conseguía asegurar el triunfo ante el Granada. Muy apretado en dos líneas, una de cinco zagueros y una segunda de cuatro medios, el equipo de Alcaraz apenas concedió espacios a los azulgrana, poco precisos, nada contundentes, más cerca del banderín de córner que del área de Ochoa. Aparecía muy poco Messi, Neymar se resbalaba y no daba pie con bola Luis Suárez. Apenas se contaban ocasiones y el uruguayo marró los dos únicos remates francos que tuvo antes de que se llegara al descanso con un resultado sorprendente si se atiende a que el Granada nunca ha ganado en el Camp Nou: 24-0.

La organizada defensa de Alcaraz esterilizaba al tridente del Barcelona. Tampoco había noticias de los dos interiores, Rafinha y Denis Suárez, fuera de foco, y un buen llegador y tirador como Rakitic quedó ubicado como mediocentro después que el entrenador reservara a Busquets. A los barcelonistas les cuesta últimamente jugar, elaborar el fútbol, cada vez más entregado a la presión y a la recuperación, a los ataques cortos, solo aliviado por la profundidad de Sergi Roberto.

La aparición de Messi

No está fino el Barcelona, muy exigido por el calendario y rebajado por lesiones que afectan a su columna: Piqué e Iniesta. La circulación de la pelota es muy lenta y los rivales le anudan muchas veces, también en el Camp Nou. La sensación de riesgo, y también de peligro, era mínima porque el Granada tampoco conectaba con Pereira y sus salidas eran tan ingenuas como bien defendidas por el fuera de juego practicado por el Barcelona. A pesar de las ausencias, cerraban bien los azulgrana con Umtiti y Mascherano. No hubo más electricidad en un plano horizontal que los cara a cara de Neymar y Cuenca, uno de los muchos azulgrana en el Granada.

Sin Busquets, los centrales valen doble

Decidió Luis Enrique dar reposo a Busquets y aunque cambió el centro del campo, con Rakitic de mediocentro y Rafinha haciendo las veces de Iniesta, los que más notaron la rotación del eje fueron los centrales.

Aunque Rakitic se insertaba de tercer central, siempre tenía un rival encima. Por lo que Mascherano fue el encargado de dar el pase vertical que descontara líneas de presión. Y encontró a Neymar, Messi y sobre todo a Luis Suárez, que no supo driblar al portero en el mano a mano tras el desplazamiento del central. También se subrayó el argentino con las anticipaciones en el acoso adelantado, cojo el equipo al estirar las líneas hacia delante porque nadie lo hace como Busquets. Del mismo modo, si Mascherano corría hacia delante, fue Umtiti el que corrigió hacia atrás, pendiente de la carrera y de evitar las finalizaciones de las contras rivales. No hubo quién le ganará en el sprint.

La dormidera se acabó en el descanso, no se sabe si por intervención de Luis Enrique o porque despabiló Messi. El 10 conectó rápido y bien con Luis Suárez, la pelota pasó por los pies de Rafinha y su toque hacia Neymar acabó en el poste de Ochoa. El rechazo de Vezo lo pillo de espaldas a Rafinha, que se marcó una chilena: 1-0. Ya repuesto, Rafinha respondió a la confianza del técnico con un nuevo gol: cinco en cinco partidos como titular en la Liga.

El tono del partido, sin embargo, cambió muy poco para el Barça. Alcaraz movió el banquillo y sus muchachos asomaron ante Ter Stegen. Los azulgrana se impacientaron, convencidos de que precisaban un segundo gol para evitar sorpresas en una contra del Granada, y perdieron el hilo del encuentro, ramplón y soso, aburrido para el tenso Camp Nou.

Ningún futbolista se desmarcó de la atonía colectiva, tampoco André Gomes, que pasó de puntillas como Denis Suárez. No acaba de funcionar el casting de volantes en busca del sustituto de Iniesta. Incluso apareció Samper, un candidato que ha recalado en el Granada. El mejor hoy es Rafinha. Acaso conviene subrayar el esfuerzo del irreductible Mascherano, líder de una buena defensa a falta de un mejor ataque, capaz incluso de ponerle el balón del 2-0 a Suárez. Volvió a fallar el uruguayo y acabó sustituido por Alcácer. Hasta Messi se equivocó solo ante Ochoa. Los delanteros azulgrana acabaron desquiciados y Neymar volvió a tomar una tarjeta sin venir a cuento, igual que en partidos anteriores Messi y Suárez. Hay nervios porque el equipo sufre, las victorias son mínimas y toca sobrevivir más que disfrutar, ya sea en Mestalla o el Camp Nou.

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Sobre la firma

Ramon Besa
Redactor jefe de deportes en Barcelona. Licenciado en periodismo, doctor honoris causa por la Universitat de Vic y profesor de Blanquerna. Colaborador de la Cadena Ser y de Catalunya Ràdio. Anteriormente trabajó en El 9 Nou y el diari Avui. Medalla de bronce al mérito deportivo junto con José Sámano en 2013. Premio Vázquez Montalbán.

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