Arte sublime de Rubinstein
El 'primer campeón del mundo sin corona' tumbó a Georg Rotlewi en una de las partidas más bellas de la historia, en 1907
En 15 siglos de historia hubo pocas partidas tan bellas como la que en 1907 jugaron en Lodz los polacos Akiba Rubinstein y Georg Rotlewi. El conocido como el primer campeón del mundo sin corona encadena una serie de sacrificios que producen en el aficionado una sensación tan intensa como La Novena Sinfonia de Beethoven en un melómano.
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