Thais Henríquez critica la gestión de la natación sincronizada: “Han destrozado todo”

Cuando un deporte se acostumbra a ganar, es difícil asimilar el fin de los días de gloria. La natación sincronizada española alcanzó su cénit en Pekín 2008, con las dos medallas de plata y el liderazgo de Gemma Mengual en el agua y de Anna Tarrés en la dirección. Hubo otro éxito con otra plata y un bronce en Londres 2012, pero la cuesta abajo era ya evidente, y la retirada de Mengual y la polémica destitución de Tarrés después de esos Juegos contribuyeron a acentuar el descenso.

La no clasificación del equipo para los Juegos de Río es un mazazo y una confirmación: la sincro española ya no pertenece a la élite. El éxito del dúo Mengual-Carbonell —primeras en el Preolímpico— es síntoma de que no hay aún una generación sucesora capaz de competir como lo siguen haciendo las dos veteranas nadadoras. La baja de Ona Carbonell en la última ronda por equipos también fue una pesada losa.

La salida de Tarrés abrió muchas heridas. La exseleccionadora fue acusada de llevar a las chicas al límite físico y mental. Pero es una evidencia que sin ella la sincronizada no tiene los mismos resultados. Quintas en el pasado Mundial de Kazán en las disciplinas olímpicas y quintas por equipos en el Preolímpico del fin de semana, donde no estaban ni rusas ni chinas. Para más inri, Anna Tarrés llevó a Ucrania al primer puesto y estará en Río el próximo mes de agosto.

Las primeras voces críticas se empezaron a oír ayer mismo. Thaïs Henríquez, doble medallista olímpica, se descolgó en Twitter con una dura misiva. “Han destrozado todo por lo que muchas entregamos nuestra vida”, dijo la canaria, refiriéndose a la gestión del equipo de sincronizada. “Al final, todo tiene una explicación y no deberían pasar desapercibidas las repentinas retiradas de cuatro de las componentes que formaron parte del equipo olímpico español de Londres 2012, menos de un año después de la incorporación del nuevo cuerpo técnico”, apuntaba Henríquez.

Éxito de Tarrés

La nadadora no quiso dejar pasar tampoco la oportunidad de recalcar el éxito de la exseleccionadora nacional con otro país: “Ahora están con Ucrania a punto de hacer historia con una medalla de bronce olímpica”. Henríquez cuenta también que antes del Mundial de Kazán decidió desvincularse porque tenía dudas sobre la gestión del equipo y los preparadores. “Es un deporte que requiere de muchísimas horas diarias de entreno, ya que dedicas tu vida a este deporte y, por supuesto, debes creer al 100% en el objetivo y confiar plenamente en el cuerpo técnico”. La canaria sostiene que se apartó de la selección por ser “fiel a sus principios”, aunque asegura que lamenta la eliminación olímpica.

“Me duele en el alma por ellas y solo me queda felicitar a las selecciones que han conseguido la clasificación, se lo merecían”, concluye. Por su parte, Fernando Carpena, presidente de la Federación de Natación, admitió que la eliminación le pillaba “por sorpresa”, aunque no quiso emplear la palabara fracaso por el resultado .