El Valencia se da un paseo en la Copa

Gary Neville encuentra alivio en la Copa, la única competición en la que conoce la victoria como entrenador de un Valencia al que no le conviene despreciar el torneo copero, alejado de los puestos europeos en la Liga en la que no termina de encontrarse. Superó también el Valencia al Granada en Los Cármenes con tres goles, como lo hizo una semana atrás por cuatro en Mestalla. Como quien no quiere la cosa, el Valencia se dio un paseo ante el equipo de Sandoval en la eliminatoria para llegar a cuartos de final, con más goles que méritos, demasiado castigo en ambos partidos para un Granada de buenas maneras, falto de pegada.

El 4-0 de la ida en Mestalla destensó el encuentro en Los Cármenes. Un partido para reivindicar individualidades, las que cuentan con menos minutos, más que para reafirmar el colectivo. Por ejemplo Ryan, el portero fichado en verano por el Valencia para suplir la larga ausencia de Alves en la portería. La mala fortuna del australiano, que en la segunda jornada de Liga sufrió una lesión de menisco, propició la irrupción de Jaume Doménech, todo un descubrimiento para Mestalla, un portero notable. También lo es Ryan, que al cuarto de hora solventó un mano a mano con Succes en una internada del nigeriano por el flanco izquierdo del área. El Arabi necesitaba el partido para volver a sentirse importante, desbancado de la titularidad en las últimas jornadas por Peñaranda. Tuvo dos ocasiones en el primer acto, bien fabricadas y mal definidas.

La suerte también estuvo de parte de Ryan en un disparo de Rochina que repelió el palo. El Granada se propuso disfrutar, salvar el honor manchado en Mestalla, a sabiendas de que su esfuerzo y cabeza deben de concentrarse en la Liga, inmerso en la pelea por la permanencia. Fran Rico encontró posteriormente la red de Ryan, sorprendido el centrocampista pontevedrés al ver anulado su gol por una supuesta mano en el control.

Los cambios en la alineación afectaron más al Valencia en el juego, no así en el resultado, con escaso poso y empaque, con un doble pivote en el centro del campo formado por dos futbolistas inexpertos como son el brasileño Danilo de 19 años, un fijo con Nuno y Neville, y Zahibo, un potente futbolista francés de 22 del filial. Por delante, en la mediapunta, Fran Villalba, un menudo y habilidoso jugador de 17 años en el que el valencianismo, necesitado de buenas noticias, tiene prisa por verle crecer en Mestalla.

El esférico y la intención pertenecían al Granada. Solo Negredo tenía la capacidad de inquietar a Kelava, que se vio con el agua al cuello cuando el delantero vallecano, desde el centro del campo, avistó la posición adelantada del portero croata y lanzó a portería marchándose el esférico desviado del marco. No pudo evitar Kelava ni la defensa nazarí, el remate de cabeza a saque de esquina de Zahibo, imponiendo sus 190 centímetros. Casi sin quererlo ni buscarlo, el Valencia, por si había dudas, ampliaba la renta en la eliminatoria, imposible para el Granada que en la segunda mitad sufrió el instinto goleador de Alcácer que, a los 30 segundos de entrar en el terreno de juego, marcaba en el primer balón que tocaba. Piatti completaba de penalti la fiesta del Valencia en la Copa.