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EL FICHAJE DE NEYMAR
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

La mutación del Barça

El pacto por el que el Barça paga una multa por el fichaje de Neymar reabre el debate sobre la directiva de Bartomeu

Ramon Besa
Sandro Rosell y Josep María Bartomeu.
Sandro Rosell y Josep María Bartomeu.SAMUEL SÁNCHEZ

Quizá porque Rosell todavía vive de Ronaldinho, Bartomeu se ha encadenado a Neymar. El proceder de ambos invita a pensar que tienen una idea del negocio, de los contratos y del mercadeo, y por el contrario desconocen los condicionantes que supone dirigir un club que no sea una SAD como el Barça. No hay mejor manera para entender cómo funciona la directiva que observar el comportamiento de los jugadores. Nadie duda de su compromiso con el equipo y, sin embargo, son escépticos con la política de la junta, sin que haya más vínculo que el mercantil, como se ha apreciado en la salida de Bartra, la renovación de Busquets o las dudas de Mascherano.

Los muchachos de Luis Enrique cobran por ganar muchos trofeos mientras los directivos no penalizan por perder muchas causas, la última sangrante porque han pasado la factura al FC Barcelona. Cuando se pleitea por tantas cosas, acostumbra a pasar que al final no se diferencian las importantes de las banales, lo grave de lo intrascendente, los errores de las decisiones que no tienen perdón de Dios. A todas le ponen la misma cara. Ha llegado un punto en que Qatar parece lo mismo que Unicef. Se empieza por manchar la camiseta y se acaba por ensuciar el escudo después de pagar por enseñar la estelada La carga simbólica del Barça va desapareciendo mientras se anuncia un estadio que podría acabar siendo la continuación de Les Rambles.

La competencia exige imaginación y la singularidad demanda talento, y el Barça se está quedando a mitad de camino, presa a menudo de la mediocridad, víctima a veces de la arrogancia y el cinismo y en otras de la ignorancia, expuesto siempre a la peor de las condenas, como se vio en la sanción de la FIFA por la Masia y ahora en el pacto Neymar. La salida de la directiva va contra la carta de naturaleza de la entidad y su condición de més que un club. Supone una traición a los valores con los que se identifica parte de la masa social. Tener antecedentes penales y haber estado castigado por el fichaje de menores de edad no son precisamente las mejores credenciales para vender la marca a partir del relato tan bien construido por el Barça.

La salida de la directiva va contra la carta de naturaleza del club y supone una traición a los valores con los que se identifica parte de la masa social

Al fin y al cabo, la barrera ente lo aceptable y lo intolerable —para no incidir en lo conveniente—, la pusieron Rosell y Bartomeu cuando emprendieron una acción de responsabilidad contra Laporta después de hacerle la vida imposible cuando era presidente. Así que ahora parece de recibo pedir responsabilidades a la directiva por contravenir su propia ley. No basta con despedir a asesores y ejecutivos. Otra cosa es que quién debe ejercer de fiscal o cómo se debe canalizar la queja cuando se sospecha que la asamblea es fácil de llevar para los que mandan, diligentes también en el control de las peñas y los medios, hábiles en la exposición de que sus propuestas son tan democráticas que el consejo no las vota por unanimidad.

El club ha mutado de un círculo virtuoso a uno vicioso, porque, justificadamente o no, Bartomeu, Rosell y Laporta —y ahora Freixa— se mueven a menudo por rencor y revanchismo, hasta el punto que las victorias y las derrotas se explican por oposición entre los tres. No es fácil por tanto enjuiciar el problema. La cuestión es que, puestos a librarse siempre del mal, Rosell y Bartomeu cargan esta vez el muerto a la entidad tras haber vendido el contrato de Neymar como una obra de ingeniería financiera. La próxima noticia será la renovación del brasileño. La industria del fútbol no repara en el alma, la credibilidad y la dignidad. La sensación es que a Rosell le interesaba sobre todo el negocio y a Bartomeu solo le interesa lo que le interesa a Rosell. Que no les falten los goles de Messi.

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Sobre la firma

Ramon Besa
Redactor jefe de deportes en Barcelona. Licenciado en periodismo, doctor honoris causa por la Universitat de Vic y profesor de Blanquerna. Colaborador de la Cadena Ser y de Catalunya Ràdio. Anteriormente trabajó en El 9 Nou y el diari Avui. Medalla de bronce al mérito deportivo junto con José Sámano en 2013. Premio Vázquez Montalbán.

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