La Juventus gana su quinto ‘scudetto’ seguido

“¿Scudetto? Miremos la tabla, somos los 14º, habrá que centrarse en la 13ª plaza”, decía Gianluigi Buffon el 25 de octubre tras la cuarta derrota de la Juve en diez jornadas. Los bianconeri sumaban doce puntos de 30 y estaban a once del líder, el Nápoles. Era el periodo en el que el portero y capitán de la Juventus tildaba de “indecoroso” a su equipo y apelaba al ADN del club. “Yo con 38 años no tengo ganas de naufragar”, proclamaba Buffon. Fue el que más tiró del grupo.

Seis meses después y con la derrota de esta tarde del Nápoles en el campo de la Roma (1-0) la Juve ha ganado su quinto scudetto seguido tras una remontada espectacular. Buffon ha sido uno de los protagonistas. Ayer en Florencia (1-2 para los de Allegri) detuvo un penalti en el minuto 90 a Kalinic que habría puesto el marcador en 2-2. Un mes antes, había batido el récord de imbatibilidad de Sebastiano Rossi que duraba desde la temporada 1993-94. El portero del Milan estuvo 929 minutos sin encajar un gol; Buffon 974 a sus 38 años.

“No es de este planeta”, decía Morata anoche en Florencia. "Este es el scudetto más bonito que he ganado. Ha sido una demostración de fuerza y de valores técnicos y morales increíbles", ha comentado esta tarde Buffon mientras sus compañeros empezaban a descorchar botellas de champán. "Este equipo tiene una fuerza increíble. Nadie creía en nuestra remontada, nos dieron por muertos después de las diez primeras jornadas. Yo quería a un equipo como la Juve para madurar y empezar a ganar", ha asegurado Dybala, la joya de Allegri.

La Juve firmó ayer en Florencia su 24 victoria en los últimos 25 partidos sumando 73 de 75 puntos. En su remontada, sólo se dejó dos puntos en el campo del Bolonia. “Hemos alcanzado un objetivo que en octubre parecía imposible. Por entonces había gente que quería cortarme la cabeza y echarme, pero yo siempre sabía adónde quería llegar. Hemos hecho una remontada memorable. Los primeros meses tenía un grupo, ahora tengo un equipo”, explicaba Massimiliano Allegri, entrenador de la Juve que se jugará el título de Copa contra el Milan.

A mediados de diciembre el equipo bianconero marchaba el quinto; un mes después alcanzó la segunda plaza y a mediados de febrero superó al Nápoles (el líder) tras ganarle en Turín por 1-0. Fue un golpe sobre la mesa. Volvió a verse la Juve de siempre, la que lucha, no se rinde y juega bien al fútbol. Llegó incluso a poner contra las cuerdas al Bayern en los octavos de Champions. Un despiste defensivo al final del encuentro finalmente le dejó fuera de los cuartos.

Allegri tuvo que rearmar un equipo que había perdido a Pirlo, Vidal y Tévez, luchar contra las lesiones (muchas, musculares, a principio de temporada) e integrar a jóvenes como Dybala y veteranos como Mandzukic (claves, por cierto, en la remontada del equipo, por sus goles pero también por sus movimientos, desmarques y ayudas defensivas). Lo consiguió con algún que otro susto y posiblemente más lentamente de lo que todos se esperaban. “Se necesitaba calma, paciencia y equilibrio. Había que integrar a los jóvenes y recuperar las energías físicas y mentales de la temporada anterior [ganaron Liga y Copa y llegaron a la final de Champions]”, confesaba el técnico juventino en una entrevista a este periódico.

Hoy celebra su segundo scudetto, el quinto seguido de la Juve, desde casa. O mejor dicho, desde el campo de entrenamiento. Dijo ayer Allegri que no vería el partido entre Roma y Nápoles porque tenía que preparar el partido contra el Carpi. “Ya nos avisarán de cómo ha acabado después del entrenamiento”. Ha acabado con otro scudetto para la Juve. Las celebraciones oficiales, serán el domingo en el Juventus Stadium (12.30, partido contra el Carpi). Las no oficiales han empezado esta tarde en Vinovo, en la ciudad deportiva bianconera, con champán, canticos y algún que otro puro.