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Silencio, aplausos y nada de cava en recuerdo de Luis Salom

Navarro logra su primera victoria en el Mundial de Moto3 y se la dedica al piloto fallecido el viernes, lo mismo que Zarco, ganador en Moto2

Nadia Tronchoni
Podio de la carrera de Moto3 del GP de Catalunya.
Podio de la carrera de Moto3 del GP de Catalunya.Manu Fernandez (AP)

Los motores no pararon de rugir en ningún momento. La misma noche del viernes algún box se resistía a apagar las luces y dejar que el silencio se impusiera en el paddock. No hay tiempo para el descanso en el Mundial de motociclismo. Luis Salom ya no está, pero la vida sigue. Y las carreras. También él salió a la pista en años anteriores e intentó hacerlo lo mejor posible por aquellos que compartían sus mismos sueños. Este domingo, en Montmeló, la mañana, soleada, arrancó como siempre: a la sesión de calentamiento de la categoría menor le siguió la de Moto2. Y a esta, la de MotoGP. Pero algo alteraba el ambiente.

El garaje del equipo SAG, al que pertenecía Salom, permanecía abierto, pero no se movía nada adentro, no había mecánicos trabajando, ni ordenadores funcionando, apenas algún familiar y amigo, afectado por la tragedia. Y una moto montada; y una pizarra preparada con un mensaje distinto: “Siempre en nuestros corazones”. Aguardaban el homenaje que se le rendiría al mallorquín, que falleció el viernes tras un accidente fatal durante la segunda sesión de entrenamientos del GP de Catalunya, justo antes de las carreras.

La emoción, contenida en algunos casos, desatada en otros –en el del representante, los amigos o los integrantes del equipo, por supuesto, o el de su compañero, Jesko Raffin, que no compitió este fin de semana– se palpó durante la concentración en la parrilla de salida, donde se reunieron todos los pilotos de las tres categorías y prácticamente el paddock entero para un minuto de silencio que se convirtió en casi un cuarto de hora en que los presentes enmudecieron y la grada respondió con aplausos. En un campeonato como este y tras una tragedia así las lágrimas se reparten por muchos garajes, los de los diferentes equipos por los que pasó, por ejemplo: el Red Bull KTM o el Páginas Amarillas de Sito Pons.

Jesko Raffin, compañero de Salom, recibe el apoyo de los miembros del equipo durante el minuto de silencio dedicado al piloto en Montmeló.
Jesko Raffin, compañero de Salom, recibe el apoyo de los miembros del equipo durante el minuto de silencio dedicado al piloto en Montmeló.Andreu Dalmau (EFE)

Salom tuvo diversos compañeros de equipo. Algunos de ellos, como Rins o Viñales, le recordaron ayer con mucho cariño; otros, como Zarco, incluso perdieron los nervios afectados como estaban por el golpe: “Desde que nos conocimos en la Red Bull Rookies Cup, hemos ido compitiendo cada año prácticamente en la misma categoría”, relataba. Eran rivales, sí. Pero también crecieron juntos pues tenían casi la misma edad.

La competición obligó a los pilotos a dejar la emoción a un lado. Y concentrarse en las trazadas, en las nuevas chicane. La carrera de Moto3 la ganó un orgulloso Navarro, que por fin se estrenó con victoria en el Mundial y le dedicó el triunfo a su paisano. “Ha sido un día muy emotivo. Toda la mañana he estado pensando: ‘Hoy lo tengo que conseguir, hoy tengo que lograr la victoria para dedicársela a Luis. Y al final lo he hecho”, relataba. Se subió al podio junto a Binder y Bastianini, después de que el sudafricano, el líder del mundial paseara la bandera del club de fans del Mexicano por todo el circuito de Montmeló. Otro homenaje.

No hubo ceremonia de cava. Los tres pilotos se enfundaron en unas camisetas negras con las iniciales de Salom y su dorsal, el 39. Y aquella leyenda que repetía: “Siempre en nuestros corazones”. Lo mismo hicieron los pilotos de Moto2 que se subieron al podio poco después. Allí estaba Zarco, inalcanzable, imposible su ritmo en el tramo final de la carrera; aturdido, conmovido desde que cruzó la línea de meta. Fue la primera vez que no celebró una victoria con su famoso mortal atrás. Quemó rueda y levantó el brazo al cielo. Allí estaba Rins, que llegó con ritmo pausado al corralito y recibió un cariñoso abrazo de su equipo tras pasear una bandera de su ex compañero por la pista: “Esto es para Luis, era un gran chico”, dijo. Y allí estaba también Nakagami. Los tres escucharon La Marsellesa abrazados. 

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Sobre la firma

Nadia Tronchoni
Redactora jefa de la sección de Deportes y experta en motociclismo. Ha estado en cinco Rally Dakar y le apasionan el fútbol y la política. Se inició en la radio y empezó a escribir en el diario La Razón. Es Licenciada en Periodismo por la Universidad de Valencia, Máster en Fútbol en la UV y Executive Master en Marketing Digital por el IEBS.

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