Nadal vence a Granollers en Barcelona

La sorpresa no se preveía y no se produjo. El estreno de Rafael Nadal en el Open Banc Sabadell resultó más plácido incluso de lo esperado. No porque su rival fuera un jugador poco talentoso, sino porque el listón que plantea el tenis del manacorí es excesivamente alto para Marcel Granollers. El barcelonés desplegó lo mejor de su tenis en los primeros compases del partido, pero luego se fue apagando a medida que descubría hasta qué punto era evidente la superioridad de su rival. La distancia la marca realmente la clasificación: era el quinto mundial contra el 50º. Y el resultado lo evidenció, 6-3, 6-2 en 1 hora y 31 minutos.

Al nivel de cada uno, su paso por Montecarlo cambió a los dos jugadores que se enfrentaron en la central del RCT Barcelona. Granollers volvió a entrar en el grupo de los 50 mejores del mundo, gracias a sus cuartos de final. Y Nadal recuperó la confianza con sus victorias sobre Thiem, Wawrinka, Murray y Monfils. El manacorí, que que se medirá hoy a Albert Montañés (13.30, Canal+ Deportes2), se ha reencontrado con las líneas, a las que tenía olvidadas desde hacía casi un par de años, se ha reencontrado con las líneas, a las que tenía olvidadas desde hacía casi un par de años, desde que la ansiedad se había apoderado de su férrea mente. Ahora, Nadal vuelve a ser aquel tenista capaz de lanzar un ataque furibundo en condiciones límite o de recuperar puntos prácticamente perdidos. Sus bolas ya no botan en la línea de saque, sino que se alargan hasta las profundidades de la pista y van rozando las líneas, hasta desbordar a sus rivales.

“Creo que Rafa ha recuperado la confianza y está jugando muy sólido. Para mí es un firme candidato a ganar el torneo”, señaló el barcelonés, tras el partido. “Yo he jugado muy bien los primeros compases del partido, pero luego he cometido dos dobles faltas en el cuarto juego y eso me ha creado dudas. Después, el viento no me ha permitido pegar la bola en buenas condiciones, igual que a él. Creo que podía haber sacado algo más de rendimiento de mi nivel de juego actual”.

A este Nadal, Granollers no le puede ganar. El barcelonés se entregó a una batalla campal en los primeros juegos y se mantuvo expectante hasta la conclusión, pero siempre sabiendo que su hazaña era una quimera. La cuestión que ahora se plantea el barcelonés no es ya ganar un partido a Nadal, sino arrebatarle una manga. Algo que hasta ahora no ha conseguido en los cuatro partidos que llevan disputados. “El viento nos ha perjudicado a los dos”, confesó Nadal. “Pero me he sentido bien en la pista y estoy jugando a un buen nivel. Llevo varias semanas entrenando y jugando muy bien y necesito ir consolidándome estas próximas semanas”.

Sin embargo, también Granollers tiene motivos para sentirse satisfecho. Jugó a un buen nivel, buscando siempre sus límites en un intento desesperado por incomodar a Rafa. Algo muy difícil no solo para él , sino para la mayoría de jugadores de los que están en el cuadro del Open Banc Sabadell. Con las inesperadas bajas por lesión de David Ferrer y de Richard Gasquet, los cabezas de serie tercero y cuarto, la responsabilidad de batirse con Nadal en la final recae ahora absolutamente sobre el japonés Kei Nishikori, que busca su tercer triunfo consecutivo en Barcelona. El sexto jugador mundial ganó ayer también cómodamente a Thiemo de Bakker, un holandés de 27 años que ocupa el puesto 102º de la ATP. Su victoria por 6-4, 6-2 le sirvió para entrar en contacto con la vieja pista talismán y para dejar claro a todo el mundo que no está aquí de vacaciones.