Bélgica se luce con los espacios
La selección dirigida por Wilmots destroza al contragolpe a Irlanda, que se la jugará ante Italia
Bélgica, llena de talento, tocada después de su derrota ante Italia, irrumpió con fuerza en la Eurocopa. Lo hizo destrozando a Irlanda, a la que masacró al contragolpe. Tan llena de talento como a veces inconstante, Bélgica jugó un pésimo primer tiempo, con Hazard y De Bruyne perdidos. Una jugada en el minuto 47 le devolvió su condición de favorita. De una posible falta en el área de Bélgica se pasó a un veloz contragolpe que culminó Lukaku con un extraordinario golpeo. Irlanda, que se había defendido con mucho orden, encajó muy mal el golpe, hasta el punto de quedar noqueada. Sin recursos con el balón ante la defensa belga, los de Martin O’Neill fueron presa fácil de los veloces belgas, mortales con espacio por delante. Witsel hizo el segundo de cabeza con una poderosa irrupción en el área. Se produjo hasta el momento de gloria de Hazard, quien por fin mostró una parte de su enorme calidad. Otra carrera y otro pase a Lukaku, que definió con absoluta tranquilidad dentro del área. Irlanda no tiró entre los tres palos de Courtois y queda muy tocada. Lleva 50 años sin ganar a Bélgica, que recuperó buenas sensaciones. Le basta con un punto ante Suecia para asegurar el pase a octavos. Irlanda está al borde de la eliminación y se jugará sus escasas opciones ante Italia.
Wilmots, seleccionador belga, intentó cambiar la faz de un equipo muy gris hasta el momento. Tan flojo como su figura, Hazard, que viene jugando la Eurocopa como su discreta temporada en el Chelsea. Entraron Dembele y Carrasco, De Bruyne tomó galones en la mediapunta, pero Bélgica siguió siendo una selección sosa y sin pegada. Ante el tímido despliegue belga, Irlanda se defendió con su solvencia habitual. Presionó y corrió con entusiasmo, aunque en esta ocasión no hubo noticias de su mejor hombre, Hoolahan. Irlanda vivió sin apuros, por más que Bélgica dominara el balón, aunque a un ritmo demasiado lento. Realmente, solo Hazard pudo marcar en el primer tiempo, cuando se encontró un balón en el área. El remate del fino centrocampista salió alto. Al filo del descanso, un remate de Alderweireld fue sacado bajo palos por la defensa irlandesa. En concreto por Hoolahan, en su única acción destacable del primer acto.
Fueron las únicas opciones belgas en una floja primera parte. Irlanda vivió de su defensa y Bélgica no se sabe muy bien de qué, pues tuvo el balón casi por inercia y casi nunca superó a los irlandeses.
Todo cambió en una jugada, la del contragolpe que propició el primer gol de Lukaku. Irlanda se derrumbó de manera penosa. Solo concebía el partido en una dirección. Cuando el guion se alteró, no tuvo ningún recurso en ataque. Mostró sus carencias y se descubrió, lo que aprovechó Bélgica para darse un baño de autoestima. Al contragolpe, con jugadores veloces y al espacio, los de Wilmots cerraron el encuentro con dos bellas acciones. Resurgió Bélgica en el momento oportuno. Encontró el gol de Lukaku y las buenas conducciones de Hazard y De Bruyne. Un aviso de los belgas, que retoman su condición de favoritos tras partido y medio de decepción.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.