Neymar no es Ibra

Amenazada la Liga después de perder la Champions con el Inter de Mourinho, Guardiola se la jugó con un cambio que todavía hoy le pasa factura al entrenador del Bayern de Múnich. El entonces técnico del Barça sustituyó a Ibrahimovic por Bojan. El sueco no se lo ha perdonado en la vida, siempre crítico con el preparador catalán, cuya intervención fue capital para que el Barcelona ganara el título con los goles del delantero de la Masia en Villarreal y Sevilla.

Alrededor de aquella decisión ha habido mucha literatura, y se han escrito varios capítulos sobre la relación de Ibrahimovic y Messi. El 10 siempre es protagonista por acción o omisión en el Barcelona. Las relaciones del argentino con el sueco, que ocupó la plaza de Eto'o, fueron al final especialmente sospechosas, sobre todo por la forma de ser de ambos, difíciles de conjugar para Guardiola.

Ya se sabe que no es sencillo mezclar bien con Messi. Ni siquiera lo fue para Villa. Hasta que ha llegado Luis Suárez. El argentino cedió su plaza de delantero centro al uruguayo y regresó a la banda derecha en la que debutó con Rijkaard. La relación entre ambos es excelente, dentro y fuera del campo, y se ha extendido a Neymar. El tridente parece tan indivisible que Luis Enrique no ha intervenido ni cuando el brasileño ha sido criticado en el Camp Nou.

La aportación de Messi

Neymar se mantiene como titular, avalado por el entrenador y por sus compañeros de tridente, trascendente en el tramo inicial de la Liga en ausencia por lesión de Messi. El argentino y el uruguayo incluso le cedieron el sábado el tiro de un penalti contra el Sporting. Neymar batió apuradamente a Cuéllar después de haber marcado también en la visita a Riazor. Los goles aumentan la autoestima, como afirmó Luis Enrique, y el brasileño necesita vitaminas para seguir la rueda del goleador Suárez, que compite por la Bota de Oro (53 goles, 34 en la Liga) y la del recuperado Messi.

Messi funciona como el futbolista total y el líder del Barça. Y el argentino se siente a gusto con Suárez, un artillero único, y también con Neymar

El 10 es ahora mismo el futbolista más fiable del Barça. El juego del equipo azulgrana se organiza alrededor de Messi. Autor del 1-0, fue decisivo en la jugada del 2-0 contra el Sporting y también resultó importante como rematador y pasador en Riazor. El argentino se vuelve a arrancar desde la banda para dar amplitud al campo en ataque y se recoge en defensa para lanzar las transiciones, como se advirtió en dos jugadas mal resueltas el sábado por el confundido Neymar.

Messi funciona como el futbolista total y el líder del Barça. Y el argentino se siente a gusto con Suárez, un artillero único, y también con Neymar, un delantero de mucha dinámica que se arranca con determinación desde la izquierda, al estilo de compatriotas suyos como Rivaldo o Ronaldinho. Neymar se ofrece siempre, se la juega en cada regate, falto en cambio de puntería, errático en la toma de decisiones, superado el sábado por sus marcadores y por Cuéllar.

Luis Enrique, en cualquier caso, parece dispuesto a mantener al brasileño en una alineación cantada desde la conquista de Berlín. No hay más duda en el Barça que la del lateral derecho desde que se acabaron las rotaciones; Neymar no es Ibra.