Ibrahimovic: “Si cambian la Torre Eiffel por mi estatua me quedo”
El delantero sueco, la gran estrella del PSG, bromea sobre su continuidad en el club
El París Saint-Germain se coronó el pasado domingo campeón en un ambiente raro, entre el sentimiento de poderío absoluto en la Liga francesa y la sensación venidera, casi agobiante, del final de un ciclo triunfal irrepetible. Cuando la mayoría de los jugadores celebraban en los vestuarios, eufóricos y con botellas de champán en las manos, el cuarto título liguero conseguido en cuatro años, el más precoz de toda la historia del fútbol francés (ocho jornadas antes del final), el presidente catarí del club parisino, Nasser Al-Khelaïfi, se multiplicaba ante las cámaras de televisión para sofocar un incendio mediático que había iniciado minutos antes la máxima figura del club, el gigante sueco Zlatan Ibrahimovic, la cara más visible del PSG en los últimos años, y autor de cuatro goles en el 0-9 ante el Troyes. Ibra insinuó en una entrevista que dejará de formar parte del conjunto parisino a final de temporada.
Después de la renovación de Laurent Blanc, que extendió su contrato dos años más el mes pasado, el futuro del delantero sueco preocupa a la directiva del club. Ibra, que llegó de las manos adineradas de los dirigentes cataríes durante el verano de 2012, posando de manera sobrenatural en el Trocadéro, delante de la Torre Eiffel, en medio de una multitud fascinada por el magnetismo de su figura, lleva semanas manteniendo la confusión sobre si se marchará de un club que le hizo rey en Francia o si se quedará para un periodo extra.
Las dudas del sueco
A los 34 años, Ibra tiene dudas y el PSG también. “De momento, no jugaré para el París Saint-Germain la temporada que viene. Aún me queda un mes y medio de contrato aquí. Quiero disfrutarlo y no pensar en nada más”, declaró el futbolista, que sueña con jugar en Inglaterra. “Pero si cambian la Torre Eiffel por mi estatua me quedo. Te lo prometo”, bromeó con la entrevistadora.
Para el presidente Al-Khelaïfi, la renovación del contrato del delantero sueco cobra una importancia más que simbólica para el futuro de un proyecto multimillonario que apunta a seguir reinando en Francia por muchos años y en asaltar de una vez por todas el cetro europeo. Al-Khelaïfi no pierde la fe y sostuvo el domingo que buscará alcanzar un nuevo acuerdo con el jugador, que cobra actualmente 18 millones de euros al año.
Pero ante todo, Ibra tiene claro que quiere hacer historia con el PSG. Sus estadísticas en lo que va de temporada, con 27 goles en 24 partidos ligueros, demuestran que ha recuperado su mejor versión y su brillante actuación el pasado miércoles contra el Chelsea, con un gol y una asistencia, evidenció que está preparado y animado para enfrentarse a mayores desafíos. Ibrahimovic quiere ganar la Liga de Campeones con el PSG antes de marcharse. El club de la capital francesa nunca alcanzó la final de la mayor competición europea en sus cuarenta años de existencia.
El reto de Europa
En estas condiciones, el PSG se enfrenta a una encrucijada que busca coronar a su figura totémica en un contexto marcado por la hegemonía absoluta del Barça de Leo Messi. El conjunto parisino, más pletórico que nunca, con el argentino Ángel Di María en el nuevo papel de rompelíneas y el brasileño Thiago Silva como jefe de la defensa, estudia desde hace semanas sobre cómo triunfar en Europa manteniendo la competitividad en los torneos domésticos. El PSG sigue en liza para hacerse con las dos copas nacionales, al igual que la temporada pasada.
El técnico Blanc aseguró el domingo que efectuaría rotaciones en los próximos partidos ligueros para dar aire a sus jugadores titulares con el fin de evitar el estado de cansancio con el que el equipo llegó en su doble enfrentamiento europeo contra el Barça el curso pasado, en cuartos de final de la Liga de Campeones. El medio Marco Verrati, piedra angular del juego parisino, que llegó también en 2012 como Ibra, parte hoy a Qatar para recuperarse de una lesión en el pubis. El cerebro italiano es básico si el PSG pretende hacer historia en la máxima competición continental. El jeque Al Thani, dueño del club, que invirtió 500 millones en el presupuesto del PSG esta temporada, no perdonará otro fracaso.
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