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Bravo: cinco goles, una cantada y cuatro paradas

El error del chileno ante Panamá desvela la enfermedad de su hija y discrepancias con el cuerpo técnico

Bravo, en un entrenamiento.
Bravo, en un entrenamiento.LUIS TEJIDO (EFE)

Claudio Bravo empezó el último curso con el Barcelona lesionado y lo terminó afectado de una rotura en el sóleo. Era su segunda temporada en el equipo catalán y sus promedios en el arco menguaron respecto a su espectacular estreno en la ciudad condal. Como cancerbero del tricampeón, en un año coronado con el triunfo en la Copa América disputada en Chile, que logró La Roja por vez primera en su historia, Bravo no dejó dudas; la pasada temporada, demasiadas, como para que ahora se alcen muchas voces cuestionando si Luis Enrique no debería replantearse un cambio en los palos y apostar por el alemán Ter Stegen, que por ser más joven (24 años por 33 del chileno) y al menos igual de bueno, debería de ser portero del equipo azulgrana a largo plazo.

El caso es que Claudio Bravo lleva una Copa América del Centenario con más sombras que luces, hasta el punto de que en el partido contra Panamá, que ganó Chile 4-2, se tragó un disparo lejano. Le contemplan cuatro paradas, cinco goles encajados y esa tremenda cantada. “Tranquilo, los mejores también fallan”, le apoyó mediante un mensaje de twitter el extenista Marcelo Ríos. Y aunque trató de disculparle el que fuera portero internacional Roberto Rojas, la evidencia no se puede disimular, y menos entre porteros. “No llegó en un buen nivel, como se esperaba y como siempre lo ha hecho”, afirmó el que fuera portero de Chile, que justificó al colega diciendo: “No terminó jugando, llegó a la selección con algunos problemas, y eso de repente le ha traído alguna inestabilidad”, apuntó.

Julio Rodríguez, exportero y labrador de arqueros, su descubridor en Colo-Colo y su amigo, descubrió en una entrevista publicada por el diario chileno Las Últimas Noticias esos problemas que le afectan. Empezó señalando a su estado físico: “Terminó sin jugar, por una lesión y por ahí pudo haber perdido esas sensaciones que uno tiene cuando está jugando”. Siguió criticando los métodos que utilizan los preparadores de Chile por considerarlos inadecuados. Según Rodríguez el actual cuerpo técnico de porteros de Chile, formado por Alex Whiteley y José Ovalle, “no tienen la capacidad de los del Barcelona, no han ido a perfeccionarse a Europa, donde están los mejores. No conocen a Claudio, no saben cómo está acostumbrado a trabajar, por eso pidió que fuera yo a la selección”, explicó, criticando abiertamente al personal de Juan Antonio Pizzi.

Tranquilo, los mejores también fallan, escribió en su cuenta de twitter el ex tenista Marcelo Rios

Por último, desveló el gran drama de Bravo, que tiene que ver con el estado de salud de su hija, “muy delicada”. “Días antes de la Copa América, me dijo que no venía, que llamarían a Garcés. Lo vi mal, no tan solo a él, también a su señora, el papá, con quien converso mucho. Era un tema grave, no era un resfriado ni gripe”, dice el antiguo entrenador de Bravo, con quien asegura que habla todas las noches.

Por todo, el portero “no está al cien por cien a gusto, no disfruta de los días y los entrenamientos como debería, está un poco deprimido”, apuntó su amigo, ese que por defender a Bravo en las inferiores de Colo-Colo puso su cargo a disposición de la entidad en su día.

En una situación poco habitual para el jugador más laureado de la historia del fútbol chileno, La Roja se cruza con México en la defensa del título. Le mira el mundo y a Claudio le bailan los guantes. No será un partido cualquiera para él, pero a estas alturas, y también lo sabe, hay cosas que están por encima de un gol, o de los cinco que lleva encajados, de una parada o de las cuatro que lleva en la Copa América, de un título, o de todos los que ha ganado.

Bravo pudo quedarse en casa, pero decidió defender a su país y el único título que ganó la Roja. Si toca ganar festejará el pase a cuartos; si toca perder, pensará en su hija.

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