Las estrellas de los Mundiales en pista cubierta
Junto al campeón Lavillenie, Eaton y Dibaba, dos plusmarquistas mundiales, buscan de nuevo el oro bajo techo
Puede que, como es norma en la cita los años olímpicos y obligatorio en 2016 por la obligada ausencia de la Rusia y su dopaje, los Mundiales de atletismo en pista cubierta que se inician la madrugada del viernes (hora Española) con la pértiga en la norteamericana ciudad de Portland carezcan de una gran masa de participantes que dé densidad a las finales, pero nadie podrá afirmar que sufra de falta de estrellas. Exceptuando a Usain Bolt, David Rudisha y Mo Farah, habituales ausentes, en la ciudad de Oregón bañada por el Pacífico estarán las principales estrellas del atletismo estos últimos años: tres plusmarquistas mundiales (Ashton Eaton, Renaud Lavillenie y Genzebe Dibaba) y las estrellas de la velocidad femenina, la holandesa Dafne Schippers, y de la altura masculina, el catarí Mutaz Essa Barshim. Como el resto de los países, salvo el numeroso local, Estados Unidos, que lleva un equipo de 58 atletas, España acude con una selección pequeña (15 deportistas), pero con su valor más seguro junto al marchador Miguel Ángel López, la saltadora de altura Ruth Beitia.
Beitia, justamente, es la única posibilidad de medalla española, según las predicciones de la revista Track and Field News, que le asigna una plata por detrás de la polaca Kamila Licwinko y por delante de la revelación del año, la juvenil norteamericana Vashti Cunningham. Su pelea llegará el domingo a partir de las 21.00, hora peninsular española, por lo que antes dejarán el escenario, tan brillante su pista verde, para que resplandezca, sobre todos, el local Ashton Eaton, doble campeón del mundo, campeón olímpico y recordman mundial de decatlón (9.045 puntos) y doble campeón y recordman mundial de heptatlón (6.645 puntos). En los últimos años, Eaton dosifica al máximo sus actuaciones, participando en el menor número posible de competiciones. En 2014, el año tonto del atletismo, sin Juegos ni Mundiales al aire libre, solo disputó una prueba combinada, el heptatlón del Mundial en pista cubierta; en 2015, solo completó el decatlón del Mundial de Pekín, en el que batió su propio récord del mundo. La seguridad pasmosa del fenómeno norteamericano, a quien no se le adivina rival y al que podrá medir de cerca, como en Pekín, el español que crece, Jorge Ureña, se pude comprobar viendo como está imbatido al aire libre desde su plata en el Mundial de Daegu 2011 y en heptatlón desde 2008, cuando tenía 20 años.
La versión femenina de Eaton, la personificación de la imbatibilidad, habría que encontrarla en la ligera etíope Genzebe Dibaba, que busca en Portland su segundo oro consecutivo en 3.000 metros, prueba en la que es plusmarquista mundial (8m 16,60s) y su tercer oro en pista cubierta tras el del 1.500m del Mundial de 2012. La atleta entrenada por el somalí Jama Aden acaba de cumplir 25 años y no ha perdido el gusto por los desafíos que suenan de otra época, exagerados. El verano pasado, con 3m 50,07s, batió el récord del mundo de 1.500m que se creía imposible durante décadas, y este invierno, para acompañar a sus plusmarcas bajo techo de 3.000m y 5.000m, batió en Estocolmo el récord mundial de la milla (4m 13,31s) que desde 1990 poseía la rumana Doina Melinte. Camino de los 1.604 metros batió el de 1.500m bajo techo con 3m 56,46s y dos días después, casi sin recuperar el aliento, se encerró en el pabellón de Sabadell para poner a prueba su plusmarca de los 3.000m. No la batió, pero los 8m 22,50s en que corrió son 8s menos que la segunda en la lista del año, su veterana compatriota Meseret Defar.
El atractivo de la altura masculina y los 60m femeninos será doble, pues habrá pelea por los títulos. Si Eaton y Dibaba reinan indiscutibles, Barshim y Schippers se encontrarán con rivales que o bien les han derrotado ya o bien poseen marcas similares de este invierno o bien ambas cosas. Barshim, el saltador de altura catarí que defiende su título de 2014 no ha vuelto a acercarse ni a los 2,43m que constituyen su mejor marca al aire libre ni tampoco a los 2,41 que saltó el invierno pasado en pista cubierta. Este año su mejor marca son 2,36m, inferior en dos centímetros a la del italiano Gianmarco Tamberi, el que compite con media barba afeitada y que aún no ha mostrado en las grandes citas el temple necesario. La rival de Dafne Schippers, la holandesa que rivaliza con las jamaicanas invencibles al aire libre y con las norteamericanas en pista cubierta, será la estadounidense Barbara Pierre. Ambas han corrido este invierno en 7s justos, la mejor marca mundial, pero se le puede dar más valor al logro de Schippers por lo que significa que una atleta tan grande, de más de 1,80m, sea capaz de alcanzar una velocidad tan alta en tan corta distancia, con lo que tarda en ponerse en acción. La clave, dice su entrenador, Bart Bennema, con quien se machaca en Papendal, es el trabajo intensivo en los tacos buscando la masiva efectividad en la salida.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.