El Madrid reconstituye el proyecto
El pase a la final de la Champions garantiza la continuidad de Zidane, refuerza la apuesta de la directiva por Bale y blinda a Florentino Pérez ante la oposición
Xavi Hernández, el estratega más penetrante de entre todos los futbolistas españoles de la última década, repetía a sus compañeros del Barça que nunca se podía bajar la guardia ante el Real Madrid porque no había un club con mayor capacidad para regenerarse. Xavi vio a su gran rival deshacerse y revivir sucesivamente bajo el mandato de tres presidentes, Lorenzo Sanz, Ramón Calderón y Florentino Pérez; bajo las capitanías de Sanchis, Hierro, Raúl, Casillas y Ramos; en tiempos de abundancia o de crisis. El Madrid siempre se recobró para volver a competir por títulos. La historia del club desde el 4 de enero, fecha de la destitución de Rafa Benítez y del nombramiento de Zinedine Zidane, coincide con esos asombrosos periodos de reconstitución que forman parte de una forma de ser.
El pase a la final de la Champions tras derrotar al Manchester City este miércoles (1-0) supone la culminación del último ejercicio de supervivencia madridista. Ayer fuentes de la directiva confirmaron que la última victoria despeja definitivamente varias incógnitas sobre el actual proyecto. Primero, porque el poder de Florentino Pérez se consolida frente a los grupos opositores. Segundo, porque el resultado convierte a Zidane, automáticamente, en el entrenador que dirigirá al equipo en la próxima temporada, clausurando la búsqueda de otros técnicos con más experiencia, como Mourinho. Y tercero, porque en la junta no tienen dudas de que Gareth Bale entrará en la próxima pugna por el Balón de Oro. El presidente cree que en el último mes se ha confirmado su visión. El galés, dicen estas fuentes, es un digno heredero de Cristiano.
El 4 de enero, cuando Florentino Pérez presentó a Zidane en una sala mal iluminada del Bernabéu porque el palco estaba reservado a una fiesta infantil de la Epifanía, las amenazas se multiplicaban. El equipo estaba eliminado de la Copa por un error administrativo; en la Liga le separaban cinco puntos de un Barça que le acababa de golear (0-4) en el Bernabéu, y cundía el temor por lo que pudiera pasar en los octavos de final de la Champions ante la Roma. Grupos de socios levantiscos enarbolaban pancartas contra la directiva y pedían la destitución de Florentino Pérez, que convocaba conferencias para reafirmarse en un vendaval que había desacreditado a Rafa Benítez, su penúltima gran apuesta estratégica, repudiado por la mayoría del vestuario.
Solo con el respeto de los jugadores Zidane tuvo mucho ganado. Lo dijo Toni Kroos después de eliminar al City. “El factor diversión ha aumentado con respecto a la etapa anterior [Benítez]”, confesó el alemán. “Hay que reconocer claramente que Zidane está haciendo un súper trabajo. Nos explica muy gráficamente lo que quiere de nosotros y nos trata de tú a tú, y esto último es algo que valoramos mucho. Tal vez ahora damos dos o tres puntos más porque sabemos que en la banda de cal hay alguien por el que nos gusta hacerlo”.
Hecho insólito
Cuatro meses después de la llegada de Zidane, el Madrid ha ganado 19 de los 24 partidos disputados en todas las competiciones; con tres empates (ante el City, el Betis y el Málaga) y dos derrotas (ante el Wolfsburgo y el Atlético). Es tercer clasificado de la Liga a un punto del Atlético y del Barcelona, al que ha derrotado en el último clásico, y es finalista de la Champions después de que los sorteos lo bendijeran con un hecho insólito. Nunca desde la temporada 1985-1986 un equipo ha tenido la posibilidad de conquistar la Copa de Europa sin medirse a un club ganador del trofeo.
Los tres rivales de la fase de eliminación no han tenido ni el pedigrí ni el nivel competitivo adecuado a la máxima exigencia. La Roma (actual 4º clasificado de la Liga italiana), el Wolfsburgo (10º clasificado de la Bundesliga), el City (5º clasificado de la Premier), tampoco fueron campeones de sus torneos locales en 2015. El camino hacia la Undécima ha resultado llevadero.
Si la buena fortuna es patrimonio de los abnegados, la suerte del Madrid en los cruces puede tener fundamento. Ningún club en la historia del fútbol europeo ha sabido mantenerse más tiempo en el máximo nivel. Esta primavera, cuando se cumplen 60 años de la final de la primera Copa de Europa, el Madrid vuelve a pelear por el trofeo que mejor le identifica. La final contra el Atlético del próximo 28 de mayo, en San Siro, refleja esa cultura de la resistencia que le ha permitido brillar en las ocasiones favorables, sobrellevar la penuria, o aprovechar los golpes de suerte mejor que nadie.
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