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El Villarreal castiga al Levante

Con distintos protagonistas, el conjunto castellonense supera de principio a fin (3-0) a un rival insustancial

Los jugadores del Villarreal celebran un gol ante Rossi.
Los jugadores del Villarreal celebran un gol ante Rossi.D. C. (EFE)

Marcelino puede estar satisfecho y orgulloso. El técnico asturiano ha conseguido crear un grupo cohesionado en una plantilla amplia, con muchos futbolistas notables, un conjunto mayúsculo, un equipo ganador. Removió Marcelino por completo el once para ser el mismo. Solo Aréola, Musacchio y Bruno repitieron con respecto al partido ante el Nápoles en San Paolo tres días atrás. Y no perdió prestación alguna el Villarreal ante un Levante insustancial, solventes y lúcidos los castellonenses en ataque, blindados en defensa con Aréola, un portero de gran futuro, imbatido por quinta jornada consecutiva, un signo más de la eficacia amarilla, también ofensivamente ante el Levante. Un paso más y una jornada menos para alcanzar el Villarreal una plaza en la Liga de Campeones, a dos puntos distante del poderoso Madrid.

Con Bruno como director creativo y defensivo, el Villarreal fue el de siempre con diferentes protagonistas, con Adrián López sumado a la causa amarilla superada una larga convalecencia, estrenándose como goleador el exdeportivista al igual que Castillejo, abriendo el marcador Baptistao. Demasiado potencial para un Levante infeliz lejos de Orriols, una lacra que le acerca al descenso. Lo mejor del conjunto granota fue la ovación que se llevó Rossi de regreso a El Madrigal y el ánimo de la afición amarilla para el conjunto valenciano, un club amigo al que desean que permanezca en Primera.

Fría como la mañana en El Madrigal se quedó la defensa del Levante, excesivamente contemplativa en una jugada de Baptistao que desde la línea de fondo esperó a que David Navarro se venciera, para disparar posteriormente sin ángulo y de puntera colando el esférico entre las piernas de Mariño, demasiado confiado el portero gallego que no llegó a adivinar la picardía de Baptistao.

Casi sin pretenderlo, el Villarreal se vio en ventaja en el marcador en un encuentro que nació sin apenas ritmo con más precaución que intención en ambos equipos, más preocupados en no desorganizarse que en agitar. El ataque del Levante resultaba previsible, correcto, fácilmente controlable para la zaga amarilla. Más selectivas y picantes resultaban las llegadas del Villarreal al área de Mariño. El conjunto de Marcelino se siente cómodo defendiendo y le gusta atacar los espacios. Ayuda a ello la movilidad de sus delanteros, ante el Levante Baptistao y Adrián. El jugador cedido por el Oporto, recuperado ya de la lesión por la que tuvo que pasar por el quirófano y estar ausente de los terrenos de juego tres meses, ganó la espalda a Medjani para adentrarse al área y ceder con pausa el esférico a la llegada de Samu Castillejo, consiguiendo el malagueño su primer gol de amarillo.

La falta de contundencia defensiva condenaba al Levante. El Villarreal no perdía su seriedad, dificultando la ofensiva granota que tuvo una inmejorable ocasión para meterse en el partido en una acción de Morales que dejó sentado a Musacchio, no pudiendo evitar a Aréola, un gigante el portero francés que no se rindió en el disparo cercano del extremo madrileño.

Al regreso del descanso, el Villarreal, en un contragolpe, una de sus tantas virtudes, mataba el partido con un gol de Adrián López, un falso lento, que se plantó tras una larga carrera ante Mariño y le batió de un disparo cruzado. La expulsión posterior de David Navarro no hizo más que prolongar la agonía del Levante y el disfrute del Villarreal, un gran grupo y equipo.

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