Zidane: “Kiko Casilla ha sido decisivo; puede suplir a Keylor”

Campeón del manejo de redes sociales y portavoz oportuno de las ideas que la junta directiva quiso difundir en tiempo y forma, sea para señalar a Casillas o para defender a Mourinho en época de crisis, Álvaro Arbeloa fue despedido por el Bernabéu con fastos dignos de futbolista mítico. Ni Redondo, ni Casillas, ni Raúl, ni el propio Zidane, ni tantos otros próceres podrán decir nunca que la hinchada les despidió con más ruido y aparato cuando concluyeron sus contratos. “¡Madridista de verdad!”, coreaba el grupo oficial de animación.

El homenaje a Arbeloa tuvo en vilo al Madrid y a su entrenador, Zinedine Zidane, en el partido contra el Valencia. El técnico vaciló en el primer cambio entre quitar a James o a Lucas, y de no ser por Cristiano, que le alertó, habría dejado en el campo a Lucas, que estaba cojo, doliéndose de la rodilla izquierda debido a una lesión cuyo alcance se determinará este lunes. “En la segunda parte hubo un poco de confusión”, admitió Zidane. “Pasa de vez en cuando. Forma parte de los partidos. Tuvimos dificultades frente a un rival fuerte. Los tres puntos son lo más importante”.

El desconcierto fue tal que Arbeloa acabó entrando en el minuto 79 en lugar de Cristiano, con el marcador favorable (3-1). El aparente refuerzo de la banda derecha con Danilo y Arbeloa, sin embargo, no impidió que en dos minutos André Gomes metiera el 3-2 y pusiera la Liga a un tanto del alirón del Barcelona. Entonces, cuando el Valencia apretaba, el árbitro Fernández Borbalán expulsó con roja directa a Rodrigo. El juez le acusó de llamar “cagón” al linier.

“Si no llega a ser por los errores del árbitro podríamos haber ganado”, observó Paco Ayestarán, técnico valencianista, que recordó que el 2-0 fue concedido irregularmente por fuera de juego previo. "Borbalán reconoció su error", apuntó Ayestarán.

“Estoy contento con el resultado y con el juego. Porque la primera parte fue enorme”, ponderó Zidane, más serio que de costumbre, menos risueño.

El entrenador fue especialmente elogioso con Casilla, el portero, sustituto de Keylor Navas, que paró cinco tiros a lo largo del encuentro. “Casilla ha sido decisivo”, observó Zidane. “Ha demostrado que puede suplir a Keylor con tranquilidad. Eso es bueno para el equipo”.

André Gomes, Rodrigo, Parejo y Alcácer pusieron a prueba los reflejos del guardameta, canterano del Madrid repescado al Espanyol el verano pasado. Casilla respondió bien. Lo hizo en frío, sin la confianza adquirida de los porteros que gozan de continuidad. Ante el Valencia disputó su sexto partido de la temporada (se alineó por última vez contra el Eibar el 9 de abril) y sin sus intervenciones el Barcelona sería campeón.

"Me voy a casa con la moral por encima del cielo", dijo el portero al salir del Bernabéu. "Ni en mis mejores sueños habría pensado en un partido así".

Como casi todo el madridismo, el jugador de Alcover, de 29 años, debió esperar una velada más tranquila. Lo que sobrevino fue un apuro importante, con el Valencia dominando el juego con diez hombres y el público pidiendo la hora en el último tramo del partido. Las condiciones perfectas para que los guardametas se luzcan o se hundan. Casilla salió a flote. Si el Bernabéu no coreó su nombre fue porque este domingo el protocolo indicaba que el homenajeado debía ser Arbeloa.

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