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El eclipse de Hirvonen

El piloto finlandés apenas ha sobresalido con el Mini en su debut en el Dakar

GORKA PÉREZ
Hirvonen, saliendo de su Mini en Villa Carlos Paz
Hirvonen, saliendo de su Mini en Villa Carlos PazMARCOS BRINDICCI (REUTERS)

Sébastien Loeb desprende confianza. Se le cae de encima, como si los 171 centímetros de su cuerpo no pudieran retener más cantidad de autoestima en una carcasa mucho más musculada que la de sus rivales. Vale que Peugeot, la escudería con la que debuta en este Dakar, ha puesto a su disposición el que hasta el momento es el mejor coche de la carrera. Un DKR 2008 que se ha mostrado sin puntos débiles aparentes, al menos en el caso del que pilota el nueve veces campeón del mundo de rallies, hasta ahora ausente de cualquier contratiempo mecánico. “El coche va muy bien”, asegura Loeb, en una combinación de palabras tan simple como certera.

No espero demasiado de mi primer Dakar. Para pelear por la victoria necesitas experiencia" Mikko Hirvonen

Mientras que él es feliz (no le cuesta sonreír y encara las preguntas con los periodistas con una templanza poco imitada), a Mikko Hirvonen, otro de los pilotos más reputados de los rallies que se ha unido a la aventura del Dakar esta edición, le resulta mucho más complicado aparentar, al menos, cierto entusiasmo. Su llegada a Mini no está saliendo como el finlandés hubiera esperado. Su coche, ganador de los cuatro últimos Dakar, se está mostrando muy por detrás del Peugeot en los terrenos en los que aparentemente contaba con cierta ventaja. Ni siquiera parece que la punta de velocidad con la que sorprendió la edición del año pasado resulte ahora suficiente para alcanzar a los vehículos franceses. La idoneidad de las primeras etapas para los pilotos de rally como Hirvonen tampoco ha resultado suficiente como para enchufar al finlandés en la competición.

Sébastien Loeb, en Salta.
Sébastien Loeb, en Salta.FRANCK FIFE (AFP)

“Estoy aprendiendo mucho y me siento moderadamente de feliz de cómo me está yendo hasta ahora. Estoy deseando que haya más tramos fuera de pista y de arena porque es algo muy diferente a lo que he visto. Sabía que las primeras etapas iban a ser muy similares a las pistas de WRC en las que he competido durante muchos años, por lo que no me sorprendieron tanto. Pero ahora ya se está volviendo todo más Dakar, con mucha navegación. En seguida entraremos en las dunas, algo que estoy esperando”, asegura Hirvonen.

Su carrera como piloto de rallies duró 12 años, por lo que acostumbrarse a conducir un vehículo de diferentes características también ha supuesto un desafío extra. “Hay muchas diferencias entre este coche y los que yo he pilotado hasta ahora. Ambos han sido diseñados para dos tipos diferentes de competición. Aquí se hacen muchos más kilómetros y estás mucho más tiempo dentro. A lo mejor en las dos o tres primeras etapas un WRC hubiera podido sobrevivir. Pero no es tan resistente como lo es el Mini, valora el finlandés.

Conducir es un sentimiento natural, pero competir es otra cosa" Sébastien Loeb

Loeb e Hirvonen fueron compañeros de equipo en 2012 y 2013 en Citröen. Esos dos años el título de campeón se lo llevó el francés, mientras que el nórdico fue subcampeón en su primer año y quedó cuarto en el segundo. No pudo con él. Esa rivalidad se ha trasladado ahora a un Dakar en el que Loeb parece haber aterrizado de pie (sus detractores piensan que en las dunas acabará perdiendo toda la ventaja acumulada hasta ahora), mientras que Hirvonen no ha demostrado aun su pericia al volante.

“Por supuesto que será más difícil para mí en esta segunda semana porque no tengo la experiencia que tienen los demás. Conducir es un sentimiento natural, pero competir es otra cosa, veremos a ver qué ocurre estos próximos días”, sostiene Loeb. El discurso de Hirvonen, es algo más contenido. “No espero demasiado de mi primer Dakar. Para pelear por la victoria necesitas experiencia. Si no cometo ningún error y no tenemos grandes problemas a lo mejor podemos terminar en el top cinco y estaría muy feliz de lograrlo. Ojalá pueda volver el próximo año y pelear por el podio también”, añade el finlandés.

Hirvonen, muestra un tatuaje en su brazo.
Hirvonen, muestra un tatuaje en su brazo.Jorge Saenz (AP)

Consultado por cuál es su intuición acerca del recorrido de Loeb, Hirvonen se muestra tan sincero, como ligeramente resignado. “Todo el mundo sabe que Loeb es un piloto con mucho talento, y los buggys están trabajando muy bien y son muy rápidos. Todos los demás estamos teniendo dificultades para alcanzarles. Lo está haciendo muy bien y veremos si en esta segunda semana también se mantiene arriba porque va a ser completamente diferente”, sentencia.

Esa es la teoría que abrazan el resto de los pilotos del Dakar. La inexperiencia como factor determinante para detener a un Loeb lanzado. Hirvonen lo conoce bien, y por eso lo teme. Más todavía cuando su coche sigue volando.

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Sobre la firma

GORKA PÉREZ
Es redactor de la sección de Economía y está especializado en temas laborales. Ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS. Antes trabajó en Cadena Ser. Es licenciado en Periodismo por la Universidad del País Vasco y Máster en Información Económica de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo.

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