Lorenzo: “Cometimos un error y lo podemos pagar caro”

El sistema de clasificación en MotoGP, con tres sesiones de prácticas previas (las dos del viernes y una el sábado por la mañana) cuyos tiempos sirven para elaborar una criba inicial con los diez pilotos más rápidos, que pasan directamente a la Q2 (la clasificación definitiva en la que se decide quién tiene la pole position), da pie a grandes sorpresas. La que podría darse este fin de semana en el gran premio de Argentina es que el campeón del mundo, Jorge Lorenzo, tenga que, como mínimo, pelear con una decena de pilotos para hacerse un hueco en la Q1 –los dos pilotos más rápidos de la Q1 pasan a la Q2 para pelear por la pole– y así poder luchar por buscarse un sitio entre las primeras líneas de la parrilla del domingo. En el peor de los casos deberá hacerlo, además, sobre el asfalto mojado.

El piloto de Yamaha y su equipo cometieron este viernes un error de planificación: no pusieron una goma nueva para acabar el entrenamiento, lo que le impidió mejorar sus cronos. Así que, si no logra acabar entre los diez primeros en la FP3, la tercera sesión, cosa poco probable si se cumplen las previsiones meteorológicas para este sábado, cuando se espera lluvia en el trazado argentino, se deberá jugar el tipo en la Q1.

“Fue un error de planificación no poner un neumático nuevo al final de la sesión y lo podemos pagar caro si al final mañana llueve”, declaró el piloto mallorquín al finalizar la jornada. “Si hubiéramos metido un neumático nuevo delante y detrás hubiéramos bajado seis o siete décimas. Si hubiéramos planificado mejor, hubiéramos terminado más adelante, pero no se pensó en que pudiera llover este sábado. Salí cuando faltaban siete minutos. Ramon ya había planificado así el entrenamiento y cuando le dije que nos íbamos a quedar fuera de los diez primeros [justo antes de su última salida a pista] ya era demasiado tarde”, explicaba Lorenzo este viernes.

Efectivamente, era demasiado tarde. Tras aquella rápida conversación con su ingeniero de pista segundos antes de subirse a la moto y echar un último vistazo a las gomas, Lorenzo fue incapaz de mejorar lo suficiente. Escaló algunas posiciones en la tabla. Llegó a colocarse octavo. Y su mecánico Juanito Llançà, que le muestra la pizarra desde el muro, quiso tranquilizarle: “P8, OK”, le enseñó. Pero sus rivales sí que habían renovado las gomas. Así que fueron adelantándole en la clasificación. Y el de Yamaha terminó 14º.

Con falta de agarre las Yamaha sufren. Parece que las Honda no lo hacen tanto. Pilotar así es casi como hacerlo con la pista mojada Valentino Rossi, piloto de Yamaha

Si logra solucionar el problema de la clasificación, bastante más sencillo si finalmente no llueve, Lorenzo tendrá otras cosas de las que preocuparse. La M1 acusa como ninguna otra la falta de agarre de la pista. “El principal problema es la falta de confianza con el neumático delantero”, apunta el español. Esa falta de confianza no le permite entrar bien en las curvas. Y si la entrada no es buena, tampoco lo es el paso por curva y no lo es la salida, menos en una pista tan sucia y deslizante.

“Con falta de agarre las Yamaha sufren. Parece, en cambio, que las Honda no lo hacen tanto. Pilotar así es casi como hacerlo con la pista mojada. No puedes fallar”, explicaba su compañero de equipo, Valentino Rossi, que fue séptimo, a casi un segundo de Márquez, el más rápido. El italiano confía en que si la pista, un trazado en el que apenas se rueda durante el año, se limpia un poco, las M1 puedan ir más rápidas y se acerquen a la cabeza. “El problema es que si llueve, el asfalto será igual de resbaladizo”, añade. Las Honda, con Márquez y Pedrosa (a dos milésimas de aquel) en cabeza, son las que mejor se defienden en semejantes condiciones: “Cuando la moto patina, apenas cuenta la aceleración, así que como ese es nuestro punto débil, nosotros no perdemos mucho. El límite lo marca el agarre, no la moto”, explica Márquez.