Alas pequeñas o grandes, Lorenzo sigue mandando en Qatar
El piloto de Yamaha marca los tiempos el primer día de entrenamientos en Losail, donde las motos exhiben apéndices de todo tipo en sus cúpulas
Lorenzo ya estrenó el año pasado unas alas. Lo hizo en Misano. A Yamaha no le dolieron prendas y, tal y como había hecho Ducati en la primera carrera del año, en Qatar, se sacó de la manga un par de apéndices: de fibra de carbono, de color negro y forma rectangular; y los colocó en la parte inferior de la cúpula de la M1. Aquellas eran bastante más pequeñas que las que ha colocado este año en su M1. Esta vez, claro, no ha esperado a Misano. Y se ha presentado en el circuito de Losail, después de las pertinentes pruebas de pretemporada, con sus flamantes aletas, dispuestas ligeramente algo más arriba. Ayudan a ganar estabilidad en frenada y, especialmente, colaboran al llamado antiwheelie, o lo que es lo mismo, a evitar los caballitos. Importante tarea estos días en los que la electrónica es más limitada con el software único proporcionado por Magneti Marelli.
Las alas, sin embargo, no son la razón por la que Jorge Lorenzo sigue postulándose como el hombre a batir. Tras una pretemporada fantástica, el español logró también el mejor tiempo el primer día de entrenamientos en Losail con su M1, la moto más equilibrada de la parrilla, una de las que mejor ha asimilado los cambios en el reglamento. Si bien, es curioso observar cómo a un lado del box de Yamaha uno sale con las dos motos aladas y el otro, Rossi, a quien tampoco le fue mal la primera prueba del año (terminó segundo, a poco más de dos décimas de su compañero de equipo) no quiere saber nada de ellas. Al menos, no este jueves. Las probará este viernes. Y las usará, dice, como un elemento más de la puesta a punto porque para él tampoco suponen una gran diferencia.
Hemos cambiado un parámetro de la electrónica que el año pasado tenía un efecto y este año tiene otro muy distinto Marc Márquez, piloto de Honda
También con alas de quinta y pon, aunque en Qatar el año pasado le dieron un resultado excepcional –Ducati colocó a sus dos pilotos en el podio en la primera carrera del año–, Iannone confirmó las expectativas que ha levantado este invierno. Quiere ser un asiduo al podio. Y aunque sabe que eso cuesta, trabaja para lograrlo.
Quienes deben impedírselo, las Honda del equipo oficial, han llegado con mucho trabajo pendiente a la pretemporada. La nueva electrónica llevó de cabeza a la fábrica más poderosa del Mundial desde que aterrizó en MotoGP en noviembre. Y, al parecer, en el box de Márquez, octavo, a ocho décimas, y Pedrosa, séptimo, a seis, todavía les quedan cosas por entender del libreto de Magneti Marelli. El dos veces campeón de la categoría relató a la perfección cómo de desconcertante fue su primer día de gran premio: “El motor no era constante, no hacía una vuelta bien. Y al final nos hemos dado cuenta de dónde venía el problema. Hemos cambiado un parámetro de la electrónica que el año pasado tenía un efecto y este año, con el nuevo software, tiene otro muy distinto”. Prácticamente, perdió el día: “Todo lo que hemos probado hoy lo tendremos que reconfirmar mañana. No llegamos como quisiéramos a la primera carrera del año. No llegamos siquiera como el año pasado, que sabíamos como iba todo perfectamente”.
Él también lleva alas. Tras mucho pensárselo, Honda ha acabado por imitar a sus rivales y plantar, también unas aletas en su RC213V. Las que llevó a la pretemporada eran minúsculas en comparación a las Yamaha o Ducati. Pero en Qatar han llegado unas nuevas, considerablemente más grandes. “En teoría tienen que crear más presión en el neumático delantero y menos wheelie, más soporte en el tren delantero. Pero, honestamente, en esas dos vueltas que he hecho con ellas no he notado nada porque teníamos otros problemas. Con alas pequeñas o con grandes, con algunas correré el domingo”, apuntó Márquez.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.