Vázquez y Dybala, el reencuentro de dos hermanos en Turín

Dos días estuvo escondido Franco Vázquez en Orlando, en la concentración del Sevilla en pretemporada, mientras se cerraba su contratación con la entidad sevillana. El club andaluz, a través de su director deportivo, Monchi, había llegado a un acuerdo con el presidente del Palermo, Maurizio Zamparini, para fichar al centrocampista argentino. “Pero aquello no se cerraba y lo tuvimos que esconder en los Estados Unidos para que la operación no se rompiera. El fichaje de Vázquez ha sido el que más me ha costado este verano. El Palermo es un club muy presidencialista, algo complicado”, recuerda el director deportivo cuando se le cita al mudo, el fichaje más caro de los 11 que ha hecho el Sevilla (15 millones de euros) y el que ha despertado, hasta el momento, más expectación entre los aficionados del Sevilla. Vázquez es un futbolista básico para Jorge Sampaoli. Ha sido titular en los seis partidos de competición disputados ya por el Sevilla y ha logrado dos goles (uno en la Supercopa de Europa ante el Madrid y otro en Liga contra el Espanyol)..

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“El mudo nos va a dar grandes tardes. Es un futbolista diferente. Es el fichaje que más me ilusiona”, aclara el propio presidente del club, José Castro, poco antes de que el Sevilla vajara para iniciar su andadura en la Liga de Campeones ante el campeón italiano, la Juventus. Será el regreso de Vázquez a Italia, donde se hizo futbolista y donde forjó una carrera que le ha permitido a sus 27 años dar el salto al Sevilla. En Turín, además, le espera Paolo Dybala, delantero de la Juventus y prácticamente un hermano para el mudo. Vázquez y Dybala formaron durante dos temporadas una delantera de alto nivel en el Palermo. En 2014 contribuyeron al ascenso del Palermo a la Serie A y en 2015 fueron la base de un equipo que quedó en una aceptable 11ª posición.

Tanto destacaron ambos que la Juventus intentó firmar también a Vázquez en la primavera de 2015, aunque al final fue solo Dybala el que llegó a Turín y a cambio de 32 millones de euros. Vázquez se quedó en el Palermo, que salvó la categoría, y Dybala mostró un fútbol asombroso a toda Europa. Vázquez ya no tuvo a Dybala a su lado. Le tocó entenderse con otro grande del fútbol italiano, Gilardino.

“Lo primero que hice cuando nos tocó el Sevilla fue llamarle por teléfono. Le dije que le haría un túnel en el partido”, comentó el propio Dybala a la prensa italiana nada más conocerse el sorteo de este grupo H. Naturales los dos de la provincia de Córdoba, Dybala y Vázquez fueron uña y carne desde 2013 a 2015. Ambos compartían habitación y el Mudo, que llegó al Palermo en 2011, acogió a Paolo. O más bien, Vázquez fue uno más en la casa de Dybala, que llegó al Palermo en 2012, cuando Vázquez fue cedido al Rayo Vallecano. La madre del actual delantero de la Juventus cocinaba para ambos, que compartían siempre un asado después de los partidos. “Jamás me sentí solo teniendo a mi lado a Paolo y su mamá”, reconoció Vázquez en 2015. Uno más en una familia donde no estaba el padre de Dybala, que murió cuando éste tenía 15 años. Los dos zurdos de oro del Palermo se salen en la temporada 2014-15. Vázquez juega 37 partidos y hace 10 goles. Dybala participa en 34 choques y mete 13 tantos. La conexión es letal, una sucesión de pases y goles que enloquecen a la exaltada afición del equipo de la capital de Sicilia. Testigo de la conexión es Enzo Maresca, exfutbolista del Sevilla campeón de la UEFA en 2006 y 2007. A Maresca acudió Monchi para preguntarle por el mudo y recibió informes muy favorables del que fue el héroe de Eindhoven, donde el italiano hizo dos goles para que el Sevilla ganara su primera UEFA en 2006. Y fue Maresca el que le habló de Sevilla, del club y de que no se pensara ni un instante en aceptar la oferta que le hacía el Sevilla.

El Mudo sintió que su etapa en el Palermo había acabado. Monchi fue a buscarlo a Sicilia. Luego se montó en un avión y estuvo dos días escondido en Florida, hasta que Zamparini dijo sí. Tímido y muy discreto, Vázquez es feliz en el Sevilla, un club grande pero también familiar, donde nada le sobrepasa. Ahora, en su estreno en la Liga de Campeones, le espera su hermano, Dybala.