Nadal pone fin a su temporada

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Rafa Nadal ha puesto fin a la montaña rusa en la que ha viajado esta temporada. El tenista balear ha anunciado que baja la persiana para recuperarse completamente de la lesión en la muñeca izquierda que arrastra desde hace cinco meses y así afrontar 2017 con otra cara. No estará, por tanto, ni en el torneo de Basilea, ni el de París-Bercy ni tampoco en la Copa de Maestros, cita para la que todavía no se había clasificado. 

La lesión condicionó a Nadal, ganador de 14 Grand Slams, desde el duelo con el portugués Joao Sousa en la Caja Mágica de Madrid allá por mayo. Desde entonces el año ha sido una lucha contra el dolor señalada por una fecha clave. "Creo que no es ningún secreto decir que llegué muy justo a los Juegos Olímpicos y el objetivo era ganar una medalla para España", admite el balear en el comunicado difundido en las redes sociales. Tuvo que decir adiós a Roland Garros tras dos victorias y al tren de Wimbledon ni se llegó a subir, poniendo en duda su participación en Río. Pero en Brasil, Nadal volvió a sonreír. Primero como abanderado, devolviéndole la cita olímpica lo que no le pudo dar en Londres; y luego, con la medalla de oro en dobles junto a su amigo Marc López tras batir en una intensa final a los especialistas rumanos Florin Mergea y Horia Tecau. Se quedó a un dedo de la gloria en individual, tras una exhibición de entrega frente a Del Potro en semifinales y contra Nishikori en la lucha por el bronce, que al final se le escapó. 

El sprint por llegar a Río le provocó un edema óseo de sobrecarga en una zona diferente a la de la lesión que no le permitió rendir al cien por cien y que le provoca, además, dolores en la zona.  “Esta recuperación acelerada me ha causado dolor en todos los torneos desde entonces y ahora me veo obligado a parar y pensar ya en 2017”, añade el español, número seis del mundo, que cierra curso con 39 victorias y 14 derrotas, y los títulos de Montecarlo y Barcelona.

Los síntomas de ese desgaste físico se evidenciaron en sus dos últimas apariciones, que acabaron con despedidas prematuras: en cuartos ante Dimitrov en Pekín;  y en segunda ronda frente a Troicki en Shanghai. En los dos casos, dos rivales que nunca le habían ganado. Tras los tropiezos ya deslizó que a lo mejor seguir compitiendo no era la mejor solución y que lo tenía que meditar con su equipo. Una reflexión que ha desembarcado, finalmente, en una nueva parada en boxes.