Marc Márquez y la lección del GP de Argentina
Rossi y el piloto de Honda vuelven a Termas de Río Hondo, el circuito en el que algo se rompió en 2015 entre el ídolo y el aprendiz
Algo se quebró hace un año, en el gran premio de Argentina del 2015. Aquella carrera la ganó Valentino Rossi después de dejar a Marc Márquez por los suelos. Su moto y él probaron la gravilla del circuito de Termas de Río Hondo. Y la relación que hasta entonces mantenían ambos pilotos, que aunque no era de amistad, porque no la puede haber entre dos rivales que se juegan la vida en la pista, sí era de gran afecto y simpatía mutua, de respeto máximo, se rompió. Lo asumió Rossi en la conferencia de prensa previa al gran premio de Malasia, en octubre del año pasado, cuando, además, acusó a Márquez de intentar beneficiar a Lorenzo para que ganara el campeonato del mundo.
Defendía el de Tavullia que el de Honda le tenía ganas desde aquel duelo que le valió la victoria en Termas: “Prefiere que gane Lorenzo porque está enfadado conmigo desde Argentina, es una cuestión personal. Desde entonces está como un niño: 'no ganaré yo, pero tampoco ganarás tú”, decía entonces. Ahora, sin embargo, echa balones fuera: “Si aquella carrera cambió algo en nuestra relación, no lo sé”, afirma. Tampoco se siente responsable de la caída del español en la carrera que él ganó tras una brillante remontada.
Lo recuerda bien: “Empecé con el neumático extraduro, así que al principio me costó un poco. Salía desde la tercera línea y Marc iba muy rápido, no pensé que llegaría hasta él. Pero empecé a adelantar poco a poco a los que tenía delante [a saber, Petrucci, Espargaró, Lorenzo, Crutchlow, Iannone, Dovizioso], tenía un buen ritmo, y me puse segundo. Me sentía bien, la moto iba genial y sentí que podía alcanzarle, aunque estaba bastante lejos. A dos vueltas del final nos tocamos dos veces, y a la segunda, desgraciadamente, Marc se cayó”. Y añade: “Una pena, podría haber sido una buena batalla hasta el final”. Esa es su versión de los hechos.
La de Márquez, el líder de la prueba hasta que el italiano le dio caza, no difiere demasiado: “Yo cometí un error. Y escogí mal el neumático. Además, tenía problemas de blistering (el neumático, por el exceso de temperatura, genera unas ampollas en su superficie, y provoca muchos problemas al pilotaje), lo que me hizo perder mucho tiempo, así que cuando él llegó a mi altura debí optar por ser más conservador y conformarme con los 20 puntos de la segunda plaza. En lugar de eso preferí luchar contra él, que era más rápido que yo. Y cometí un error en la frenada. La responsabilidad fue solo mía”, arguye el piloto de Honda.
Ocurre, sin embargo, que ninguno de los dos habla en público todo lo que piensa en privado. De todo lo que Rossi dijo en octubre en Sepang quizá no haya mayor certeza que aquella: Márquez sabe que aquel toque a escasas dos vueltas del final no fue un simple lance de carrera más. El de Yamaha se giró levemente para ubicarle en la pista y entonces hizo el cambio de dirección que provocó la caída de su rival. Aquel día el de Cervera empezó a ver a su ídolo de la infancia de otra manera. “Me tendría que haber conformado con la segunda plaza, visto como estaba el neumático y como iba la carrera...”, asume hoy. Lección aprendida, como aprendió a luchar contra Rossi. Uno y otro vuelven este fin de semana al circuito donde algo se rompió. Donde empezó la historia que marcó el final del Mundial de 2015. “La rivalidad te hace crecer”, concluye Márquez.
“Nos jugamos la vida, no se puede abuchear”
El GP de Qatar, hace dos semanas, comenzó y terminó con sonoros abucheos a los pilotos españoles. La grada principal fue crítica, especialmente, con el campeón del mundo, Jorge Lorenzo y con el dos veces ganador del título Marc Márquez, que a su llegada a Argentina lamentaron que esos que les abuchean, mayoritariamente fans de Valentino Rossi, no reciban una reprobación de su ídolo. “No soy tonto y sé que esta será la tónica de todo el año, pero lo importante es que en Qatar todos disfrutaron de la carrera. No me hacen gracia los abucheos, espero que acaben, pero sabemos que este año será difícil. Si Valentino no dice nada quizá es porque él no quiere. En la conferencia de prensa de Malasia lo dijo claramente: 'los que insultan a Iannone no son aficionados míos de verdad. Ahora, sin embargo, no quiere hablar”, dijo Márquez este jueves. “Yo creo que todo el mundo sabe quién podría solucionar este tema, pero igual no le interesa hacerlo”, añadió Lorenzo. Y les escudó Aleix Espargaró, en declaraciones a MovistarTV: “La gente se olvida de que nos jugamos la vida y venimos para que se diviertan. No se puede abuchear”.
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