El Madrid, entre la épica y el drama
El partido contra el Eibar medirá el enfado del público con los de Zidane y la reacción del grupo después de la derrota en Alemania
A Zinedine Zidane le pueden robar el coche, tirar piedras, decirle que hay overbooking en el avión o que no queda el plato que ha pedido que siempre luce la misma sonrisa. Hoy recibe al Eibar (16.00, Canal + Liga) con la vista puesta en el martes, día en el que se jugará la temporada en la vuelta de los cuartos de Champions contra el Wolfsburgo. Y, sin embargo, transmite la misma tranquilidad y serenidad que el día que llegó al Real Madrid. Eliminado de la Copa por alineación indebida de Cheryshev, sin opciones en Liga desde febrero, la Champions es lo único a lo que puede aferrarse el club blanco después de que su presidente echara a Carlo Ancelotti para buscar un nuevo impulso. Benítez duró cinco meses y a Zidane le tocó ponerse el mono de salvador de la patria.
Y ahí está, ejerciendo de salvador. Intentando mantener la calma y transmitiendo mensajes de optimismo. Pese a la evidente incapacidad de su equipo de reponerse de los golpes recibidos en el campo del Wolfsburgo. Zidane no supo enderezar el rumbo.
Keylor Navas y Modric, fuera de la convocatoria
“Cristiano no va a descansar, jugará contra el Eibar. Haré rotaciones pero solo pensando en ganar el partido de mañana [por hoy]. El martes será otro partido”, anunció ayer Zinedine Zidane. De la lista de convocados para el partido contra el Eibar se han quedado fuera los lesionados Benzema y Varane —ambos con opciones de recuperarse para el martes, sobre todo el delantero—, el sancionado Sergio Ramos y Modric y Keylor Navas. Estos últimos por decisión técnica.
Zidane ha decidido dar descanso al portero (y darle una alegría a Kiko Casilla) y al mediocentro que fue sustituido en Alemania. Keylor ya descansó en Copa y en dos partidos de Champions y Modric suma 2.861 minutos.
No le queda otra que transmitir mensajes de optimismo, sí, pero parece que se cree lo que dice. “A mí me gusta cuando las cosas se ponen difíciles”, dijo ayer el técnico francés cuando le preguntaron si el martes se juega la temporada y el resto —empezando por el partido contra el Eibar de esta tarde— ya da igual. “El martes nos jugamos la temporada, ya lo sabemos y al público le gusta también esto. En absoluto me espero un mal recibimiento porque el Bernabéu siempre va a estar con su equipo”, dijo Zidane.
¿Además de la temporada se juegan también el futuro inmediato usted y los futbolistas?, le insistieron. “Sí, sí, pero el entrenador se juega el futuro en cada partido, sé lo que es este cargo y sé lo que es estar aquí. Pero yo no miro eso, lo que a mí me anima es lo que estoy haciendo cada día, porque me gusta. No pienso en que las cosas pueden salir mal sino en que puede salir bien. Siempre he sido muy positivo”, contestó.
Después del 2-0 contra el Wolfsburgo, el técnico francés no hacía más que repetir que no iba a volverse loco y que tenía que analizar el partido con calma para ver lo qué había pasado y evitar análisis en caliente. Ayer, cuando atendió a los medios en Valdebebas dijo que lo del miércoles ya había pasado, que no habló grandes cosas con sus jugadores porque todos saben que fallaron. Eso sí, reculó respecto a su análisis pospartido. En Alemania se quejó —hasta en tres ocasiones— de falta de intensidad y de movilidad. Ayer dijo que nada de eso.
“A lo mejor me equivoqué yo cuando dije que había habido falta de intensidad. No la hubo, corrimos más kilómetros que en el clásico, es el segundo partido en el que más kilómetros hicimos y con gran intensidad. Empezamos bien, además. Lo único es que nos metieron dos goles en poco tiempo, ese fue nuestro fallo, no poder dar la vuelta al resultado”, explicó el entrenador del Real Madrid. Un guiño, quizás, a sus jugadores de cara a la vuelta.
Esta tarde el conjunto blanco recibe al Eibar. Un partido que, hasta hace algunos días, parecía un mero tramite preparatorio para la Champions. Ahora se ha convertido en un ensayo general para medir la reacción anímica del grupo y el grado de enfado del público después de la derrota en Alemania. “Hemos perdido demasiados puntos ya, no podemos perder más. El objetivo es puntuar, yo no me meto en si podemos o no podemos remontar”, dijo Zidane. Una derrota en el Bernabéu tensaría aún más la cuerda. La victoria en el clásico parece cosa de hace siglos.
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