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De Tassotti a Kiev: un recorrido por los Italia-España

Desde la nariz rota de Luis Enrique, pasando por el fallo de Julio Salinas y los penaltis de 2008 para llegar a la goleada en la final de 2012

Fernando Torres celebra el gol (del 3-0) en la final de 2012 contra Italia.
Fernando Torres celebra el gol (del 3-0) en la final de 2012 contra Italia.Alejandro Ruesga (EL PAÍS)

El destino, en forma de un gol postrero de Croacia y de una meritoria primera fase de la selección dirigida por Antonio Conte, ha vuelto a cruzar a España con Italia en una Eurocopa. La tercera vez desde 2008. Ese año, la suerte cambió para La Roja. El camino hacia el éxito se despejó después de superar a Italia en cuartos de final en la tanda de penaltis. Desde entonces, la historia de España con el fútbol y con Italia es otra bien distinta de la vivida hasta aquel 22 de junio de hace ocho años en el Prater vienés.

Aquel día y en aquella tanda de penaltis, España se liberó de todos sus miedos, enterró el maleficio de los cuartos de final y se vengó de Italia, un rival que 14 años atrás, en el Mundial de Estados Unidos de 1994, además de la nariz de Luis Enrique, rompió, cómo no en cuartos, el sueño de la selección.

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Fue un partido inolvidable marcado por un codazo de Mauro Tassotti, un fallo garrafal de Julio Salinas y un contragolpe perfecto culminado por Roberto Baggio que metió a Italia (2-1) en semifinales. “No fueron superiores, todo lo contrario. Estábamos convencidos de que teníamos más fútbol. Hicimos un grandísimo partido, pero el arbitraje... Tan solo nos faltó el acierto en las dos ocasiones clarísimas que tuvimos ante el portero italiano”, recuerda Javier Clemente, entonces seleccionador.

Pagliuca se quedó quieto

El acierto que le faltó a España le sobró a Gianluca Pagliuca, portero italiano y pesadilla de Salinas. Pagliuca recuerda aquella selección española y el error del delantero como si fuera ayer. “Eran muy buen equipo, estaba Zubizarreta, al que siempre admiré, Bakero, Ferrer, Abelardo, Caminero, Nadal. Y Hierro, el jugador que más me impresionó. ¡Y Salinas! Falló un gol clamoroso, estaba solo delante de mí y se lo paré”, cuenta el italiano, que relata de memoria su acción ante el delantero vasco como si hubiera ocurrido ayer: “Hacía un calor infernal, llegó un pase largo desde atrás que se coló en medio de Maldini y Costacurta. Ellos esperaban que yo saliera porque el balón estaba casi a ras de suelo y yo en cambio esperaba que la despejaran. Me encontré solo delante de Julio Salinas. Creo que él esperaba que yo me moviera, pero me quedé quieto y desvié su remate con el pie. ¡Fue clamoroso, increíble que fallara ese gol!”.

Un gol que no llegó, algo que todavía hoy recuerdan los jugadores de aquella España, según confiesa Demetrio Albertini, centrocampista italiano en aquella cita mundialista. “Hace un par de semanas estuve con Bakero, Sergi y Beguiristain en un partido que organizó Hristo Stoichkov y los tres se acordaban más del fallo que del codazo. Estuvimos bromeando un buen rato sobre eso… Decían que Salinas le había pegado demasiado bien y por eso falló, como no estaba acostumbrado a pegarle tan bien a la pelota…”, asegura el que fuera jugador de Atlético y Barcelona.

 “Oí el chasquido de la nariz rota”

Y no se equivoca. Miguel Ángel Nadal, defensa del equipo español, vio esa jugada como el factor diferencial que les privó de las semifinales. “Nos jugábamos superar el listón de siempre, la barrera de los cuartos, pero no tuvimos fortuna. Italia, que siempre es complicada para competir, defendía muy bien y además tenía unos atacantes buenísimos. Falló Salinas y luego Baggio la metió en una contra”, recuerda el mallorquín.

Quien no se olvida de la acción entre Tassotti y Luis Enrique es Pagliuca. “Desde la portería oí el chasquido de la nariz rota de Luis Enrique. El golpe fue duro, le dio bien, pero no le dio el codazo para rompérsela. Tassotti no era tan malo como para ir a partirle la nariz a los rivales”, cuenta.

Un codazo y una derrota grabadas para España, que veía sus esperanzas lastradas Eurocopa tras Eurocopa y Mundial tras Mundial. Así hasta aquella eliminatoria y penaltis ante Italia en 2008. “Fue el partido clave. Teníamos la espina contra Italia y teníamos una ansiedad muy grande de pasar. Fue un partido muy parejo en el que no conseguimos ser superiores. Llegábamos teniendo mucha posesión, muchas ocasiones y contra ellos no fue lo mismo”, recuerda Marcos Senna, que además fue protagonista en la tanda de penaltis.

“Fue un momento histórico. Tiramos muy bien. Los entrenamos el día anterior y Aragonés tenía claro quién debía lanzar. Tiré el tercero y pese a tener a Buffon delante lo hice con mucha confianza”, relata el hispano-brasileño. La cruz fue ese día para Italia, que era la campeona del mundo. “Recuerdo el llanto desconsolado de Di Natale después de fallar el penalti, la ocasión de Camoranesi en los últimos minutos y lo que nos costaba correr detrás de ellos porque movían el balón a un ritmo que no paraba”, confiesa Massimo Ambrosini, centrocampista de un equipo entrenado por Roberto Donadoni, quien no se vio inferior: “España no jugó mejor. Nos faltaban Cannavaro, Pirlo y Gattuso. Tuvimos ocasiones para ganar”, dice.

Pero la historia le tenía reservado ese momento a España. “Fue tremendo. Lo celebramos igual que cuando ganamos la final. El vestuario fue una fiesta increíble. Después de ese partido nos sentimos liberados, nos habíamos quitado de encima a Italia”, cuenta Senna.

Cuatro años después Italia no tuvo revancha. Ambos equipos volvieron a cruzarse en la fase de grupos, con un empate a uno, y en la final. España goleó (4-0) y se volvió a coronar en Europa. Un reinado que ahora amenaza una Italia renovada y dispuesta a vengarse ante un rival al que solo ha ganado una vez en los últimos 16 años. “Ahora son ellos los que tienen que sacarse la espina, afirma Senna.

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