El Valencia avisa: “Si Alcácer quiere irse que lo diga públicamente”
El Barça presiona para fichar al delantero y en Mestalla le instan a que exprese claramente su deseo de marcharse
Paco Alcácer, humilde y tímido, futbolero y futbolista, está en una encrucijada. Le ha venido a buscar el Barcelona, donde tendría menos minutos, pero brillaría (y ganaría) más que ahora. Y su club de toda la vida, el Valencia, dice que el chico, delantero con olfato, jugador de área, no se vende. Lo ha dicho la presidenta, Layhoon Chan, el director deportivo, Jesús García Pitarch, y el entrenador, Pako Ayestarán. Y no, parece que no hablan por hablar. Ni es parte de una negociación. Sin embargo, mientras tanto, diferentes medios dan el fichaje prácticamente por hecho desde hace días, ya que, aseguran, el Barça tiene un acuerdo firmado con el jugador. “Estamos molestos, lamentamos la actuación del Barcelona, que filtra a los medios catalanes diariamente informaciones sobre el tema a pesar de que no hay ninguna novedad”, aseguran fuentes del Valencia.
En el club se muestran sorprendidos porque Alcácer (Torrent, Valencia; 22 años) ni siquiera se ha atrevido a decirle a ninguno de los que deberían firmar su salida que quiere jugar en el Barça. “Si es así, si quiere irse, que lo diga públicamente. Y entonces ya veremos qué pasa”, apuntan las mismas fuentes. “Solo en ese caso podría darse un planteamiento diferente”. Lo que no significa, por otro lado, que una declaración de intenciones por parte del jugador vaya a saldarse con su marcha al Camp Nou. “Parejo ya nos dijo que se quería marchar y el club le ha dicho que no, que se tiene que quedar”, explican, como ejemplo de cómo funcionan últimamente las cosas en Mestalla.
Además, aseguran, ahora mismo el Valencia cumple con el fair play financiero que exige la UEFA. Nani ya está inscrito y listo para jugar en Eibar. Y la venta de un canterano como Alcácer no solucionaría gran cosa en estos términos pues el coste de amortización salarial sería de 3,5 millones. No sería mal negocio, eso sí, al margen del asunto del fair play, vender a Alcácer por 30 millones más variables (si es que son esas las cifras del supuesto futuro acuerdo) y tener cedido a Munir por una temporada. Todo está ahora en manos de Alcácer, pues. Depende de su arrojo. De sus ganas de irse. Y de si pierde toda esa timidez que sí deja olvidada cuando sale al campo.
Aunque puede que Alcácer sí tenga claro que quiere aprovechar la fantástica oportunidad que le brinda Luis Enrique —tiene claro que quiere un cuarto delantero para dar relevo a Messi, Neymar y Suárez, y especialmente quiere un jugador de área, un nueve puro—, su club no se lo va a poner fácil. Y para un jugador valencianista como él, que se ha formado en las categorías inferiores y ha cargado con el liderazgo del equipo las últimas temporadas, decir alto y claro que prefiere lucir otra camiseta aunque sea sentado en el banquillo como billete para que le abran la puerta, no debe ser plato de buen gusto. Esa es su encrucijada.
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