Jesé, el regreso del ‘Bichito’
El mejor delantero que produce la cantera madridista desde Raúl marca su primer gol en Champions en el segundo aniversario de la lesión que casi acaba con su carrera
El fútbol encierra tragedias secretas. La deslumbrante crónica de éxito y poder que ha inspirado el Real Madrid en las últimas décadas no siempre coincide con la realidad cotidiana de un club cuya cantera parece maldita. Si la malformación cardiovascular de Rubén de la Red acabó en 2008 con la carrera del centrocampista más brillante que produjo la academia desde Míchel, la lesión de ligamentos cruzados de Jesé Rodríguez cortó en seco la progresión del atacante más dotado que surgió de las categorías inferiores desde Raúl. Hoy se cumplen exactamente dos años desde aquel 18 de febrero de 2014, día del infortunio de Jesé en la vuelta de los octavos de final de la Champions contra el Schalke. Más que un drama personal, un desastre para la conformación de la identidad de un equipo al que, de un tiempo a esta parte, comienza a faltarle carácter propio.
Nominalmente Jesé se reincorporó al trabajo hace un año. Realmente no volvió hasta este miércoles, en Roma. La humedad impregnaba el aire frío sobre el estadio Olímpico cuando Zidane cambió a James por el delantero canario a falta de diez minutos para el final. La hinchada romanista estaba menos pendiente de lo que ocurría en la cancha que en el banquillo local, en donde el capitán Francesco Totti se disponía a saltar al campo con el semblante sombrío. El Madrid ganaba 0-1 y el viejo maestro miraba el espectáculo con resignación. Como quien contempla el destino. Esperaba que el árbitro le diera el ingreso cuando al otro lado del campo Jesé encaró a su lateral, el francés Lucas Digne. Hizo una conducción con el balón pegado a la punta de la bota derecha, un amague, pisó el área, y ante el retroceso del marcador soltó la pierna. Le pegó con el empeine, cruzado, y el balón salió sin efecto, recto, pasó entre las pierna de Digne y se incrustó pegado al palo más lejano de Szczesny. Fue el gesto seco, preciso y difícil, que clausuró virtualmente la eliminatoria.
“Estoy contento porque me hacía falta meter un gol y porque es mi primer gol en Champions”, dijo Jesé, mientras salía por la rampa que conduce al frondoso Monte Mario. “Es un premio al trabajo que he hecho estos meses pasados. Meter un gol siempre es bueno pero lo más importante ha sido ganar en este campo tan difícil, contra un rival como la Roma que defiende tan bien”
Zizou no solo me ha cambiado la cara a mí. Nos ha cambiado la cara a todos en la plantilla
La Roma ha encajado goles en ocho de sus últimos nueve partidos en todas las competiciones. Su defensa es una de las más inestables de Italia. Pero Jesé tenía motivos para expresar felicidad. Después de quedarse cuatro veces fuera de la convocatoria con su último entrenador, Rafa Benítez, ahora Zidane le da tiempo de competición progresivamente. Salvo contra el Athletic, en donde permaneció en el banco, ha participado en todos los partidos dirigidos por el francés. “Cada vez me he encontrado mejor”, asintió el muchacho. “Pero esta es una lesión muy larga. Es difícil recuperarse. Exige un periodo de tiempo para coger ritmo y forma. Como no he tenido muchos minutos de juego me ha costado más, pero ahora estoy disfrutando de la confianza del míster”.
No es casual que Jesé recupere el protagonismo perdido coincidiendo con la baja de Gareth Bale, el jugador más estratégico en los planes de la directiva y, junto con James, un ocupante natural del puesto del canterano. No se conoce ningún joven aspirante a estrella que se abriera paso frente a dos fichajes que juntos sumen 180 millones de euros y que, además, juegan en su puesto. Jesé estuvo a punto de dejar a Bale en el banquillo cuando se rompió en 2014. Hasta hace poco, examinó la posibilidad de dejar el Madrid a final de temporada. Ahora parece aliviado. A sus 22 años, la marcha de Benítez parece despejarle un poco el camino.
“A mí solo no me ha cambiado la cara”, dijo, cuando le preguntaron si Zidane le había devuelto la ilusión. “Nos ha cambiado a todos. Se ve. Zizou es una motivación diaria para todos. El equipo ahora es otro a mejor. Podemos superarnos a nosotros mismos. No quiero decir que Rafa no estuviera haciendo un buen trabajo pero a lo mejor no teníamos compenetración con él”.
Jesé hablaba sin poder reprimir la sonrisa cuando los periodistas vieron a Sergio Ramos pasando por detrás y le llamaron para que se uniera al corrillo. "¡Hoy no!", dijo Ramos, "¡hoy el protagonista es el Bichito!".
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