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El Málaga remonta en un minuto

El Athletic, en inferioridad numérica de forma injusta, paga el cansancio y el planteamiento muy defensivo de Valverde

Rafael Pineda
Duda celebra el gol del triunfo del Málaga.
Duda celebra el gol del triunfo del Málaga. JORGE GUERRERO (AFP)

Respira el Málaga, al que le salvaron el corazón y los cambios de Juande Ramos. Cayó el Athletic después de una magnífica racha de cuatro triunfos consecutivos, pagando la injusta expulsión de Balenziaga, que le obligó a jugar parte y media en inferioridad numérica. También castigado por las decisiones de Valverde, su buen entrenador, que se la jugó en el segundo tiempo con un planteamiento demasiado defensivo. Quedaban 30 minutos y el Athletic ganaba 0-1. Valverde quitó a Aduriz y metió en el campo a Etxeita, plantando una defensa de cinco defensas. El Málaga se volcó y logró la remontada en dos acciones aisladas, pero de calidad. Sandro y Duda le dieron a los andaluces tres puntos de oro, que tranquilizan un ambiente que se estaba poniendo bastante tenso. No jugó bien el Málaga, pero ganó. También porque a la hora de las decisiones Juande lo bordó y Valverde fue demasiado conservador. El entrenador del Málaga conserva su instinto para cambiar el orden los partidos. La entrada de En-Nesyri colocando a Camacho de central y la inclusión de Duda resultaron determinantes.

El Málaga vive en un estado de nervios. Juande no da con la tecla. Esencialmente porque su sistema defensivo hace aguas de manera evidente. Bien lo aprovechó Aduriz. Muy pronto, a los tres minutos, cuando Aduriz realizó un control de ensueño tras gran pase de De Marcos. El delantero marcó tras ganarle la acción al ingenuo Llorente. Los nervios que transmite la defensa se transmiten al resto del equipo, donde Camacho no aparece. Un caldo de cultivo perfecto para el Athletic, en buen momento de forma, con dos jugadores efectivos y prácticos, caso de Raúl García y Aduriz, y uno, Beñat, que convierte cada pase en una delicia.

El Athletic le dio un buen baño al Málaga en la primera media hora de partido, hasta que llegó una jugada que acabó con Balenziaga, de manera injusta, fuera del campo. El colegiado, a instancias de su juez de línea, mostró la tarjeta roja al lateral del Athletic cuando también la mereció Rosales, que le pegó una patada en el costado, repelida por el propio Balenziaga. Empeñado en vivir en las cavernas, el fútbol no tiene remedio. El uso de la tecnología en este tipo de jugadas acabaría con cualquier polémica y ayudaría a los colegidos.

La expulsión de Balenziaga, evidentemente, cambió el curso del encuentro. Juande se la jugó en los cambios, mientras que Valverde ofreció su cariz más conservador. El Athletic intentó cerrar el choque, quizás con demasiado tiempo por delante, sin pensar jamás en el ataque. Se metió atrás y pensó que los nervios del Málaga harían el resto. Los andaluces, en un minuto mágico, le dieron la vuelta al encuentro. Un veterano, Duda, dio el pase del primer gol a Sandro en el empate e hizo el segundo después de una gran internada de Juan Carlos, otro de los cambios de Juande. Fue el colofón a un encuentro que acabó con dos expulsados y demasiadas tarjetas amarillas, con demasiados nervios y encontronazos.

El Athletic, también cansado después de su partido europeo y poco refrescado por su entrenador, quiso zanjar el encuentro por la vía fácil, la de encerrarse, algo que no pega demasiado con el carácter de su entrenador, incluso del estilo de sus futbolistas. El Málaga se marcha al parón disipando algunas de sus dudas, con Juande mostrando una de sus cualidades principales como entrenador, su capacidad para alterar el sino de los partidos con sus decisiones en la banda.

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