Sonia Bermúdez: “Hay que dar gracias a las que derribaron puertas”
La delantera del Atlético analiza la evolución del fútbol femenino y de su carrera, en la que ha ganado siete títulos de Liga
Sonia Bermúdez (Madrid, 31 años) comenzó a jugar en un equipo de chicos de fútbol sala cuando tenía siete años. A los 10 pasó a fútbol siete, en un club de Vallecas, y dos años más tarde ya no podía seguir con ellos porque con 12 las chicas tenían que pasar a un equipo femenino. “Hicimos un amistoso contra el Butarque de Leganés y como en aquella época no había muchos equipos femeninos en Madrid me fui para allá”, recuerda la futbolista, ahora en su segunda temporada con el Atlético de Madrid. 20 años después, la delantera ha sumado en su carrera siete títulos de Liga (tres con el Rayo Vallecano y cuatro con el Barcelona, todos de forma consecutiva) y tras siete jornadas el cuadro rojiblanco ahora es líder de la Liga Iberdrola con un punto más que el Barcelona, que ha disputado un partido menos.
Con dos décadas de juego en sus botas, Bermúdez ha vivido la evolución del fútbol femenino, tanto a nivel de selecciones como en la competición nacional, ahora en plena eclosión. Con La Roja ha sido internacional en 60 ocasiones, ha sumado 35 goles, el año pasado formó parte de la histórica expedición que disputó su primer Mundial y ha tenido un papel clave en la clasificación de España para la Eurocopa del próximo verano con pleno de victorias y una contundencia que le acerca a las potencias. Con el Atlético, la temporada pasada logró el primer título del equipo ganando la Copa de la Reina, donde fue elegida mejor jugadora del torneo.Ahora, al fútbol femenino se asoman los patrocinadores y las televisiones, con la retransmisión de al menos dos partidos por jornada a cargo de GOL y beIN.
El primer paso fue la creación de una asociación de clubes por parte de La Liga —a la que aún no se han adherido Barcelona, Real Sociedad ni Athletic—, que además diseñó una sección exclusiva para buscar rentabilidad a un torneo gestionado por la federación española. Todo con el objetivo de profesionalizar un deporte al que separa una brecha importante no solo de la competición masculina sino también de otras ligas europeas.
Esta temporada, además, la primera división estrena patrocinador oficial, que también da nombre a la máxima categoría. “Que haya entrado Iberdrola es muy importante. Ojalá todos los equipos de primera división sean algún día profesionales, no solo tres o cuatro”, reivindica.
Bermúdez explica que ha podido vivir del fútbol y cotizar desde que jugaba en el Rayo (2004-2011) y aunque admite la superioridad de otras ligas femeninas, como la francesa o la alemana, celebra la profesionalización que ha experimentado su deporte.“Ahora tenemos mejores condiciones. Entrenamos por las mañanas y eso hace que estés mucho más implicada en el club. Poder cotizar, no tener que estar trabajando en otras cosas, eso hace que sea más profesional, entre otras muchas cosas. También las mejoras en los viajes o que te puedan mejorar año tras año el contrato”, resume.
No quiere olvidarse Bermúdez de los orígenes del fútbol femenino, cuando todo era mucho más difícil. “Para los que no conocían lo de antes hoy el futbol femenino es muy bonito. Ahora nos televisan y tenemos patrocinadores, pero eso es gracias a futbolistas que han jugado en tierra, que han luchado mucho por que todo esto se produzca. Ahora no forman parte de esto y tenemos que dar gracias a que han derribado muchas puertas”.
Bermúdez ha escogido un camino alternativo al de otras futbolistas españolas de alto nivel, como Vero Boquete e Irene Paredes —ambas en el PSG— o Marta Corredera —en el Arsenal—, por citar solo tres internacionales, que han buscado en el extranjero contratos más atractivos. Jugó cuatro temporadas en el Sporting de Huelva, una en el Sabadell, siete en el Rayo y cuatro años en el Barça, además de una pequeña experiencia en el Western New York Flash estadounidense en 2014. Hace dos temporadas volvió a su Madrid natal tras fichar por el Atlético. “Pensaba que aunque tuviera 29 años podía seguir creciendo como futbolista. Me puse en contacto con el Atlético porque el proyecto que planteaban era muy bueno y sí que es verdad que el Barça me ofreció la renovación, pero creo que era el momento de marchar porque quería ver si era capaz de ganar títulos con otro club y estar cerca de casa. Y así ha sido”, resume la atacante rojiblanca. En el Barça, con la selección y con el Atlético, asegura que ha encontrado un estilo similar. “En el Atlético queremos tener el balón, algo que también nos pasaba en el Barça y ocurre en la selección”.
Un estilo que encaja con sus habilidades. Como cualidad innata destaca su regate con la zurda, un talento que con los años ha ido arropando mejorando los movimientos para recibir al espacio y generar peligro. “Puedes nacer con algunas cualidades, pero si no las trabajas es imposible mejorar”, defiende.La suma de atributos la han convertido en una goleadora implacable. Hasta en cuatro ocasiones ha acabado la temporada como máxima goleadora y este curso también encabeza la lista anotadora con 12 goles en siete partidos, el último al Betis en la victoria por 2-1 del sábado.
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