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Asensio le da vida a Galca

El jugador mallorquín le da el triunfo al Espanyol ante un negado Deportivo

Juan I. Irigoyen
Marco Asensio celebra el gol, con Lux, de espaldas.
Marco Asensio celebra el gol, con Lux, de espaldas.JUAN BARBOSA

Hay partidos que tienen el aroma de una final por más que no haya ninguna copa en juego, ni existan aspiraciones europeas, ni tampoco se den situaciones de desespero como la de evitar el descenso a Segunda División. Duelos a todo o nada, aunque falten más de tres meses para el cierre de la Liga. Así se presentaba el encuentro para el Espanyol ante el Deportivo. Lo sabían los casi 30.000 aficionados que llegaron hasta Cornellà y, más que nadie, lo sabían los chicos blanquiazules de Galca. De sus botas pendía el futuro su entrenador. Los jugadores del Espanyol salvaron al rumano en los despachos y también en el campo. Asensio le ha dado vida a Galca ante un Deportivo, que se comienza a deshilachar.

El RCDE Stadium era una especie de Coliseo para Galca: salía con vida o muerto. Y ante el Deportivo, le aguardaba un estadio encendido. El club puso a la venta 12.000 entradas a un precio simbólico para sus socios. Necesitaba estar arropado por su hinchada el Espanyol. No falló la afición ni tampoco los chicos del rumano. Con más intensidad que fútbol, el conjunto blanquiazul se llevó la victoria después de más de dos meses, la segunda de la era Galca. No ganaba el Espanyol desde el pasado 19 de diciembre (1-0, ante Las Palmas).

No era un tiempo para florituras en Cornellà. Galca lo tenía bien claro y ese fue el mensaje que mandó desde la alineación: trivote, con Diop, Víctor Sánchez y Abraham. Un duelo de tres contra tres en el medio, porque Sánchez del Amo plantó a Borges, Mosquera y Bergantiños. Vértigo en el Espanyol ante la pausa del Depor. Pero el cuadro gallego tiene mejor estudiado su libreto. Sabe a lo que juega el Deportivo y descansa en Mosquera para mover la pelota. En cambio, el rumano dibujó una alineación inédita. Y lo sintió en el arranque del duelo. Comenzó nervioso, pensando más en la tabla que en el partido. Lo aprovecharon los gallegos, se durmió Álvaro y Luis Alberto, atento, le robó la cartera. Pero el ex jugador del Liverpool no es Lucas Pérez, ayer ausente por lesión, y apuntó al pecho de Pau. Respiro Álvaro y, sobre todo, Galca.

Mientras el Deportivo extrañaba a su goleador, el Espanyol comenzaba a disfrutar de Caicedo, también de Burgui y por fin de Asensio. Su fichaje en verano llenó de ilusión a la hinchada blanquiazul, pero su fútbol era tan interesante como discontinuo. Hasta ayer. De sus combinaciones con Caicedo emergió lo mejor del cuadro blanquiazul. A ellos se les sumó Burgui, peligroso con espacios, un dolor de cabeza para Juanfran en el ala derecha. La solvente defensa del Deportivo sintió la lesión de Sidnei, contundente en la marca ante Caicedo y con buena salida del balón.

Lux, la figura

Aunque la pelota era del Deportivo, en las porterías sólo se lucía Lux. El portero le negó el gol a Caicedo, a Gerard Moreno y a Asensio. Pero el muchacho cedido por el Madrid tenía en su pierna izquierda la llave para la victoria y la vida de Galca en el banquillo. Burgui le puso el balón en el corazón del área y el mallorquín lanzó un misil directo a la red de Lux. 1-0, para el Espanyol y, por fin, victoria, después de un nuevo recital del meta argentino. Lo celebró con furia Asensio, la hinchada y sobre todo el sufrido de Galca.

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Sobre la firma

Juan I. Irigoyen
Redactor especializado en el FC Barcelona y fútbol sudamericano. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS. Ha cubierto Mundial de fútbol, Copa América y Champions Femenina. Es licenciado en ADE, MBA en la Universidad Católica Argentina y Máster de Periodismo BCN-NY en la Universitat de Barcelona, en la que es profesor de Periodismo Deportivo.

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