Gales presenta su candidatura

Plaza de grandes alegrías, Cardiff aguardaba a Francia tras su gran humillación, aplastada por Nueva Zelanda en el pasado Mundial (62-13). Poco tiene que ver esta nueva Francia de Guy Novès, valiente y prometedora, con la apuesta conservadora de Philippe Saint-André, pero su ansiada redención, la de un país que presume de tres bicampeonatos del mundo, tendrá que esperar. La asentada Gales contextualizó las dos sufridas victorias que esgrimía el XV del Gallo e hizo valer su candidatura al título con una actuación muy sólida

Gales esgrimió sus armas desde el arranque. La vuelta de Lydiate permitía al imponente Warburton desempeñarse en su papel ideal, el de flanker abierto. Con la ayuda del gigantón Roberts como centro, percutía en fases cortas la tercera galesa, confiada en recoger frutos sin riesgos excesivos gracias al pie tan endiablado como preciso de Biggar. Aunque los franceses campearían la primera oleada roja, llegarían los esperados errores por jugar tanto tiempo en su parcela. Fiable como pocos, Biggar se rehízo a un fallo impropio de su emergente talla y castigó con puntos el golpe retardado de Jedrasiak y la retención de Plisson.

Respondería Francia con su primera acción vertical. El medio-melé Machenaud, titular tras brillar ante Irlanda, engrasó por momentos a l equipo que más metros y más pases había sumado en las dos primeras jornadas del torneo. Entraría en juego el letal Vakatawa y los delanteros galos avistaron el ensayo para acabar conformarse con tres puntos. Premio suficiente para su única incursión reseñable.

Hastiados por su escasa ventaja, los galeses rechazaron un golpe de castigo rutinario en la última acción del primer acto en busca del ensayo. La acción, creada por otra cabalgada de un pensador fugaz como Gareth Davis, terminó frustrada. Tenía pues motivos el XV del Gallo para sentirse confiado en un choque apretado. Hasta que la salida en tromba de los locales convirtió la modesta aspiración francesa en un reto de altura.

Si bien Machenaud mantuvo el tipo con su ritmo vertiginoso, Plisson no tuvo su día. Se torció desde que regalara un golpe franco pateando a la banda como si fuera un golpe de castigo y siguió con un fallo, tolerable, en una patada lejana. Inseguro en su gestualidad, el joven apertura también erraría al cubrir desde la última cortina defensiva la patada profunda de Jonathan Davies . Llegaría demasiado forzado y su toque dio a George North una segunda opción para cazar el oval y ensayar a placer.

No se puede acusar a esta nueva Francia de complacencia. Pese al déficit (16-3), respondería con un ataque eterno, amenazando durante diez minutos la zona de marca galesa con todo tipo de argumentos. Su valentía de rechazar cualquier botín que no fuera el ensayo no tuvo la recompensa de la matemática, bien por las patadas imprecisas de Plisson, reacio a arriesgar a la mano, o por la resistencia de la delantera galesa en las micras finales de césped, volteando rivales e impidiendo la liberación decisiva de los franceses. Tocado físicamente, Biggar cerró el partido para el XV del Dragón canjeando un nuevo golpe de castigo.

Francia careció de la frescura necesaria para remontar a un rival nada habituado a concesiones. No ayudó 12 de los 23 galos que vencieron a Irlanda disputaran competición doméstica (el exigente Top 14) el pasado fin de semana mientras los galeses descansaron. Mérito especial para su capitán, Guirado, capaz de lograr la única marca de Francia y jugar todo el encuentro apenas cinco días después de su compromiso liguero. Gales se hace con el liderato provisional y logra su quinta victoria seguida ante el XV del Gallo, un registro que no lograba desde los cincuenta. Se jugará el torneo el torneo el próximo sábado ante Inglaterra en Twickenham, una catedral que ya conquistó con mayúsculas en septiembre.