El Getafe no puede con Nolito
Un gol del delantero premia al Celta y castiga a los locales, que suma seis derrotas seguidas
Se le esperó durante dos largos meses en los que se produjeron contínuos avistamientos no confirmados en tierras catalanas. Pero Nolito ha vuelto y lo ha hecho en Getafe, donde fue decisivo para que el Celta diera vuelo a sus aspiraciones europeas con un laborioso triunfo en uno de sus feudos malditos. Por esas situaciones inescrutables que se producen en el fútbol, cada vez que los celestes se acercaban a Getafe se desteñían. Algo de eso ocurrió en esta ocasión. El Celta no fue el Celta que quiere la pelota y la maneja. Fue otro, pero ganó y dañó con su victoria a un rival que expuso todo su arsenal para quedarse con los puntos y al final se topó con su sexta derrota consecutiva.
Al Getafe le empujó la codicia del que sufre. El equipo no solo se ha caído en las últimas jornadas sino que venía de una derrota ante el colista clasificada por su entrenador como vergonzosa. Era lógico esperar una reacción y llegó en una puesta en escena ambiciosa en la que negó la pelota al Celta y consiguió activar la imaginación de Víctor Rodríguez o Sarabia.
Lo pasó mal el equipo de Berizzo porque tiró la línea trasera muy cerca de su portero, se convirtió en un equipo largo y abrió espacios que aprovecharon no sólo los mediapuntas del Getafe si no sus mediocentros para intentar remates lejanos que inquietaron a Sergio Álvarez. Tuvo una cierta variedad el juego del Getafe, pero decayó cuando se ancló en el desacierto, preocupado en situaciones tan extrañas como la de cargar bastantes minutos con Damián Suárez lesionado, quien sabe si en busca de forzar una quinta tarjeta amarilla que no llegó.
El Celta mejoró porque no podía ir a peor. Salió bien tras el descanso y se animó con un remate de Bongonda que sacó Yoda bajo palos. Berizzo maniobró y retiró a Guidetti para dar cancha a Nolito. El delantero sueco es un excelente rematador, pero la referencia de Aspas en punta mejora el circuito del equipo con la pelota. Y Nolito sabe latín futbolístico. Fue pillo para rescatar en el área un saque de esquina que tocó bien arriba Pablo Hernández, baluarte en una suerte en la que el Celta siempre tuvo problemas en los últimos tiempos.
Adelantó a su equipo en el marcador y el Getafe ya sintió que estaba bajo la losa de la derrota. Atrás habían quedado ocasiones de gol de todos los colores y la sensación de que el esfuerzo fue baldío y el castigo excesivo. “El campo estaba muy mal y eso nos perjudicó. A veces hay que ganar sufriendo”, concluyó Nolito.
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