Messi abruma al Granada
El delantero argentino logra un triplete y Neymar completa la plácida victoria del Barcelona
Hay jugadores que hacen las cosas fáciles, pocos como Sergi Roberto, y futbolistas que marcan las diferencias, ninguno de la talla de Messi. Atado a la bota derecha del centrocampista y a la zurda del brasileño, el Barça del tridente, innegociable en cualquier alineación, despedazó en 13 minutos al Granada, un equipo que siempre lleva buenas noticias al Camp Nou. El 10 batió el récord de César ante el Granada y firmó el triunfo con un triplete en vigilias de la Gala del Balón de Oro. Messi es el favorito a ganar el quinto título después de ratificar su jerarquía en el aplacible partido con el Granada. Aturdido todavía por el ruido de un derbi sobreexcitado, al Barcelona le vino bien una tarde plácida, de descompresión y rotaciones en el Camp Nou.
BARCELONA, 4; GRANADA, 0
Barcelona: Bravo; Aleix Vidal (Alves, m. 65), Piqué, Vermaelen, Alba; Sergi Roberto, Arda (Adriano, m. 72), Rakitic; Messi, Suárez y Neymar. No utilizados: Ter Stegen; Busquets, Iniesta, Sandro y Mathieu.
Granada: Andrés; Méndez, Doria, Lombán, Biraghi; Rochina (Márquez, m. 78), Uche, Krhin (Mainz, m. 46), Pérez; Success y Peñaranda (Ibáñez, m. 72). No utilizados: Kelava; Lopes, Rico y El Arabi.
Goles: 1-0. M. 8. Messi. 2-0. M. 14. Messi. 3-0. M. 58. Messi. 4-0. M. 83. Neymar.
Árbitro: Velasco Carballo. Amonestó a Rochina, Lombán, Doria y Aleix Vidal.
Camp Nou: 70.720 espectadores.
Ya se sabe del carácter camaleónico del Barça y al mismo tiempo de la necesidad que tiene de un futbolista como Busquets. Alrededor del medio centro ha construido sus mejores partidos, ante rivales mayores y menores, fuera y en el Camp Nou. El equipo juega de manera serena y aseada, fiable, con Busquets. Muy diferente de cuando el pivote es Mascherano, intimidador y corrector, más central que volante en el Barça. La alternativa a dos futbolistas tan extremos para el mismo puesto se llama Sergi Roberto. Académico, aplicado en el juego de posición y excelente en el despliegue, el volante catalán asegura normalmente un buen control del juego, imprescindible para enfrentar a equipos con el arrebato y la llegada del Granada.
Al plantel de Sandoval le avala la velocidad de sus delanteros, excelentes a la hora de atacar el espacio, y le condena la fragilidad de su defensa, la segunda más goleada de la Liga. Un detalle que no escapa a un depredador como Messi. El 10 ofició como asistente nada más comenzar el partido para resolver como rematador en menos de un cuarto de hora con dos goles: 2-0. El argentino comenzó la jugada del 1-0 en la banda derecha para acabarla en el área después de un pase de Arda y firmó el 2-0 armado por Suárez y Neymar. Ausentes Iniesta y Alves, Messi leyó muy bien los desmarques y el desequilibrio de sus delanteros y el juego tan geométrico como explosivo, siempre pulcro y muy completo de Sergi Roberto.
El medio centro tocaba y recuperaba, el juego fluía y la pelota volaba en campo del Granada, inconsistente, permeable, expuesto a tomar un gol en cada arrancada de Neymar e intervención de Messi. El partido se puso tan franco para el Barça que hubo tiempo para reparar en detalles aparentemente menores como el saber estar de Vermaelen y también en la cambiante vida de los delanteros centro como Luis Suárez: antes le salían lo goles por las orejas y ahora falla las ocasiones más cantadas, incluso ante el accesible Granada. Ya se sabe que cuando los encuentros se vuelven sencillos se regalan las oportunidades, desaparece la tensión competitiva y se cae en actitudes displicentes y de perdonavidas, más si el envite es en el Camp Nou.
Un tanto de cazagoles de Leo y otro de Neymar hacen olvidar el recuerdo del empate del Deportivo
También parecía muy tranquila la contienda con el Deportivo con el 2-0 y acabó 2-2. Hubo un momento en el arranque de la segunda parte que la hinchada temió que se repitiera la película ya vista contra los gallegos y en Mestalla después que Sandoval repintara el Granada con la entrada de un tercer central como Mainz. El tono del choque era somnoliento, la tarde caía y Sandoval se frotaba las manos hasta que reapareció Messi y puso el 3-0 después de recoger un tiro al palo de Neymar. Un tanto de ariete, de cazagoles, diferente a los dos anteriores, para expresar la dimensión del 10. Apenas hubo más noticias, salvo la entrada de Alves y las aceleraciones de Messi. Los dos convirtieron por fin en goleador a Neymar en el 4-0.
Los equipos mataron mayormente el tiempo, los técnicos movieron el banco, Luis Enrique cantó su partido 20 sin perder y el Barça tomó aire con vistas al derbi del miércoles en Cornellà.
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