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PSG y Manchester City empatan a errores

El equipo que dirige Pellegrini obtiene un esforzado empate en el Parque de los Príncipes que le concede una ligera ventaja para la vuelta

Fernandinho marca el segundo gol del City.
Fernandinho marca el segundo gol del City.Shaun Botterill (Getty )

Falló un penalti, erró un posterior mano a mano ante el portero, mandó un testarazo al larguero, intervino en fuera de juego en un gol y marcó de la manera más inopinada al aprovechar un garrafal error rival, a Ibrahimovic se le espera porque tiene una cuenta pendiente con la Liga de Campeones. El sueco fue el ejemplo de la paradoja en la que se manejó el PSG, que estará en desventaja con el resultado con el que se abrirá el partido de vuelta por más que demostrase ser algo más que un tibio y reservón Manchester City.

A los trece segundos de partido ya estaban metidos en problemas los parisinos, con una tarjeta amarilla a David Luiz que le impedirá jugar el partido de vuelta, detalle que no necesariamente tiene que ser negativo. Pero pronto quedó claro que tenían un mejor andamiaje colectivo para sostener la posesión de la pelota. Con ella en los pies pidieron a los seis minutos un penalti sobre Matuidi y encontraron uno que no lo fue de Sagna a David Luiz, un piscinazo del brasileño, que buscó el contacto y en cuanto lo percibió se dejó caer con estrépito. Hart respondió con una parada mayúscula a un irreprochable lanzamiento de Ibrahimovic.

El PSG ya había metido ritmo y así propició el paso atrás del equipo de Pellegrini, armado en torno a dos líneas de cuatro, con Silva caído a la izquierda y aplicado a tareas defensivas más que a aquellas en las que marca diferencias. Con Agüero y Navas sin tocar bola el City fio su rendimiento a su repliegue y a la resta de Fernando y Fernandinho, que aprietan, enciman, bregan y entregan a uno o dos toques. Que nadie les pida fruslerías con la pelota ni excesiva colaboración para que circule. Huérfanos además de Yaya Touré, fuera de la convocatoria por lesión, tampoco encontraron una habitual pata de banco en la que suelen asentarse. Pero juntos fabricaron el gol de De Bruyne para adelantar a su equipo, una recuperación de Fernando en un pase dudoso entre Matuidi y Rabiot, una conducción de su tocayo y una centelleante resolución.

El City se adelantó a la carrera y le empataron en una siesta, un error impropio del nivel de la competición en el que en un aparentemente inocuo saque de puerta, entre Hart y Fernando se complicaron como alevines ante Ibra. En ventaja, camino del descanso, revivieron a un equipo golpeado, que regresó tras la pausa sin concesiones, animado por las debilidades que percibía. A esas alturas el PSG ya sabía que la clave de su tranquilidad residía en cerrar las opciones de contras. Y a partir de ahí se percibían flojeras como las de la dupla que conforman Otamendi y Mangala, la misma que actuaba en el Oporto hace casi tres años y que Pinto da Costa facturó como si fueran Beckenbauer y Baresi. Así marcó de nuevo el PSG en un saque de esquina al que no respondió Otamendi ante Cavani, en el que Ibrahimovic tuvo posición e influencia en fuera de juego antes de que fusilara Rabiot. Pero nada estaba escrito en un partido de vaivenes y despropósitos porque empató Fernandinho con un remate carente de ortodoxia tras otro grosero error zaguero. Ahí palideció el PSG, que ya sabía que Matuidi tampoco podrá jugar en el Etihad por acumulación de amonestaciones. Se apagó y deberá encenderse por fuerza en Manchester o sino Ibrahimovic seguirá sin cobrar un impagado.

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