Francia mantiene la puerta cerrada a Benzema

Karim Benzema lo tiene muy complicado para volver a vestir la camiseta azul de la selección francesa. El futbolista del Real Madrid, que se pasó toda la Eurocopa publicando fotos y mensajes en las redes sociales en los que contaba sus vacaciones -de Los Angeles a Dubai pasando por las Maldivas-, vio ayer cómo Francia le negó su reincorporación al conjunto de Didier Deschamps con el torneo ya finalizado y las eliminatorias para el Mundial de Rusia a la vista. “El jugador no está suspendido de por vida pero hay que darle tiempo al tiempo a este asunto”, aseguró este martes en rueda de prensa Noël Le Graët, el presidente de la federación gala. “Hay una investigación abierta contra él, no es cosa menor, hay que ver cómo evoluciona su caso a nivel judicial”, insistió el dirigente.

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Benzema se perdió la Eurocopa, un torneo que podría haber sido la coronación de su carrera deportiva, por su imputación en el caso de chantaje sexual a su compañero de selección Mathieu Valbuena. La federación francesa justificó entonces la decisión de prescindir de su máximo goleador en actividad (27 goles en 81 partidos) por “preservar la vida del equipo” y la supuesta falta de “ejemplaridad” del madridista en el asunto.

Sin él, Francia alcanzó la final de la competición, perdiendo por un gol de Portugal en la prórroga, y demostró una formidable aptitud para marcar con el rojiblanco Antoine Griezmann como nueva estrella en la punta del ataque. Un balance positivo que no juega a favor de Benzema, de 28 años, que publicó en las redes sociales escasos mensajes de apoyo a sus excompañeros con los Bleus antes y después de la final perdida del pasado domingo. “Decepcionado por nuestros Bleus… Lo habéis dado todo. ¡Gracias!”, escribió.

“El seleccionador todavía tiene la posibilidad, aunque un jugador no esté suspendido, de no convocarle. Esto forma parte de la vida de un equipo”, añadió el presidente Le Graët, que remite así a Deschamps la decisión de apartarle definitivamente del equipo tal y como lo hizo recientemente con Franck Ribéry o Samir Nasri, exestrellas convertidas en parias de la selección por su comportamiento fuera de los terrenos de juego. A Deschamps le sentaron fatal las declaraciones que hizo Benzema unos días antes del inicio de la Eurocopa asegurando que el técnico se habría “plegado a una parte racista de Francia” para no convocarle, unas acusaciones que desembocaron en que la casa del seleccionador en Bretaña fuera pintada con la palabra “racista” unos días después.

Desde el estallido del escándalo judicial, Benzema siempre tuvo el apoyo del presidente Le Graët, que le tiene una gran estima por su trayectoria futbolística desde los suburbios de Lyon hasta la élite, pero es probable que se haya perdido el respaldo del seleccionador Deschamps, cuyo contrato se extiende hasta el mundial de Rusia en 2018 y que podría privilegiar a los jugadores que fueron finalistas de la Eurocopa, el mejor resultado de Francia de los últimos diez años. A Benzema, cuyos abogados siguen muy activos en los tribunales, sólo le queda confiar en la justicia francesa para volver a soñar con vestir la camiseta de Francia. Una situación que podría concretarse a finales del mes de julio cuando el tribunal de Versalles entregue su decisión sobre la petición formulada por los asesores judiciales del jugador de anular la investigación que existe contra él por considerarla “desleal”.