El previsible ‘extravío’ de Arda Turan

A David Villa le pasó lo mismo que en su día a Quique Estebaranz y ahora le ocurre a Arda. Aunque puede parecer sencillo y agradecido, no es nada fácil jugar en el Barça. “Cuando te juntas con tus nuevos compañeros te das cuenta de que su fútbol es complicado”, argumentó hace poco El Guaje. “Llevan una marcha más que el resto, la velocidad de balón es más alta y precisa”, añadió Villa. “Todo se tiene que hacer muy bien”. Y más si se trata de un centrocampista recién incorporado como Arda. Incluso a Xavi e Iniesta les llevó muchos años conseguir la titularidad en el Barcelona.

Arda Turan solo ha completado cuatro partidos de los 17 que ha disputado con el Barcelona. Luis Enrique le sustituyó en el minuto 57 contra el Villarreal, en el descanso frente al Las Palmas y a los 60 con el Sevilla. No tiene todavía el ritmo ni el tono de juego necesarios después de estar parado hasta enero por la sanción de la FIFA. Necesita tiempo y competición para integrarse y quién sabe si también experimentar en distintas posiciones para ser un volante completo como es Iniesta. El manchego ocupó el puesto de falso extremo y de medio centro antes de conseguir la titularidad como interior izquierdo.

El tridente condiciona

Las funciones de un volante han cambiado desde la llegada de Luis Enrique. Iniesta fue el futbolista azulgrana que más kilómetros recorrió en el partido disputado contra el Arsenal en el Emirates Stadium de Londres: 11,490km. El segundo fue Sergio Busquets (11,117 kms.), y el tercero Rakitic (11.114). El tridente obliga a los dos interiores a esfuerzos más continuados y a un mayor despliegue, sobre todo al de la banda derecha porque Messi tiende a desplazarse hacia el puesto de enganche o falso 9. No es casualidad que el titular sea un futbolista con fondo como Rakitic.

A Arda le va mejor ocupar la demarcación de Iniesta porque Neymar, a su manera, defiende y corre más que Messi. El problema se agrava cuando los laterales son exigidos por delanteros como Denis Suárez. Los volantes se ven entonces todavía más requeridos y son vulnerables si no reciben ayudas de los centrales, de los jugadores de banda o de Busquets. Las prestaciones de Arda han cambiado respecto a las que tenía en el Atlético. El turco se quejó de la carga de trabajo que le encomendaba Simeone. Ahora se ha dado cuenta seguramente de que jugar en el Barça no supone descansar más, defender menos o que el sacrificio sea menor, sobre todo si el rival aprieta como ocurrió el domingo con el Villarreal.

La productividad de Arda en el Barça no es en cualquier caso menor a la que tenía en el Atlético. Así lo indica el promedio de pérdidas de balón (8 por partido como azulgrana por 13 de rojiblanco), asistencias (0,24-0,13), goles (2-3), recuperaciones (4,53-5), minutos jugados (60-73) y toques de balón por minuto (0,94-0,7). Acaso aparenta tener menos incidencia en el juego y estar más ansioso, más que nada por las tarjetas que recibe, también en El Madrigal. Ocurre cuando el tridente no resuelve y el equipo está más pendiente de controlar la situación que el partido y se desconcentra y destensa, circunstancia que obliga a reparar en fallos como los de Mathieu. Si antes la adaptación era difícil para delanteros como Villa, pendientes de Messi, ahora el problema es para los volantes como Arda, expectantes con Messi, Luis Suárez y Neymar.