La pesada losa de Inglaterra

Roy Hodgson parecía en la tarde de este martes un hombre devastado. “Realmente no sé muy bien que pinto aquí, ya no soy el seleccionador de Inglaterra”, previno en comparecencia organizada por la federación para echar el telón a su Eurocopa. Inglaterra se va tras perder contra Islandia, una isla con la misma población que Leicester. Para Hodgson, a punto de cumplir los 69 años, pudo ser el último show si no acepta alguna de las ofertas que tiene para emigrar al fútbol chino. “Me dijeron que viniese… alguien tiene que dar la cara en la adversidad”, apuntó.

Inglaterra va de desastre en desastre. En julio se cumplirá medio siglo del gran triunfo de los inventores del fútbol. Ganaron su Mundial. Hay distancias y deben salvarse, pero aquel momento puede verse como lo que hace ocho años era en España el gol de Marcelino a Rusia. Varias generaciones de futbolistas han quedado en el camino. Keegan, Brooking, Clemence y Shilton en la meta, el capitán maravilla Bryan Robson, Hoddle, Lineker, Peter Reid, Waddle a banda cambiada, el irreverente Gascoigne, Shearer, los Fergie Babes con la seda de Beckham y el acero de Scholes, Gerrard y Lampard, Terry y toda una recua de coriáceos centrales. Un estilo y una mística que no logra imponerse, maltratado también por la fortuna, que laminó ilusiones en las tandas de penaltis de los Mundiales de 1990, 1998 y 2006 y en las Eurocopas de 1996, 2004 y 2012. En Brasil hace dos años el equipo cayó en primera ronda en un grupo que ganó Costa Rica y brotaron las disculpas hacia un grupo de jóvenes que todavía se entendía que no estaba maduro. Francia era el momento, pero ganaron de manera agónica a Gales, empataron con Rusia y Eslovaquia y perdieron ante Islandia. Inasumible para Hodgson, que anunció su dimisión en la sala de prensa del mismo estadio de Niza donde su equipo se quedó sin argumentos ante el modesto cuadro nórdico.

Arrecian las críticas

“No hemos podido con el peso de los últimos 50 años”, reconoció Martin Glenn, director ejecutivo de la Federación inglesa. Las críticas arrecian. Un amplio elenco de exjugadores devenidos en comentaristas, muchos de ellos obviamente depositarios de esa negra leyenda que arrastra la selección, han criticado tras la derrota con dureza el trabajo realizado con el grupo actual. “Patético y espantoso”, apuntó Alan Shearer. “La peor derrota de nuestra historia. Nos ha ganado un país con más volcanes que futbolistas”, aseguró Gary Lineker. “Estaban petrificados”, zanjó Ian Wright.

“Entiendo las críticas, pero confíen en este equipo”, sugirió Hodgson antes de hacer mutis. Apenas cuatro de los 23 futbolistas que estuvieron en Francia frisan la treintena y jóvenes como Eric Dier, Delle Alli o Marcus Rashford mostraron que se puede confiar en ellos. Harry Kane, el máximo goleador de la Premier, apenas tiene 22 años. Ahora se busca un seleccionador que les comande y acepte la presión de tantos años de decepciones. En el horizonte emerge Gareth Southgate, aquel central que falló el penalti que apeó a Inglaterra de la final de su Eurocopa hace ahora veinte años. Una canción de The Business, un grupo de punk glosó aquel momento. Tras retirarse y una única experiencia en el banquillo de Middlesbrough, con descenso incluido, llegó a la federación hace tres años para hacerse cargo de la selección sub-21. Se debate sobre si es la persona idónea y en esa discusión ya se aportan nombres de toda condición: los veteranos Harry Redknapp, Sam Allardyce, Guus Hiddink, el emergente Eddie Howe, Gary Neville, Brendan Rodgers y hasta Arsene Wenger.