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Antonio Conte: “Me saca de quicio la falta de pasión”

El seleccionador italiano, que reivindica la importancia del grupo y del nosotros antes que el yo, dice que el fútbol es batalla y que el lema de De Coubertin no es para él

Eleonora Giovio
Antonio Conte posa en Coverciano antes de la entrevista.
Antonio Conte posa en Coverciano antes de la entrevista. FEDERICO SCOPPA

Son las siete de la tarde en Coverciano, la sede de la concentración de Italia en Florencia. Antonio Conte (Lecce, 46 años) aparece en chándal después del entrenamiento y se sienta a charlar hasta la hora (italiana) de la cena. Está relajado. Es martes y el día siguiente el equipo vuela a Udine para enfrentarse a España. En la pared de la cafetería hay una foto gigante de Fabio Cannavaro levantando la Copa del Mundo en Berlín. Al lado, un cuadro con la lista de los jugadores con más presencias y goles de la Nazionale [así se llama en Italia a la selección]. Ganan Buffon (154) y Gigi Riva (35 tantos). El técnico, que dijo en la víspera que España es una de las favoritas para la Eurocopa, dejará Italia después de la Eurocopa. En la Federación han pedido que no se le pregunte por su futuro ni por el juicio en el que declarará como investigado por su posible participación en el escándalos de las apuestas ilegales.

Pregunta. Su primer equipo, el Lecce, pagó por usted 8 balones.

Respuesta. 8 balones y 150.000 liras [75 euros]… Que yo tuviera un precio como futbolista fue motivo de orgullo y satisfacción.

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P. Qué diferencia con fútbol y las cifras de ahora.

R. Sí, se ha inflado un poco todo, incluidos los sueldos. Antes tenías que pedalear [recorrer mucho camino] para hacer dinero. Mi primer contrato en Serie A fue de 15.000 euros. Antes costaba mucho más y te conformabas con poco.

P. ¿Es verdad que avisaba a sus padres cuando hacía pellas?

R. Si no iba a la escuela por alguna huelga, inventada o no, avisaba. No me gustaba mentirles a mis padres. Nunca lo hice.

P. ¿Nunca hizo nada en contra de las reglas?

R. No. Ni siquiera he robado un caramelo. Es por la educación que recibí. Recuerdo que un día me encontré 2.000 liras [un euro] en un centro comercial y las cogí incrédulo, juro que empecé a andar rápidamente, como si los hubiese robado.

P. Dice Arturo Vidal que si tuviera que ir a la guerra se llevaría a Antonio Conte.

R. Y yo me llevaría a Vidal. Es un jugador increíble. He de reconocer que en la Juve me lo encontré fichado. En mi cabeza quería jugar con 4-2-4 y un 4-4-2; viendo como Vidal subía y bajaba solo la intensidad del equipo, cambié al 4-3-3 que se transformó luego en un 3-5-2. Tiene unas calidades físicas y técnicas excepcionales, es extraordinario, si consiguiera controlarse un poco más sería fantástico. Yo le querría en todos mis equipos.

P. ¿Considera el fútbol una batalla?

R. El fútbol es un deporte y en el deporte hay batalla y en la batalla hay que ser superior. El lema del barón De Coubertin [lo importante es participar] no es para mí. Soy una persona muy competitiva, no hago las cosas por hacerlas. Si decido hacerlas, quiero conseguir el máximo, de mí y de los demás, porque soy un perfeccionista.

Tener educación y respeto.  Nunca me fiaré de un maleducado"

P. ¿Qué hay que hacer para ganarse su confianza?

R. Tener educación y respeto. Es lo primero que doy y pretendo que se me dé. Nunca me fiaré de un maleducado.

P. ¿Para quién no hay hueco en su selección?

R. Para quien antepone el yo al nosotros. El equipo no es un elemento individual. Claro que a más talento, más opciones de ganar, pero quiero que ese talento se ponga al servicio del equipo. El equipo para mí siempre ha sido la prioridad, yo nunca me encomendé a un solo jugador, por muy bueno que fuera. Yo, que me distinguía por correr mucho, corría encantado porque veía que los demás crac con los que jugaba, jugaban para el equipo. Como lo viví y sé que es así, lo he querido poner en práctica.

P. ¿El mensaje que nunca falta en su pizarra?

R. Démoslo todo y terminemos el partido sin recriminaciones. Se puede ganar o perder, pero no quiero que lleguemos al vestuario diciendo: si hubiese hecho esto, si hubiese hecho lo otro.

P. ¿Qué le enfada más?

Mi primer equipo, el Lecce, me fichó por 8 balones y 75 euros... hoy se ha inflado todo"

R. La falta de pasión. El fútbol es un deporte del que hay que estar enamorado, hay que tener mucha pasión y entusiasmo para practicarlo. Si veo gente que no lo tiene, que se arrastra por el campo, que viene cansado al entrenamiento, me saca de quicio.

P. ¿Ve menos pasión respecto a sus inicios?

R. Éramos niños de la calle, en la calle aprendías a buscarte la vida y apañarte. Hoy falta eso. Hay un montón de escuelas de fútbol, campos cuidados, nosotros jugábamos en el campito del ‘oratorio’ [el lugar de recreo de la Iglesia] que estaba lleno de agujeros, pero para nosotros era como San Siro. Había un espíritu de adaptación tremendo, con una pelota era suficiente. Ahora hay mucho más bienestar y se ha perdido el talento callejero. En la calle aprendíamos a trepar árboles, a caernos, a rompernos un brazo, a regatear a cinco, éramos pillos. Me gustaría preguntar hoy de cada diez niños cuántos saben trepar árboles, me da que ninguno. Nosotros en cambio éramos unas ardillas. Te divertías a coleccionar las tapas de las botellas, a jugar a las chapas. Nos lo pasábamos bien con poco porque teníamos poco. Y cuando volvías a casa y le decías a tus padres: la maestra me ha regañado, te daban una colleja. Hoy se lo dices y los padres van a regañar a la maestra. Por eso siempre digo que el papel de los padres es fundamental, vale sí, hay que tutelar a los hijos, pero también hay que dejar que la vida les dé unas bofetadas.

Yo busco futbolistas eclécticos. Florenzi es el que más me ha sorprendido, ha crecido muchísimo"

P. Al llegar a la selección convocó a los periodistas y les sentó delante de una pizarra. ¿Qué les quiso explicar?

R. Fueron dos clases de dos horas y media. Muchas veces nos juzgan de manera superficial y en función de quien marca o deja de marcar cambian las perspectivas. Quise abrirles mi mundo, quería que se sintieran participes de mi trabajo y de mi forma de trabajar. Me divertí mucho.

P. Dijo el otro día hablando de Bernardeschi que una cosa es ver a un jugador y otra entrenarlo. ¿Qué busca en un futbolista?

R. Cada uno busca cosas en función de su filosofía, a algunos le gusta el jugador que baje el ritmo con la posesión del balón, otros buscan intensidad y agresividad, los hay que buscan más técnica y menos físico; recuperaciones, que combinen calidad y cantidad. Lo que necesita la selección ahora son jugadores eclécticos. Somos 20, si se te lesiona alguno es un problema… Yo busco futbolistas que puedan jugar con una medular de dos o de tres; externos que puedan jugar de mediapunta.

P. Decía Florenzi que en esta selección hay futbolistas que se mueven de diez metros y permiten cambiar el sistema de juego.

R. Sí, así es. He de decir que me he encontrado a un grupo de jugadores que lo absorben todo como esponjas. No es fácil tener un sistema de juego y cambiarlo de un día para otro. Me ha sorprendido su disponibilidad en este sentido.

P. ¿En qué ha cambiado la selección con usted?

R. Creo que la importancia de la camiseta. He querido transmitir este mensaje: la camiseta azzurra tiene que ser vuestra segunda piel. Tácticamente hemos evolucionado. Hay que tener en cuenta que la selección de Lippi campeona del mundo tenía un 64% donde pescar, yo el 34%. Cuesta encontrar a gente para convocar.

P. ¿Cómo se plasma un equipo estando con él cada tres meses?

Cuando yo era niño nos bastaba con una pelota. El campito de la Iglesia nos parecía San Siro. Hoy los niños no saben ni trepar un árbol"

R. Es muy difícil. Intento aprovechar hasta los segundos. Grabo los entrenamientos para que les llegue lo que quiero de ellos. Tácticamente mi bagaje lo tienen, lo complicado es trabajar el aspecto mental. Para ello necesitaría estar con ellos 320 días al año.

P. ¿Cuál ha sido su mayor dificultad?

R. Ver poco a los chicos y no poder trabajar mucho con ellos. Aún así está siendo una experiencia increíble. No veo la hora de que llegue la Eurocopa, siempre he envidiado a los seleccionadores por tener a una nación entera soplando con ellos. Me gusta tener tanta responsabilidad.

P. ¿A los futbolistas les cuesta aceptar las críticas?

R. A todos nos cuesta, incluidos los entrenadores, sobre todo si lo has dado todo. Yo utilizo los vídeos… frente a la imagen, poco pueden decir. Me gusta plantearlo de forma didáctica, decirles qué habría ocurrido si hubiesen estado bien posicionados. Es una forma de hacerles más responsables y de que piensen como entrenadores. Hay que conocer a los futbolistas, saber quién necesita un grito y quien no, entrar en sus cabezas. Un entrenador hoy día tiene que estar preparado en todo: aspecto físico, táctico, técnico y psicológico. Hay que leer, estudiar mucho. El que diga que en el fútbol no hay nada que inventar, dice una gran tontería, lo dicen porque no tienen ganas de hacer nada.

P. ¿Le ha decepcionado Balotelli?

R. No he tenido la oportunidad de evaluarlo. Sólo ha venido una vez.

P. Desde fuera cuesta entender que jugadores con el talento de Insigne no sean titulares indiscutibles de esta selección.

R. Lorenzo se ha dado a conocer mucho este año, tiene un talento enorme y está alcanzando la madurez. Es joven, está creciendo bien y dejando huella en el Nápoles. Tiene que ser constante y deseamos que en estos dos partidos siga haciendo bien las cosas para ganarse un sitio en la selección. Tenemos mucha calidad en los extremos, tácticamente estoy intentando encontrar soluciones para que resalten.

P. ¿Quién le ha sorprendido más estos dos años?

R. Florenzi. Ha crecido muchísimo, en un año ha mejorado de forma increíble. Es un futbolista ecléctico, con calidad, buen motor, es un chico humilde que trabaja mucho. No sé qué haremos en la Eurocopa, lo que sé es que vamos a Francia con un buen grupo que trabaja como equipo.

P. ¿Estará Pirlo en ese grupo?

R. Le aprecio y le tengo mucho cariño, faltan dos meses todavía, lo valoraré.

P. Era desde 2001 que Italia no tenía a ningún equipo en cuartos de las competiciones europeas. ¿A qué se debe esto?

R. A los sorteos, no hemos tenido mucha suerte. Muchas veces también depende de eso seguir en Europa. La Juve pilló al Bayern, la Fiore al Tottenham y el Nápoles al Villarreal...

Hay que leer, estudiar mucho. El que diga que en el fútbol no hay nada que inventar dice una gran tontería. Lo dicen porque no tienen ganas de hacer nada"

P. ¿Qué Eurocopa se espera?

R. Espero que sea una Eurocopa en la que se pueda pensar en el deporte y no en los miedos y temores que estamos viviendo ahora con los atentados. Deseo de corazón que haya serenidad, porque una Eurocopa es sinónimo de hermandad.

P. ¿Las virtudes de Italia?

R. Tengo una certeza: un grupo de jugadores que se lleva bien, un equipo en el que hay armonía. Sabemos que no somos los favoritos, están Alemania, Francia, España, Bélgica e Inglaterra que creo que están subestimando. Dicho esto, nos jugaremos nuestras cartas, con atrevimiento. Yo prefiero encajar un gol a la contra que encerrarme atrás. Vamos a llevar las riendas del partido, a imponer nuestro juego. Vamos a tener que darlo todo, sin miedos.

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Sobre la firma

Eleonora Giovio
Es redactora de sociedad especializada en abusos e igualdad. En su paso por la sección de deportes ha cubierto, entre otras cosas, dos Juegos Olímpicos. Ha desarrollado toda su carrera en EL PAÍS; ha sido colaboradora de Onda Cero y TVE. Licenciada en Ciencias Internacionales y Diplomáticas por la Universidad de Bolonia y Máster de EL PAÍS.

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